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jueves, 12 diciembre, 2024
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Política

A pesar de las dificultades del Partido Republicano en Antofagasta: analistas no ven a otros partidos de derecha creciendo en el sector

El conglomerado que formó José Antonio Kast obtuvo la mayoría de los votos en la elección de consejeros en Antofagasta, doblando a la derecha tradicional y consiguiendo dos de los tres cupos. Sin embargo, la orgánica del partido presentó problemas que fueron resueltos desde el nivel central con la remoción de toda la directiva local. A ello se suma el escaso apoyo ciudadano al trabajo constitucional que Republicano deberá revertir si desea mantener sus aspiraciones electorales.

“La Directiva Regional de Antofagasta ha enfrentado dificultades que han afectado su capacidad para cumplir con las responsabilidades y objetivos del partido en dicha región”. A través de esta resolución interna y luego de problemas que al parecer fueron imposibles de subsanar, el nivel central del Partido Republicano decidió apartar de sus funciones a la directiva completa y nombrar a un grupo de dirigentes provisorio hasta que convoquen a nuevas elecciones. Con esta medida, la orgánica regional del conglomerado que inició José Antonio Kast quedó tocada en un momento en el que informalmente parten las primeras conversaciones para las elecciones del 2024, escenario al que el partido llega cargando un gran porcentaje en contra del trabajo que lideran en el proceso constitucional.

¿Terminará Republicano en el ascenso y caída que experimentó el PDG? ¿La moderación tras la elección de los consejeros permitirá que otros partidos puedan crecer en la derecha? ¿Los problemas de la directiva afectarían a la hora de levantar la tarea electoral del próximo año? Estas preguntas fueron respondidas por dos doctores en Ciencias Políticas, quienes analizaron el presente del partido que en los comicios para el Consejo Constitucional obtuvo dos de los tres cupos, dejando a la derecha tradicional sin representación.

Su candidato más votado fue Carlos Solar, quien obtuvo más de 53 mil votos, sin embargo, el cirujano declaró que a pesar de llevar más de un año militando, prácticamente no tenía contacto con los dirigentes de Antofagasta. En términos globales, Republicano intenta revertir las cifras que indican un amplio porcentaje de la ciudadanía “en contra” del trabajo constitucional, algo que el partido atribuye a que la comunidad no quería este proceso. Pero finalmente, sus consejeros tendrán que hacer campaña “a favor” del texto, ya que son la mayoría en el Consejo y el hito será considerado el primer desafío electoral del partido.

La doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Francis Espinoza, sostuvo que tras la remoción de la directiva antofagastina es fundamental que los partidos generen una robustez política en las regiones, ya que “habría un impacto directo en las voluntades de votación de las elecciones locales y regionales y la toma de poder en los espacios de decisión fuera del centralismo”. Para José Antonio Kast el resultado del plebiscito del 17 de diciembre será clave, porque estará a prueba su capacidad de liderazgo para entregar una Constitución que represente a una gran mayoría y que sirva como antesala para llegar a La Moneda. Por ello, Espinoza dijo que “los liderazgos políticos se deben consolidar ‘en y para’ las regiones, dado que un conglomerado en miras presidenciales no se estructura sólo en el centro del país”.

También existe el riesgo de que Republicano no sepa capitalizar el buen momento electoral que tuvo alcanzando la mayoría en el consejo. La académica de la UCN cree que el nivel central el partido está diseñando una estrategia inteligente de consolidación de candidaturas en los lugares donde puede ganar, una “estrategia a la segura”. “Pensando que lo que ocurrió en el Imperio Romano (a modo de comparación) es que una de sus variables de la decadencia del poder fue el escaso manejo y control en las zonas periféricas a la central. En este mismo sentido, Republicanos debe re-estructurar su identidad post proceso constituyente. Por lo cual por ahora los ‘espacios de confort’ son más seguros. Sin embargo, en política todo es oportunidad y aprovechamiento de ésta, (y al igual que en el amor), los saltos al vacío son necesarios. De ahí se fortalecen liderazgos y partidos políticos”, advirtió.

La nula cercanía de Carlos Solar con los dirigentes locales es atribuida por la periodista a un síntoma de la post-democracia o de la postmodernidad en política, es decir, el «cómo voy yo ahí», el oportunismo político, la cultura amnésica de la política y la cultura política de los tres minutos. Esto, indicó, habla de la escasa consolidación de los liderazgos regionales que logren generar una robustez política y una territorialidad más allá de Santiago.

A pesar de que en el mismo partido hay quienes votarán en contra de la propuesta constitucional, que el porcentaje de rechazo al trabajo liderado por ellos es alto y que su directiva inicial no funcionó en Antofagasta, Espinoza explicó que no está tan segura de que exista tanta fortaleza en otros partidos de derecha como para aprovechar el momento y crecer. Sin embargo, “sí puede retomar ‘por los palos’ algún partido como el PDG, pero lo que se observa en el levantamiento de las candidaturas es una vuelta a la ‘vieja política’ y a los partidos tradicionales”.

