“Estigmatizar cierra puertas. Abramos la conversación a la salud mental» es el nombre de la campaña que hace poco tiempo, lanzó nuestro Gobierno y de la que deseamos, toda la comunidad se haga parte.
En nuestro país no han aumentado las cifras de suicidio, e incluso, han tenido una leve baja en los últimos tres años. En parte, eso se debe a que la red pública alcanzó un máximo histórico en prestaciones de salud mental, con más de un millón de personas actualmente en control y más de 4,8 millones de atenciones ambulatorias anuales. Esto, porque siempre hemos considerado que la salud mental es una prioridad, peor no solo en el ámbito médico.
En vista de las cifras y para continuar avanzando en esta materia, necesitamos que, como ciudadanos y ciudadanas, dejemos atrás la cultura del silencio en torno a la salud mental, en nuestras familias, trabajos y espacios de encuentro social, y la transformemos en una de diálogo y apoyo; derribar mitos y prejuicios y optar por la comprensión y la solidaridad para generar espacios seguros para hablar de lo que sentimos.
Ayúdanos a no reproducir el estigma y la discriminación: los problemas de salud mental no son motivo de burla, vergüenza, y no se deben esconder. Al contrario, es nuestra misión como sociedad dejar de atribuir características negativas a personas con problemas o diagnósticos de salud mental es uno de los problemas más importantes de salud pública y necesitamos erradicarlo como una comunidad unida, capaz de acoger, dialogar y apoyar, como un complemento de las políticas públicas en este ámbito, para avanzar en la instalación de la salud mental como una prioridad del Estado y de cada una y uno de nosotros, al igual que cualquier otro aspecto de la salud integral.




 
                                    







