El esfuerzo por contar con un gabinete regional con una mayor presencia de mujeres es uno de los puntos que destacan los analistas políticos sobre la conformación del cuerpo de secretarios regionales de Antofagasta. La decisión va en la línea de lo que había anunciado Gabriel Boric durante su campaña, sin embargo, al mismo tiempo mencionan otros aspectos complejos, como el reciclaje de nombres cercanos a la exConcertación y la falta de experiencia en el aparato público en el contexto de las altas expectativas que generó la elección presidencial.
Un punto negativo fue la tardanza en la designación de los nombres y los primeros en anunciarse fueron los de carteras clave para marzo. En Salud asumió Jessica Bravo, mientras que a Educación llegó Matilde Luisa Báez. Esta última, tres semanas después de su presentación fue la primera baja del gabinete, luego que el ministerio decidiera no confirmarla en su cargo debido a denunciadas presentadas por maltrato y desde entonces la seremi permanece sin titular.
Luego el gobierno comunicó las designaciones de Bienes Nacionales (Angelique Araya, IND); Cultura (Claudio Lagos, FREVS); Deportes (Diego Rojas, FREVS); Economía (María Teresa Veliz, PR); Energía (Dafne Pino, CS); Transportes (Romina Vera, IND); la Seremi de la Mujer (Paulina Larrondo, PC) y Trabajo (Camila Cortés Ruiz, FREVS). El grupo lo completaron Agricultura (Celia González, PR); Desarrollo Social (Berta Torrejón, UNIR); Justicia (Cristóbal Orellana, PS); Minería (Ruth Rodríguez, IND); Vivienda (Carlos Contreras, RD) y en la Secretaría General de Gobierno se nombró a Elizabeth Bruna, del PC.
Minería fue la segunda baja del gabinete, ya que Rodríguez habría dejado el cargo por motivos de salud y en su lugar asumió Macarena Barramuño (IND). La jefatura de Medio Ambiente quedó en manos de Gustavo Riveros (RD) y en Obras Públicas el gobierno designó a Óscar Orellana.
La conformación del gabinete regional es analizada en tres ámbitos por la doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Francis Espinoza, y el primero aspecto es la temporalidad de los nombramientos. Sobre esto manifestó que se concretó de manera “bastante tardía de acuerdo con la ansiedad de expectativas que tiene la población respecto a la implementación del nuevo gobierno en la Segunda Región”. A este elemento, suma las dos bajas que ya registra el gobierno, Educación y Minería.
“En un primer momento la delegada presidencial regional, Karen Behrens, hacía honor a la frase sobre la ‘soledad del poder’. Se vio a una gobernante sin gabinete, quien trataba de tranquilizar a la ciudadanía con una justificación injustificable: ‘…éste no es un proceso que jamás se ha dado al inicio de los mandatos de los presidentes y presidentas. Siempre se ha tomado unos días para poder concretar estos nombramientos’. En este mismo sentido, el senador Pedro Araya dijo que este gobierno no quiere repetir los errores del pasado, y es justamente lo que se hizo”, apuntó.
La académica señaló que el exceso de la ‘prueba de la blancura’, un maniqueísmo exacerbado, va en contra de la improvisación. Sin embargo, ésta termina siendo un lastre y un instrumento para el desarrollo de populismos. En ese sentido, compartió el punto de vista de la diputada del Partido de la Gente (PDG), Yovana Ahumada, en cuanto a la desconfianza del centralismo en las capacidades profesionales de la región.
Paridad
“La lógica centralista en la designación de nombres hizo cumplir con la mayor participación de mujeres en el gabinete regional. Esto dejó fuera cartas importantes de partidos del conglomerado, como el PC, pero se diseñó un modelo estricto de cuoteo de género, lo que se agradece”, reflexionó. Sin embargo, subrayó la doctora, lo más preocupante es que hasta el momento las bajas son mujeres, quienes debieran ser reemplazadas por el mismo género, pero la idea es que no vuelvan a repetirse estos hechos, ya que eso justifica la política patriarcal del ejercicio del poder en cargos públicos.
