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viernes, 25 abril, 2025
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Entre la mecánica cuántica y el stand up comedy: las vidas paralelas del doctor en Física Juan Pablo Ramos

El antofagastino y físico teórico que estudia los modos de Majorana dijo que hacer clases y realizar presentaciones tienen componentes análogos, ya que gracias a las expresiones en el rostro de los estudiantes y del público puede reconocer de inmediato si está entregando su contenido con éxito. “El buscar la compatibilidad de ambas cosas no es bueno, sino que más bien hay que dejar que se compatibilicen. Como he sido capaz de visualizar maneras análogas entre lo que hago en un contexto y el otro, no dejo que se mezclen, pero sí permito que se complementen en mi mente”, aseguró Ramos.

En Santiago mientras cursaba parte de su doctorado en Física, el antofagastino Juan Pablo Ramos (37) también aprovechó la temporada para impartir clases en la universidad. El 2019 y cuando había cursado gran parte del semestre, uno de sus estudiantes le dijo si alguna vez había pensado en hacer stand up comedy, ya que junto a sus compañeros veían en él habilidad para transmitir conocimientos al mismo tiempo que dictaba cátedras entretenidas. La pregunta lo sorprendió, porque desde hace tiempo arrastraba la inquietud de saber qué sentiría al subir a un escenario y desarrollar una presentación. “Sentí que era el impulso”, relató el académico, quien tras ese comentario decidió apuntarse a los talleres que los comediantes Vicho Viciani y Alex Ortiz recientemente ofrecían en la capital.

Hacer clases y ejecutar una rutina tienen componentes análogos, explicó Ramos, porque en ambas instancias debe reconocer las reacciones: en los rostros de los estudiantes si entienden el contenido, mientras que en el público las expresiones son la traducción directa de que un chiste causó gracia. Actualmente realiza sus presentaciones en el Bar Oasis ubicado en el sector del Parque Brasil, instancia en la que junto al humor siempre trata de enseñar algo de física a los asistentes.

La tercera ley de Newton es un tema del que le gusta hablar, porque su explicación es abstracta, pero entenderla de forma práctica es sencilla, señaló el académico. Para que se comprenda de forma simple genera una dinámica en la que pregunta si conocen esta ley. Lo común es que nadie responde y es ahí cuando invita al público a pensar en acción y reacción, lo que lleva a respuestas diversas.

“Algunos dicen que es el karma o que al presionar el acelerador de un auto éste avanza. Pero no es así, se trata de algo más fácil y pido a alguien que toque con uno de sus dedos a la persona que lo acompaña. Por lo general tocan la mejilla y pregunto qué es lo que sintieron, a veces dicen nada, pero al insistir indican que sintieron el dedo y el acompañante dice la mejilla. Esa es la tercera ley de Newton, una cosa toca a otra, como la otra toca la cosa original”, expresó el comediante.

Pero de forma paralela y junto a tareas de vinculación con la comunidad, Ramos trabaja como académico de física teórica e investiga un tipo de excitaciones que ocurren dentro del contexto de la mecánica cuántica, los modos de Majorana. “Ellos tienen la propiedad, si son aplicados en el contexto de la computación cuántica, de desarrollar ésta de una manera mucho más eficiente que la actual. No tanto hablando desde el punto de vista de los tiempos, pero sí de lo que se requiere para guardar con seguridad la información. Hace poco hubo un resultado de Microsoft que sacó el Majorana 1 (el primer procesador cuántico del mundo) y las cosas que estudio se aplican en esa línea”, subrayó.

Ciencia en la vida diaria

Cuando estaba en segundo medio decidió estudiar física, porque en el Liceo Andrés Sabella tuvo un buen profesor, quien lo incentivó a desarrollar esta área más allá de lo que aprendía en la sala. Con el apoyo de su familia al salir de cuarto medio postuló directamente a licenciatura en Física.

“En términos de la ciencia en general, me ha hecho pensar que lo que estoy haciendo en la ciencia es una aplicación particular de lo que hago en la vida día a día. Por ejemplo, cuando estamos estudiando a veces se encuentran barreras, en algunas ocasiones relacionadas con lo social, otras veces con lo familiar o lo económico. Y el camino en la ciencia es muy parecido, nos enfrentamos a frustraciones, alegrías, momentos de acierto y de desacierto. En ciencia nadie va por una línea recta, hay altos y bajos, a veces se proponen proyectos o cosas para estudiar y en algún momento el paradigma cambia y hay que retroceder y tomar una dirección distinta”, reconoció el investigador.

