El Colegio Netland, ubicado en la zona norte de Antofagasta y con una matrícula que supera los dos mil estudiantes, acumula 37 días sin clases debido a la huelga del sindicato que agrupa a los docentes, inspectoras, orientadores, asistentes del aula y el personal que mantiene el establecimiento. La profesora Paula Correa, presidenta del gremio, explicó que “la semana pasada estuvimos muy cerca de lograr (un acuerdo), pero ahora no es posible, porque la asamblea no acepta que no se entregue un bono de término de negociación. Ese es el principal conflicto en este momento”.
La docente sostuvo que cuando comenzaron las conversaciones se reunieron Docere, la fundación a cargo del colegio, aunque no para hablar del proyecto que presentaban, sino para que ellos impusieran un contrato colectivo. Este iba muy por debajo de los beneficios que había ganado en la negociación anterior, indicó Correa. A principios de marzo les dijeron que si firmaban había un bono de término de negociación, pero la asamblea decidió no aceptar el contrato que estaba en desmedro de lo que ya tenían y lo rechazaron. Luego, contó, el sostenedor siempre les señalado que al rechazar ese propuesta, el bono ya no corre. Actualmente, se trata de un punto complejo, ya que los 92 asociados del sindicato no recibieron sueldo en abril.
“Los apoderados deben pedirle al sostenedor las explicaciones, porque son ellos los que prestan servicio por el que pagan. Muchos padres están desesperados, sobre todo los de primero básico y cuarto medio. Obviamente hay una preocupación y no estamos ajenos a ello, tenemos 92 familias detrás, muchos somos apoderados del colegio y nuestros hijos también están sin clases. Además, la huelga es una merma económica significativa”, reconoció la presidenta del sindicato.
¿En qué estado se encuentra la huelga?
Cumplimos 36 días de huelga. Ha sido bastante cansador, también desde el punto de vista emocional. Sin embargo, la asamblea sigue firme en su posición, porque no hemos podido llegar a acuerdos, principalmente, por un punto. La semana pasada estuvimos muy cerca de lograrlo, pero ahora no es posible, porque la asamblea no acepta que no se entregue un bono de término de negociación. Ese es el principal conflicto en este momento, producto de que cuando comenzamos las conversaciones Docere, nos reunimos Marco Antonio González y Marcela Vargas no para hablar de nuestro proyecto, sino que para ellos impusieran un contrato colectivo. Este iba muy por debajo de los beneficios que habíamos ganado en la negociación anterior. En ese momento, a principios de marzo, nos dijeron que si firmábamos había un bono de término de negociación. La asamblea decidió no aceptar un contrato colectivo que iba en desmedro de lo que ya teníamos y lo rechazamos. Ante eso, el sostenedor siempre nos ha dicho que como rechazamos el bono de término, eso ya no corre.
Ahí es donde estamos entrampados y esperamos llegar a un acuerdo. De hecho, hoy (ayer) tuvimos una reunión y ahora estamos trabajando en una propuesta. No nos mandamos solas, tenemos que hacer una bajada a la asamblea que es la que decide si acepta o no.
¿Cómo iniciaron el año escolar?
Esta negociación corresponde al año 2024, el contrato colectivo anterior venció el primero de diciembre y tomamos la decisión de postergar, porque venían las vacaciones y no se puede negociar en esos términos. Así que empezamos en marzo, durante todo ese mes tuvimos clases y e ese intertanto se desarrollaron las primeras reuniones, donde el sostenedor nos exigía presentarnos sin asesores, porque según ellos entorpecen la negociación. Accedimos a ello para avanzar, pero así y todo querían imponernos un contrato colectivo.
Nunca hicimos una verdadera negociación entre las partes, iniciar un diálogo en el que una parte ofrece algo, la otra rechaza, propone y continúa. Eso es una negociación. Eso no fue posible hasta hace muy poco y cuando nos juntamos ellos caen en lo mismo, tratan de imponer cosas y en eso lamentablemente estamos chocando.
Durante estos 37 días, a principios de abril, tuvimos las mediaciones con la Inspección del Trabajo y ellos se han dado el lujo de faltar a tres mediaciones y eso hace correr el tiempo. Hubo un llamado telefónico el 8 de abril en el que la señora Marcela Vargas nos informó el mismo día que no asistirá a la mediación. Le dijimos que podía ser el día siguiente, sin embargo, respondía que el lunes. Entonces, desde un martes hasta el lunes tenemos semana más, y les manifestamos que la gente estará más tiempo en huelga, que por qué no asistían o nos juntábamos antes, incluso online. La respuesta fue que tenían otros compromisos y le dije que para ellos esos compromisos son más importantes que tener un colegio con más de dos mil alumnos paralizado. En ese tipo de situaciones nos fuimos entrampando y por su parte trataron de dilatar esto para cansarnos. Lo has dicho abiertamente en reuniones con padres y apoderados, que esperaban el día 21 para empezáramos a descolgarnos de la huelga y poder entrar al colegio. Ahí es donde uno se pregunta si realmente les importa la educación, las dos familias sin recibir el servicio.