“En la región también se privilegió rostros concertacionistas, o más bien llamados hoy en día social-demócratas, con alguna experticia política y técnica. Se agradece la cuota importante de descentralización, sobre todo la presencia de comunas más vulnerables. Sin embargo, al igual que el gobierno central, observo poca experiencia en cargos de gestión de alta dirección pública, lo cual podría involucrar que se repliquen a nivel regional los errores políticos y comunicacionales que se están produciendo a nivel central”, puntualizó Espinoza.
Además, agregó, tampoco debiera repetirse la experiencia del gobierno anterior, periodo en el que representantes de la región en el Congreso o ministros terminan decidiendo a dedo el destino de las direcciones regionales y de otros cargos de envergadura.
Conocer el sistema público
Osvaldo Villalobos, consultor y analista político, dijo que el gabinete trata de equilibrar la experiencia con rostros nuevos, remarcando que quienes registran pasos anteriores por otros cargos fueron bien evaluados, como las dos figuras de mayor peso en las seremis, Angelique Araya (exseremi de Desarrollo Social) y Claudio Lagos (exgobernador de El Loa).
“Están todas las dudas en el otro sector del gabinete, el que está recién conociendo el aparataje público y que al igual que el gobierno en general, está chocando con la barrera de la burocracia, no como un mal concepto, sino como un orden administrativo de los procesos. De eso nos hemos dado cuenta incluso con los ministros del actual gobierno para adaptarse a la estructura administrativa del poder”, indicó.
El gabinete es equilibrado, pero aún no despega, aseguró Villalobos, ya que algunos llevan cerca de un mes en ejercicio y al revisar las apariciones en prensa, éstas corresponden a quienes tienen experiencia.
“Tenemos un grupo de seremis que recién está conociendo cómo funciona el Estado y cómo manejarse con los medios. Es extraño que la seremi de Gobierno no tenga un rol más participativo, por ejemplo, explicando el plan ‘Chile Apoya’. Se supone que cuando un tema sale de la política regional que ve la Delegación y obedece a una idea macro de gobierno, ahí debería estar esa seremi, para establecer las bajadas locales. Es un gabinete que no se conoce mucho, no tiene una buena aparición en prensa salvo casos excepcionales. Lo que ocurrió en Educación y Minería poco ayuda a que la comunidad tenga puntos de referencia para saber a quiénes escuchar y tampoco es que Karen Behrens se tomara la agenda, porque ella está en lo que le corresponde, son los seremis y sus equipos los que deben salir”, explicó.
Esta circunstancia podría entenderse, dijo, debido a que el gobierno central no fijó una hoja de rutas de los primeros cien días. Por ello no está claro cuál es la lógica que tiene que seguir el gabinete si no hay un lineamiento general. “En Economía, recién el ministerio anunció que comenzarán a conversar la preparación de la reforma tributaria, cuando entendíamos que al menos, en un esqueleto ya debería estar. Es difícil pedir algo a los seremis si ni siquiera hemos visto ese despliegue a través de los ministros”, cuestionó.
Villalobos expresó que en los nombres que asumieron es notorio que hubo gestos con el gobernador Ricardo Díaz y que la designación de Angelique Araya se puede leer de esa manera. Para el analista, una de las dificultades de la coalición de gobierno es que no se ha reconocido como tal. En ese contexto visualiza varias almas, con la gente más joven del FA, una izquierda que viene de la exNueva Mayoría y partidos que derechamente están en el gobierno, pero no se están inmolando por él. Lo que “alterará el orden de éste y todos los gabinetes fue la votación del 10%. Con qué piso quedaron los seremis radicales, PPD, PS dependiendo de a qué grupo pertenezcan. Uno de los principales riesgos del gobierno a nivel nacional es no aclarar formalmente si son o no una coalición gobernante amplia, porque de eso depende en qué grado se involucrarán las autoridades regionales y hasta dónde están dispuestos a llegar”.