Como ventaja de Republicano la doctora apuntó a un discurso extremadamente valórico y en varios aspectos de una visión liberal de la sociedad chilena, lo que agrada a mucha gente. Como desventaja mencionó que lo observa como un partido de nicho y eso no permite ganar elecciones.

“Es importante oler la atmósfera política y si el país está preparado para una visión tan liberal en lo económico y tan conservadora en lo valórico. Argentina mostró en primera vuelta que no quería dejar el asistencialismo por cambiar a un modelo más productivo de país. En nuestro caso, creo que, si bien somos una democracia conservadora como Corea del Sur, el tema sobre nuestras libertades individuales es algo que no nos gustaría tranzar todavía”, destacó la académica.

Un fenómeno más que un partido

Para Cristian Zamorano, doctor en Ciencias Políticas, Republicano es más un fenómeno social, un voto anti-clase política en su inicio y que realmente un partido. “Transformar la figura de José Antonio Kast, quien lideró una idea, una postura de voto anti-clase política a un partido costó mucho y se nota a nivel de Antofagasta, que de partido tenían muy poco. Había mucha pugna, a veces sin gran sentido y era algo más personalista que otra cosa”, señaló. El funcionamiento orgánico de un partido es fundamental, agregó, aunque hoy es más difícil porque hay un espíritu de democratización de la toma de decisiones y, por otro lado, con Internet y las redes sociales hay un paradigma horizontal, contrario a la verticalidad que tenían los partidos y que está en tela de juicio.

Zamorano expresó que no cree que vuelva a repetirse el resultado que Republicano obtuvo para la elección de consejeros, porque se trató de un escenario contextual. “Desde un punto de vista doctrinal demostraron que son ultraconservadores, pinochetistas sin realmente asumirlo en muchas oportunidades. Y se creó la ilusión de que eso representaba a una gran mayoría del país, pero un contexto como fue la votación de la primera propuesta constitucional, donde había ese peligro de una nueva Constitución que desmantelaría a Chile, esa reacción no alcanza el 64% en la región. El pinochetismo, el conservadurismo duro máximo llega a un 25 o 30%, que es el apoyo que actualmente tiene el texto”, valoró.

El analista insistió que Republicano fue un fenómeno y como no cuenta con una gestión que aprovechara esa circunstancia a través de un partido político orgánicamente sólido, significa inevitablemente que gran parte de ese apoyo se desvanecerá, como lo sucedido con el PDG o la Lista del Pueblo.

“Como cualquier fenómeno tiene aristas muy diversas. En el caso del doctor Solar, su arraigo social, cierta llegada al sector popular por su actividad profesional, el hecho de ser antofagastino y familiar de Carlos Cantero, son factores que se acumularon y que no responden a lógica partidista clásica. Que no tenga contacto orgánicamente con la dirigencia local no es bueno ni malo, es un estado del hecho y quizás con esta campaña que iniciará para defender la propuesta constitucional, tendrá que trabajar con la dirigencia en el corto plazo”, argumentó Zamorano.

El voto que aprovechó Republicano es un sufragio enojado con clase política tradicional, así que Zamorano no imagina ni a RN, ni la UDI creciendo en ese sentido, aunque dijo que tal vez Evópoli podría hacer algo porque parte desde una base menor, simplemente puede crecer matemáticamente.

“La pregunta de los partidos es por quién se inclinará esa masa que no estaba votando, que ahora participa y que en su momento optó por Republicano. Puede ser que los votos vayan a la derecha, pero más que a un partido irían a una persona y así como ocurrió con Parisi, Kast, ahora podríamos verlo con Matthei. La gran ventaja es que tienen la propuesta en mano, lideran el órgano que propone la Constitución y serán el interlocutor durante los meses que vienen. Tendrán el protagonismo, una justificación para recuperar el terreno mediático y político. La desventaja es una contradicción interna vital, antinómica, porque no querían una nueva propuesta constitucional, luego sacan la mayoría en el órgano que escribe el texto. En política puedes ser ambiguo, pero no puedes ser contradictorio, menos desde un punto de vista antinómico y eso tendrá un costo, porque hay un sector que lo respaldaba, que no apoyará la propuesta”, adelantó.

Para cerrar, Zamorano ve que Republicano podría correr el mismo riesgo que el PDG, pero con matices y no con la misma fuerza. El primero punto que observa es que José Antonio Kast no es Parisi, así que lo define como un político de fuste, quien está en política hace más de 30 años. En ese sentido, “Kast puede perder y salir dañado, pero sabrá navegar después del 17 de diciembre. Por otro lado, los votantes y afines a Republicano son mucho más ideologizados que la gente del PDG, que es otro segmento, clase media empresarial que no tiene una ideología clara, pueden ser de izquierda, de derecha, no sabemos. Republicano es de una derecha dura y ahí tiene un voto cautivo, pero no es tan grande como pensaron en su momento, sigue en el extremo y pensaban que serían el punto fuerte, el ancla fuerte de la derecha en la próxima elección y en realidad son una periferia”, cuestionó el doctor en Ciencias Políticas.

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