El mundo de la comedia

En paralelo, el académico también se desarrolla haciendo comedia, stand up comedy. Esta forma de humor lo cautivó desde niño al crecer viendo cómo los humoristas eran los artistas más exitosos del Festival de Viña. “Eran lo más recordado, hay rutinas emblemáticas de los Dinamita Show, Dino Gordillo o Álvaro Salas. Y mi generación, los que tenemos entre 30 y 40, disfrutamos de ese chiste que aparecía en la televisión porque en la época no había otra posibilidad de acceder a la comedia”, recordó.

A pesar de que siempre le gustó el stand up comedy, nunca se pensó como un comediante o humorista, pero sí tenía afición para disfrutar de las risas. “Con los amigos o las personas que te rodean a veces uno se destaca por la manera de expresarse, de generar chistes de manera espontánea y creo esa es una parte esencial en mí”, expresó.

Al cursar su doctorado en Santiago entró en contacto el movimiento de la comedia, que por cuestión de proporciones es mucho amplio, así que tuvo la oportunidad de asistir constantemente a presentaciones. Comediantes emergentes, otros consolidados, así semana a semana frecuentaba los bares de comedia y conoció a algunos de ellos. En el humor, agregó, los gustos son como en el cine, a algunos les gusta más el terror y otros la ciencia ficción. A Ramos le gustaba más la comedia desde el punto de vista de lo que ocurre en un bar, siempre con cosas inesperadas, con improvisación e interactuando con el público.

“En eso conocí a dos comediantes que llamaron mi atención, Vicho Viciani y Alex Ortiz, quien estuvo con gran éxito en el Festival de Viña. En el 2019, ellos comenzaron a ofrecer talleres para quienes querían incursionar y ahí partió la idea de probar suerte”, dijo.

Pese a que tenía la inquietud por sentir las sensaciones que genera estar arriba de un escenario, nunca se atrevió a concretar su aspiración. “Y ocurrió que en la universidad donde estudiaba el doctorado también hacia clases y uno de los estudiantes, al terminar la parte fundamental del semestre, me dice si alguna vez he pensado en hacer stand up comedy. Y me tomó por sorpresa, porque sentí que era el impulso que necesitaba y le pedí retroalimentación, pregunté por qué él pensaba que podría hacer stand up comedy y me dijo que soy hábil para transmitir conocimiento y que junto a sus compañeros consideraban que aprendían y al mismo tiempo mis clases no eran aburridas, también se entretenían”, contó el antofagastino.

Esas palabras las tomó como un impulso y se anotó a las clases con Viciani y Ortiz. En las sesiones que duraron un par de meses le enseñaron lo básico de la estructura de un chiste y la escritura de un guion, junto con algunas herramientas iniciales para el desempeño sobre el escenario. Luego vino una primera sesión de debut, donde obviamente asisten amigos y familiares para apoyar

Primera presentación

“Mi primera presentación la recuerdo perfectamente, el 6 de junio del 2019 en el bar Gran Refugio y esa noche debutamos varios. Había unas 70 personas, 20 que iban a verme y el resto público iba por los otros comediantes”, detalló.

Ese episodio le sirvió para darse cuenta de que hay cosas que son análogas entre sus dos ocupaciones. Por ejemplo, percibir de inmediato la reacción de las caras de los estudiantes cuando entienden algo. Y en la comedia pasan cosas similares, cuando observa que un chiste causa gracia a la mayoría se nota instantáneamente, lo que se traduce es risas y en algunos casos en aplausos.

“Me di cuenta de que, pese a que es un contexto totalmente diferente, con otro tipo de catalizadores, como no estar en una en una sesión formal o simplemente estar compartiendo con amigos, hay cosas que son similares. Al estar constantemente haciendo clases, siempre hablando a un grupo de personas nos preocupamos de que aprendan y reciban bien los contenidos. En el caso de la comedia, el paralelo es que quieres que la gente lo pase bien, que disfrute del show y que sea un momento agradable”, destacó.

El aterrizaje en Antofagasta

Ramos empezó a hacer comedia a mediados del 2019, pero luego sucedió el estallido social y después la pandemia que congeló todo, porque los bares cerraron y no había posibilidad de hacer presentaciones. Entre estallido social y la pandemia, Nano Neira, quien hace comedia en Antofagasta, lo invitó a actuar en un bar en el sector sur de Antofagasta y esa fue su primera rutina en la ciudad. En ese tiempo todavía vivía en Santiago y después en toda la pandemia estuvo ligado a la comedia, trabajando con Alex Ortiz, quien ahora es su amigo.

“Como él tampoco podía actuar, teníamos que encontrar alguna manera y junto con un amigo cooperábamos con él en la producción del show, en el audio, a veces la animación y logramos hacer durante toda la pandemia shows online. También teníamos una actividad paralela que se llamaba lota en cuarentena, en el hacía el papel de fiscalizador de los cartones, Alex cantaba los números e iba contando chistes mientras interactuábamos. Eso era gratis, lo hacíamos en un vivo por Instagram y generamos una comunidad muy fiel. Todos los jueves en la noche la gente sabía que había lota en cuarentena, se inscribía con los cartones, jugábamos y había premios”, manifestó Ramos.

