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sábado, 7 junio, 2025
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Columna de opinión

Seguridad y renuncias

"El Presidente Boric perdió la oportunidad de, en esta última cuenta púbica, fijar una hoja de ruta en la lucha contra la delincuencia que trascendieras su periodo presidencial y fuera una herramienta eficaz, principalmente contra el crimen organizado", Senador Pedro Araya (PPD)

El domingo 1 de junio recién pasado, el Presidente de la República rindió su última cuenta pública al país. La verdad es que como soy de la vieja escuela, aún me cuesta acostumbrarme a que sea los días 1 de junio y no el 21 de mayo, pero no solo eso es a lo que me cuesta acostumbrarme.

Extraño en las cuentas, el sentido de país que aglutinaba en torno a proyectos comunes, los desafíos de emprender proyectos y productos programas que aunaran a los ciudadanos, cuando hoy hay mucho más de ofrecer y resultados sin mucho sentido de plan político de mediano o largo plazo.

Asimismo, hoy me parece escuchar a una generación que en pos de la realidad, ha cedido mucho de sus aspiraciones y discursos iniciales, lo que no me parece mal, ya que todo ejercicio gubernamental debe implicar aprendizajes, y por cierto que esta generación los ha tenido. Quizás extraño el mea culpa, o el reconocimiento de los logros que bloques políticos anteriores y trascendentes como fue la Concertación, pudieron lograr en el pasado. La frase “otra cosa es con guitarra” es inevitable que vuelva a mi mente en esta última cuenta pública.

Si bien recibí con alegría y esperanza muchos anuncios, como aquellos referidos al programa de fertilización asistida, aquellos referidos a la ley cholito, la descarbonización del país, entre otros, me faltaron respuestas respecto de la principal preocupación de la ciudadanía, la seguridad pública. Hoy al menos, ya hay conciencia, que este no es un tema de trincheras o de colores políticos, sino que es un problema país.

De acuerdo con la política de persecución penal 2025-2031, presentada por el Ministerio Público recientemente, los ingresos al Ministerio Público han aumentado en torno al 10% cada año desde el año 2021, esto es, post pandemia.  Los homicidios, por su parte, han aumentado en 50% entre los años 2016 y 2023. Otro de los indicadores que llama la atención en dicho documento es el que dice relación con los imputados conocidos y desconocidos: históricamente los imputados conocidos habían sido mayores a los desconocidos, situación que cambió desde el año 2014 cuando los imputados desconocidos superaron a los conocidos, situación que no varió más salvo por los años de pandemia. Complementando este análisis, el mismo informe referido al inicio de este párrafo, establece que los delitos relativos al crimen organizado se multiplican por 6 entre los años 2006 y 2023, mientras que los delitos violentos y de alta complejidad se multiplican por 2. Si solo se considera el periodo 2020-2023 el crimen organizado aumenta 37%.

Frente a este escenario, se hace imprescindible concentrar los esfuerzos en combatir un fenómeno delictual que claramente no es el mismo que enfrentábamos años atrás. Se trata de una delincuencia más sofisticada, más violenta, que implica el uso de nuevas tecnologías y de asociaciones altamente organizadas. Mencionar el aumento de dotación policial es importante, pero no suficiente. Hay que avanzar en la especialización en los procesos de formación, en el control de tráfico de armas, en el control de la trata de personas en la zona norte, en el déficit de tecnologías básicas como lo es la existencia de lectores de patente en zonas de salida de vehículos robados del país como es Antofagasta, en la deficiente interconexión de cámaras de seguridad cuando se trata de inversiones públicas y privadas que podrían tener una lectura conjunta, en la mejora en el levantamiento de pruebas por parte del ente persecutor  para obtener respuestas penales de calidad, en el control de las filtraciones, en la prevención de la violencia escolar, en la inversión en espacios públicos en pos de la seguridad como es la necesidad de contar con programas de erradicación de basurales, etc.

Por esas razones creo que el Presidente Boric perdió la oportunidad de, en esta última cuenta púbica, fijar una hoja de ruta en la lucha contra la delincuencia que trascendieras su periodo presidencial y fuera una herramienta eficaz, principalmente contra el crimen organizado. La seguridad de Chile está en juego y necesitamos recuperar la paz y la confianza en nuestro país

Pedro Araya

Senador.

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