El presidente de la Cámara de Comercio de Antofagasta (CCA), Antonio Sánchez, detalló que la comparación de las cifras de ventas reales de los supermercados en la región durante la última década muestra que éstas disminuyeron, siendo más bajas que la época anterior al estallido social. Para Sánchez, este escenario evidencia que “las ventas siguen deprimidas en la región. No se ve ningún repunte, todo lo contrario, hoy estamos mucho más desmejorados que antes de la pandemia y el estallido”. La caída de las ventas reales de los supermercados abre la puerta a otros análisis que la región debe efectuar con urgencia, expuso el dirigente, señalando el fenómeno de la conmutación, la incapacidad de Antofagasta para satisfacer la demanda de trabajadores que requieren los nuevos proyectos, el déficit habitacional y la calidad de vida para que los trabajadores de otros puntos decidan radicarse aquí.
El exseremi de Economía sostuvo que realizaron una revisión del indicador de las ventas de los supermercados que informa el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Para ello tomaron el trimestre enero-marzo desde el 2014 al 2025 y colocaron los números del 2018, año anterior a la pandemia, como igual a 100. “Vemos que anterior al estallido social se vendía un 4,7% (2014) más que en el 2018. Después hubo un repunte espectacular del 20%, pero eso responde a que con la pandemia cerró gran parte del comercio, los supermercados tenían permitido abrir y eran un principal canal de ventas. Por ello, el 2021 y 2022 no muestran alguna tendencia, solo explican la emergencia. Y ya en el 2023, 2024 y 2025, se aprecia que los supermercados están vendiendo menos que antes del estallido”, dijo Sánchez.
El dirigente señaló que esto muestra que el poder adquisitivo de la región está decayendo, lo cual no se condice con la actividad económica que proyectada para Antofagasta. Si bien no tendría por qué reflejarse de forma inmediata, añadió, en general es un síntoma que puede extenderse al resto de la actividad comercial que está deprimida y no se avizora ningún repunte en el corto plazo. “Todo lo contrario, las cifras indican que hoy estamos mucho más desmejorados que antes de la pandemia y el estallido”, declaró.
Sánchez aprovechó estas estadísticas para poner sobre la mesa temas urgentes para la región, como que las cifras del INE revelaron gente que estuvo radicada aquí por años se fue de la región y que las ofertas de trabajo del sector minero no son para antofagastinos.
“Si queremos que este nuevo este proceso de inversiones genere beneficios para la región y no se traduzca solamente en un aeropuerto más grande, necesitamos que las autoridades y que las empresas involucradas hagan un trabajo para generar la radicación de trabajadores y sus familias en Antofagasta”, expresó.
El presidente de la CCA dijo que cada vez son más los conmutados, es decir, personal que trabaja en Antofagasta, pero no vive em la zona, lo cual también sería un reflejo de lo deprimido que está el comercio. Y detalló que una de las principales maneras de una región para atrapar la riqueza que produce es a través de los sueldos de los trabajadores, que quienes perciben sus ingresos en esta zona los gasten acá. “Pero eso no sucede en Antofagasta, con una proporción muy grande de trabajadores que no vive aquí y si lo vemos principalmente en el sector minero es el grueso de los trabajadores, los de ingresos más altos”, expuso.
Sobre los billones de dólares de inversión que están alistados para la zona, Sánchez considera que cree en un positivo, ya que ninguno de los proyectos por parte del sector privado se está preocupando de generar las condiciones para crear empleo local.
“No hablo de contratar modo de obra local, porque no tenemos suficiente, sino hay que lograr que los nuevos trabajadores vengan a vivir a esta región”, propuso. El exseremi recordó que cuando Minera Escondida partió el año 90 hizo construcciones para sus trabajadores y ejecutivos. La iniciativa trajo un proyecto de inversión inmobiliario fuerte, entregaron a los trabajadores las casas con la obligación de que no las vendieran ni arrendaran por 15 años.
“Se preocuparon de que los trabajadores que llegaban a la región vivieran aquí, todos los ejecutivos residían en la región. Pero eso ya no es así, tienen muchos trabajadores contratistas que hacen mantenimiento y el problema es que los contratos son de corto plazo y nadie se cambiará de ciudad si su proyección de trabajo no es superior a un año. Los trabajos permanentes que produce la minería no viven en la región y los empleos que están generando son para los contratistas”, puntualizó.
Los proyectos de inversión anunciados para Antofagasta son mucho más grandes que los vistos en décadas pasadas, sin embargo, no tienen ninguna consideración respecto de generar empleo local. “Insisto, cuando hablo de esto, mi principal eje no es contratar mano de obra local, porque prácticamente no tenemos, no hay disponibilidad. La tasa de desocupación de Antofagasta nos dice que hay 30.000 personas desocupadas. Estos proyectos de inversión requieren mucho más que ese número y de esos 30.000 desocupados, según un estudio de la Universidad Católica del Norte, solo 10.000 tendrían las condiciones mínimas para trabajar en minería”, precisó.
En un contexto en el que la región no cuenta con personal para satisfacer la demanda por puestos de trabajo que viene, manifestó Sánchez, si quisiéramos que Antofagasta se beneficiará de la inversión proyectada necesitamos proyectos que consideren la loca radicación de gente aquí. “Proyectos inmobiliarios y más recursos para mejorar la calidad de vida local, que es una condición objetiva de por qué la gente se va. También está la salud, la inseguridad como elementos negativos”, concluyó.