Al terminar la pandemia esa actividad concluyó y a comienzos del 2022 volvió a Antofagasta con el desafío de continuar la formación de futuros científicos y científicas en su ciudad.

“Empecé a presentarme, agradeciendo a Nano Neira que ha impulsado la apertura de espacios en Antofagasta para hacer comedia y hoy, además de los teatros que traen shows más importantes o del casino Enjoy, podemos decir que hay dos bares que están muy bien consolidados con la comedia. Uno está en el sector sur y es el Bar Oasis, donde hacen su propia cerveza artesanal, y el Presley’s Burger en el sector norte, que está trayendo shows importantes. Todo esto es gratificante porque en la ciudad no solamente está la opción de ver a un gran comediante en el teatro, sino que también a otros más emergentes”, valoró.

Vidas paralelas

Cómo lleva estas dos vidas es lo que más le preguntan sus cercanos. El académico dijo que las personas están acostumbradas a desarrollarse en una línea recta y no tener paralelas, pero en realidad desde la definición matemática dos paralelas no se intersecan, pero si pueden mirarse con cierto grado de similitud.

Por ello sostuvo que “en ese sentido, el buscar la compatibilidad de ambas cosas no es bueno, sino que más bien hay que dejar que se compatibilicen. Como he sido capaz de visualizar maneras análogas entre lo que hago en un contexto y el otro, no dejo que se mezclen, pero sí permito que se complementen en mi mente. Muchos de mis compañeros de trabajo me han visto y eso nos da una riqueza adicional. A mis estudiantes que son más jóvenes les llama la atención. Hoy cuando ellos ven el nombre de un profesor lo primero que hace es googlearlo y saben que hago comedia. Algunos me han visto otros me preguntan muy respetuosamente si pueden ir al show”.

También apreció que nunca le ha tocado una situación incómoda en la que se mezclen o confundan ambas cosas. Por eso está agradecido de las personas que con las que ha interactuado, porque nunca lo han llevado a situaciones incómodas como para pensar en dejar la comedia o su otro trabajo, sino que siempre ha sido un complemento.

Para él como comediante una de las cosas más complejas es sobreponerse a los miedos iniciales antes de subirse a cualquier show. Aunque cree que eso siempre existirá, debe romper el hielo, lo que explica en la manera de captar la atención para que le den la oportunidad de escuchar su rutina.

“Siempre está esa inquietud, saber si lo podrás lograr en un comienzo, lo que conduce al nerviosismo inicial. Pero una vez que se rompe eso, mientras estás arriba del escenario todo fluye, la adrenalina también y se puede desarrollar el material preparado. Quienes estamos comenzando tratamos de usar una estrategia, hacer notar al público que hay un elefante rosado en el escenario. Eso significa mencionar algo evidente para la mayoría y en mi caso es la estatura. No soy una persona muy alta y trato de asociar mi estatura con un chiste inicial para que las personas puedan entender que lo que están visualizando de manera explícita también lo noto”, reveló.

Esto generalmente sirve como enganche para iniciar su rutina y cuando actúa en Antofagasta, al ser antofagastino y conocer bien la zona, realiza un bloque completo de chistes asociados a la ciudad y también se refiere a lo que a veces experimentan los antofagastinos fuera de la región. “También tengo bloques relacionados con mi historia, mis problemas de estatura, lo que he desarrollado en la ciencia y aprovecho, aunque sea de manera breve, de divulgar un poco de contenido científico. Cuento algo de mis anécdotas como profesor y casi todo ligado a mi persona, mi comedia no es humor político, ni machista, concentro en mí y en mi entorno los chistes que creo”, señaló.

Para quienes sienten la misma inquietud por experimentar una presentación, Ramos dijo que simplemente deben intentarlo. También comentó que conoce personas que trataron de iniciarse en la comedia y en algún momento se dieron cuenta que lo pasaban mejor estando debajo del escenario como público que sobre él. En esos casos, se trata de una decisión que requiere madurez, porque la idea es disfrutar de la comedia y que no sea una tortura.

Su show lo presenta mes por medio generalmente en Bar Oasis y mediados de mayo tendrá una fecha, información que pueden encontrarse en su cuenta de Instagram jpezpuma. Entre medio desarrolla otras actividades, en abril está oficiando como telonero de su amigo Alex Ortiz en algunas presentaciones en el casino, lo que representa un desafío mayor. El viernes estuvo de telonero de Kurt Carrera en el Enjoy y el sábado en el Bar Oasis con Moyita de Los Improvisadores de ViaX.

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