A la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados ingresó el proyecto de reforma constitucional que eleva de cinco a 15 años el periodo de avecindamiento para que los inmigrantes puedan votar en la elección presidencial y parlamentaria. El diputado Jaime Araya (IND-PPD), uno de los patrocinantes de la iniciativa, manifestó que espera que el presidente de la comisión, el legislador UDI Jorge Alessandri, coloque con celeridad el tema en tabla para su discusión y así aprobar la idea antes de la inscripción de las candidaturas presidenciales.
Araya adelantó que para el proyecto que “modifica la Carta Fundamental con el objeto de aumentar requisitos y establecer restricciones para que personas extranjeras puedan ejercer el derecho de sufragio” ya solicitaron una reunión con el gobierno. La intención de los parlamentarios es que junto al Ejecutivo se estudie la posibilidad de invocar alguna clase de urgencia para su tramitación. “Nos parece que esta innovación es francamente una locura, una irresponsabilidad y tiene tintes oportunistas, porque algunas personas de derecha creen que los extranjeros votarán mayoritariamente por las opciones de la derecha más extrema y esa es su motivación”, emplazó el diputado respecto de que con solo cinco años de avecindamiento queden habilitados para sufragar en noviembre. Además, Araya sostuvo que lo más prudente sería que solo los nacionalizados pudiesen votar en los comicios.
- ¿En qué estado se encuentra la propuesta?
Se dio cuenta hoy (ayer) en la sala y en la Comisión de Constitución, así que está en condiciones de iniciar la tramitación esta reforma constitucional que ingresamos la semana pasada. Esperamos que tenga cierto nivel de celeridad por parte del presidente de la comisión, el diputado de la UDI Jorge Alessandri, porque entendemos que se trata de un tema relevante que debe despejarse a la brevedad.
- ¿Qué cambios trae el proyecto?
Lo que cambia es el avecindamiento, sube a 15 años, tiempo que se acerca a los estándares que tienen los países que le dan voto a los extranjeros, porque seríamos prácticamente el primer país en el que con cinco años de residencia se podría votar. Por eso es importante la experiencia comparada, para manifestar que lo que se quiere hacer en Chile no ocurre en ningún otro país. Hay gente que se dice republicana y patriota, pero tiene este tipo de irresponsabilidades que juegan con la democracia en Chile.
Además, soy patrocinante de otro proyecto de ley, del diputado Manouchehri, que apunta a que para que los extranjeros voten tengan que nacionalizarse. Eso nos parece aún más prudente.
- ¿En qué dirección van estos cambios?
Buscamos que en la elección presidencial y parlamentaria solo puedan votar nacionales y si algún extranjero quiere sufragar tendrá que nacionalizarse. Queremos despejar la discusión respecto de que no nos parece correcto que en Chile los extranjeros puedan votar para elegir al presidente de la República. Solo en cinco países del mundo los extranjeros pueden votar elecciones presidenciales y no encontramos ninguna razón por la que Chile deba ser el sexto.
Esta innovación es francamente una locura, una irresponsabilidad y tiene tintes oportunistas, porque algunas personas de derecha creen que los extranjeros votarán mayoritariamente por las opciones de la derecha más extrema y esa es su motivación. Pero al mirar la experiencia comparada, en las democracias maduras esto no ocurre y no vemos ninguna razón para que el país dé un paso que nos corresponde. Por lo que percibo, existe un amplio consenso social en que son los chilenos quienes tienen que definir la elección presidencial y parlamentaria. Y si los extranjeros quieren votar, tendrán que nacionalizarse.
- El Senado aprobó el requisito de cinco años de avecindamiento.
Nos parece irresponsable lo que ya aprobó el Senado, porque lo grave es que no se trata de una discusión que está partiendo, sino que aprobaron una norma que habilita a los extranjeros y los obliga a votar en las elecciones con cinco años de avecindamiento. Eso no corresponde y bajo el desorden que había en las normas migratorias durante los últimos siete, personas que entraban de manera irregular o que podían ser miembros del Tren de Aragua, podían votar en las elecciones presidenciales y parlamentarias.
- ¿Cómo se resolvería este punto?
En aquellas cosas que existan diferencias se iría a una comisión mixta, porque si se rechaza en general, el proyecto muere.
- ¿De quién depende que el tema pase a tabla?
Esperamos que el presidente de la comisión lo tramite, es quien hace las tablas, aunque sin perjuicio de aquello, solicitamos una reunión para ver la posibilidad de colocar algún tipo de urgencia a este proyecto.
- ¿Qué tan realista es la posibilidad de que se aprueba antes de la elección en noviembre?
Es altamente probable, porque cada vez hay más consciencia entre los parlamentarios del riesgo que significa esta situación. Además, esto tiene que despejarse antes de la inscripción de las candidaturas, son reglas que alterarán el desarrollo del proceso electoral, porque tienen una derivada importante. Al mirar las cifras se calcula que cerca de 850 mil extranjeros podrían votar, un número significativo y desde ese punto de vista podrían inclinar la balanza. Esto, porque las últimas elecciones se resolvieron con no más de seis puntos de diferencia y con esta cifra hablamos de diez puntos. Por lo tanto, perfectamente podría sostenerse que los extranjeros incidirán de manera muy determinante.
- ¿Qué disposición observa en la Cámara para la revisión de esta propuesta?
He visto que cada vez crece más la conciencia y la responsabilidad que significa permitir que lo extranjeros voten en la elección presidencial y parlamentaria. Si el proyecto se pone en discusión y se tramita llegará a buen puerto. Lo otro que me llama la atención es la opinión de la gente, que es negativa a que los inmigrantes voten en esta clase de elecciones.