¿Es la primera negociación con este empleador? LA ACTITUD DE LA FUNDACIÓN
Es la primera negociación con este sostenedor. Antes hubo otra, la que, si bien tuvo diferencias, llegamos a acuerdo y las reuniones se realizaban de otra forma. Se podía dialogar, había propuestas, recibían las sugerencias. Era una negociación, pero en este caso no ha sido así, desde el 4 de marzo. El sostenedor se niega a negociar y lo hace con todos su colegios, porque averiguamos con otros sindicatos de los colegios Santo Tomás a lo largo del país y es la misma forma de operar. La actitud de parte del sostenedor también es algo fundamental. Decirnos en nuestras caras ‘no negocio, no negocio con asesores, nosotros proponemos esto y es lo que hay’. Cuando por primera vez te reúnes con alguien que dice eso, precisamente el director ejecutivo, Marco Antonio González, es de extrañar, porque ya habíamos negociado con el empleador anterior.
Están trabajando en una propuesta, ¿qué tan factible es lograr un acuerdo?
La semana pasada estuvimos a punto de llegar a un acuerdo, después ceder bastante, porque el acuerdo no pasa solamente porque nos digan que sí a un par de cosas. El proyecto que presentamos el 18 de diciembre ha pasado por muchas modificaciones y hemos cedido en varias cosas. Finalmente, la semana pasada quedaban cuatro puntos de los cuales quedó uno pendiente, el bono de término de negociación. Eso nos estancó, la asamblea no aceptaba un no por el bono de término de negociación. A estas alturas, producto de que los 30 días de huelga en ese momento significaba una agonía económica para nosotros. Por lo mismo se está pidiendo el bono.
Hoy (ayer) nos reunimos al mediodía, ellos persisten en que no entregarán el bono y nosotros tenemos que entregar otra alternativa, porque hay un punto que puede modificarse. Eso debemos evaluarlo para presentar otra propuesta a la asamblea, que tiene que aprobarla y luego al empleador.
También se reunieron con el seremi de Educación.
El primero de abril comenzó la huelga y el día tres ya teníamos una reunión con el seremi, principalmente por la preocupación y de que como no llegábamos ellos presionaran al sostenedor por la parte pedagógica, calendario y subvención.
Nos acercamos a la autoridad para que intercediera y terminar lo antes posible la huelga, a tres de comenzar la movilización. La semana antes pasada el seremi fue al colegio para una reunión con la directora para que ella hiciera de mediadora entre las partes, para volver a clases y decirles que deben elaborar un calendario de recuperación de clases porque ha pasado mucho tiempo.
Considerando que van 37 días de huelga, ¿existe un calendario para la recuperación de clases?
Lo que entendimos de la reunión con el seremi es que el colegio tiene que presentar una propuesta de calendario para que lo apruebe la autoridad. Pero ese calendario debe ser aprobado por la comunidad, que es el consejo escolar y el sindicato. El colegio había señalado que podrían recuperarse clases los sábados y el seremi dijo que eso no era posible, porque se trata de una presión a los estudiantes que ya asisten de lunes a viernes. Hasta no nos han informado si hay una propuesta de calendario, porque es el colegio el que tiene que presentarla.
¿Cuál es la reacción de los apoderados?
Como en todo orden de cosas, hay apoderados que siempre han apoyado al sindicato, otros que no y apoderados que culpan al sindicato de esta situación. Tenemos una mezcla de actitudes que son normales dentro de este proceso, somos conscientes de que una huelga con esta cantidad de días mantiene a los alumnos sin clases y al colegio sin prestar el servicio. Lo que cuesta entender a algunos apoderados es que las explicaciones tienen que pedirlas al sostenedor, no a nosotros. Es el colegio el que presta los servicios a ellos y cuando nos fuimos a huelga el colegio fue el que suspendió las clases.
Los apoderados deben pedirle al sostenedor las explicaciones, porque son ellos los que prestan servicio por el que pagan. Muchos padres están desesperados, sobre todo los de primero básico y cuarto medio. Obviamente hay una preocupación y no estamos ajenos a ella, tenemos 92 familias detrás, muchos somos apoderados del colegio y nuestros hijos también están sin clases. Además, la huelga es una merma económica significativa porque no recibimos sueldo en abril. Para todos ha sido complicado, hacemos actividades para juntar dinero, para levantar el ánimo de los socios y en eso nos llevamos todos los días, no estamos en nuestras casas viendo televisión.
¿Qué destrabaría rápidamente la huelga en estos momentos?
Somos una representación, la asamblea manda, así que podemos llevar una propuesta del sostenedor, explicarla y los socios son los que tienen la última palabra.
Aunque es otra materia, el colegio es uno de los establecimientos afectados por las quemas en La Chimba.
Las quemas son otro asunto a parte. Lamentablemente, el colegio no tiene un plan al respecto. El año pasado nos conseguimos un plan de emergencia que llevamos al director en ese momento, pero nunca pasó nada, las clases nunca se suspendieron desde que llego esta fundación a hacerse cargo del colegio.
A nuestro lado está el Liceo La Chimba, ellos presentaron un proyecto que fue aceptado y que incluye entrar más tarde. Las quemas generalmente las hacen en la madrugada y el horario punta del humo está entre las cinco y las nueve de la mañana, justo en el ingreso a clases. Ellos consiguieron ajustar su ingreso, creo a las nueve o nueve y media de la mañana, pero Netland no ningún plan al respecto, tampoco ha mostrado interés por hacerlo.