Reciclaje
En términos generales, el doctor en Ciencias Políticas Cristian Zamorano manifestó que percibe la falta de tecnicismo en una región que a pesar del contexto mundial tiene mucho que proponer. “Antofagasta con la minería, con el litio, la energía y las plataformas portuarias se salvará, pero técnicamente no veo un mensaje. Eso reprocharía, no aprecio un discurso de proyección de la región, que tiene características que son ventajosas aún en el complicado escenario local e internacional”, opinó.
En la conformación del gabinete ve una falsa aplicación del concepto de feminismo, sin un hilo conductor y con un reciclaje de personas ligadas a la exConcertación que asientan poder a través de estos nombramientos.
“La columna vertebral que vemos es la presencia femenina, se hicieron los máximos esfuerzos para ello. La pregunta es si colocar mujeres es sinónimo de la aplicación de una política feminista, porque es algo que debe ir más lejos que un asunto aritmético”, comentó.
La fortaleza, añadió, es tratar de corresponder el leitmotiv de la campaña presidencial de una feminización del quehacer político. Eso está, sostuvo Zamorano, pero también observa puntos débiles y el primero es que detrás de los nombramientos hay gente de poder que trata de asentar su posición hegemónica.
“Los Araya (diputado y senador) quedaron ‘offside’, el PS está muy presente y la persona clave es Andrea Merino. El único problema es que da la impresión de un reciclaje de figuras de la exConcertación, que en algunos casos no eran partidistas, pero sí cercanas a esa esfera, con un nuevo gobierno que supuestamente no era de ese conglomerado. Un ejemplo es la persona que se bajó de Minería y no por razones médicas, eso no es correcto, no cumplía con los requisitos de Contraloría. Esta política de reciclaje para mí es un punto negativo porque no fue lo que se indicó en la campaña de Boric, que era una renovación de la política”, manifestó.
En el caso de Minería, expresó, (Macarena Barramuño) se trata de una trabajadora social que asume una seremi técnica con un perfil que no corresponde. Zamorano subrayó que el ejemplo de Pamela Chávez fue claro. La profesional, emprendedora e investigadora antofagastina tiene amplia experiencia minera, es reconocida en el sector y por ello fue nominada para integrar el directorio de Codelco. “Y en la región hay mujeres que están en minería y tienen el perfil para asumir esa cartera”, acotó.
Por otro lado, declaró que percibe una política electoralista como la que ocurrió con Paulina Núñez, quien en la última administración estatal de su sector utilizó el gobierno local como plataforma de campaña senatorial. “Ahora temo que esto se esté utilizando con relación a los campamentos, donde lógicamente hay un tema de derechos humanos y acceso a la vivienda, pero también puede incurrir en una cierta política electoralista. Esa lógica hizo que Núñez en su última campaña perdiera más de la mitad de los 37 mil votos que logró la anterior elección y que en Antofagasta se vieran pocos avances. Para tener pretensiones políticas, siempre más ambiciosas, en un momento dado hay que aportar a la masa, en general, cosa queno se hace, dramáticamente», aseguró.
Zamorano cree que se sigue utilizando el gobierno para reclutar gente y citó como ejemplo la Seremi de Justicia. “Cristóbal Orellana, quien trabajó antes de asumir el cargo en el Departamento de Coordinación, Fiscalización, Supervigilancia Intersectorial que dirige la consejera regional Andrea Merino. Y ella es la misma que hizo campaña para un candidato a concejal del PS que trabaja en el Cicitem. Esas coincidencias, entre otras numerosas, no dan muy buena espina de lo que puede venir en la futura Corporación del Gobierno Regional. Aquí no veo renovación, sino viejas mañas que siguen aplicándose”, criticó.
