Este viernes, la Compañía de Jesús confirmó la expulsión de Felipe Berríos y le prohibió el ejercicio público del sacerdocio y todo contacto pastoral con menores de edad durante un periodo de 10 años. Eso sí, ambas sanciones podrán ser apeladas.
Esto luego de un largo proceso canónico que inició en abril de 2022 respecto a una denuncia de “hechos de connotación sexual”. En agosto de ese año, la investigación canónica realizada por la abogada María Elena Santibáñez determinó que las acusaciones eran “verosímiles”.
Posteriormente, Berríos, criticando la falta de apoyo de parte de la congregación durante el proceso, presentó su renuncia, pero no solicitó la dimisión. De esta forma pudo retornar al campamento Luz Divina, emplazado en el sector de La Chimba de Antofagasta.
Recordemos que en junio pasado el Juzgado de Garantía lo sobreseyó definitivamente de la investigación iniciada por la autodenuncia del sacerdote y otra patrocinada por la Fundación para la Confianza.
El comunicado de los jesuitas detalla que la investigación previa canónica confirmó la verosimilitud de hechos de índole sexual denunciados por siete mujeres, entre 14 y 23 años. Luego, Dante Simón, vicario judicial de la Arquidiócesis de Córdoba, designado para evaluar dicha indagatoria, añadió una octava denuncia.
Así las cosas, la Compañía de Jesús considera que “(Felipe Berríos) es culpable de delitos contra el sexto mandamiento (no cometerás actos impuros) cometidos con menores de edad y de delitos de solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento, durante o con ocasión de la confesión”.
“Como Compañía de Jesús, con humildad pedimos perdón a las víctimas, sus familias y cercanos por el dolor causado. Hechos como estos jamás deberían ocurrir”, agregó.
Según señaló la congregación, el sacerdote y las víctimas ya fueron notificados de esta decisión.