Es impensable que la minería siga funcionando igual por las próximas décadas, eso no pasará y simplemente por un tema ambiental, aseguró la integrante de la Convención Constituyente (CC), Cristina Dorador. Pero el mensaje es no tener miedo a discutir, explicó la doctora en Ciencias Naturales, ad-portas de que la redacción de la nueva Carta Magna entre en tierra derecha tras la conformación de sus siete comisiones permanentes.
Superado el proceso de instalación, ahora los convencionales abordaran materias de fondo y la manera en que se desarrolla la actividad minera pasará a revisión. Y como ejemplo mencionó el litio que se explota desde el Salar de Atacama. “Ahora el gobierno acaba de lanzar una licitación para hacer nuevos contratos por 400 mil toneladas, un número inmenso en un plazo de 29 años que implicará la explotación de otros salares sin consulta. Es una potestad del gobierno, no es ilegal, sin embargo, estamos en un momento de repensar nuestro país y están pasando estas cosas que dejarán proyectos amarrados”, advirtió.
Dorador es la coordinadora de la Comisión de Sistemas de Conocimiento, que entre sus desafíos tendrá la tarea de incorporar los aspectos ambientales en la Carta Magna. La mayoría de las indicaciones que hicieron al reglamento en la línea de incluir temas ecológicos, dijo, fueron aprobados y algunos con amplia mayoría, por ello espera que esta tendencia continúe en la discusión de las comisiones.
En materia política, una vez que finalice su labor en la CC espera retomar su actividad académica en la Universidad de Antofagasta, descartando la posibilidad de presentarse a un nuevo proceso electoral. Sobre la elección presidencial y a quién apoyaría, sostuvo que el próximo presidente o presidenta de Chile requiere de compromiso con los principios que tocará la convención y en ese sentido, el que para ella más se acerca es Gabriel Boric.
- ¿En esta etapa en la que comienza el trabajo de redactar la nueva Constitución, cuáles puntos cree que generarán más debate?
Estamos organizados en siete comisiones permanentes y cada una tiene sus desafíos. Por ejemplo, en la comisión uno que ve el Estado o en la tres, se discutirán temas como el Poder Legislativo, si es que habrá una o dos cámaras, si avanzamos a un régimen más parlamentario o semipresidencial. De hecho, ya se están sintiendo un poco en el aire estas conversaciones, lo mismo que la descentralización en la comisión tres, que también tocará aspectos sobre si vamos hacia un Estado descentralizado unitario o con regiones autónomas y la organización territorial. Otro tema que es complejo y generará bastante discusión es la Comisión de Medio Ambiente, porque ahí se quiere avanzar en la protección de la naturaleza, en un modelo económico distinto, y en esto ya salen algunas posturas de que hay cosas que no deberían cambiarse y otras que sí. La comisión donde soy coordinadora, la de Sistemas de Conocimiento, también será un desafío por cómo incorporar estos temas en un texto constitucional.
- ¿Alcanzarán a terminar la Constitución en el plazo establecido?
Tenemos nueve meses para escribir la Constitución y creo que lo más probable es que se pida la prórroga de tres meses. Trabajamos con esos tiempos en mente y por eso ha sido intenso el funcionamiento, tenemos el reglamento general, de ética, participación popular y consulta indígena. Con eso terminando nos queda avanzar en las temáticas y de participación. El pleno y las comisiones van a sesionar en las regiones, habrá audiencias públicas, iniciativas populares de norma y el Parlamento tiene que aprobar los plebiscitos dirimentes, lo que esperamos así sea. Toda la norma que no tenga apoyo en el pleno de los dos tercios, pero sí de los tres quintos, irá a plebiscito y la ciudadanía decidirá si entra o no a la Constitución.
- ¿Cómo ha sido el proceso de alcanzar acuerdos con sectores como la derecha en la convención?
La derecha tiende a votar de una cierta forma más o menos predecible, son conservadores, por lo tanto, los temas que involucran mayor participación generalmente no son aprobados por ellos. Pero como es un grupo acotado de constituyentes, no ha tenido efectos en los resultados, aunque en algunas normas sí, porque también depende de los otros sectores. En general, y no lo digo yo solamente porque hay análisis de la tendencia, la derecha vota en bloque y hay poca interacción con otros grupos. Esto, a diferencia de otras fuerzas políticas que sí conversan un poco más. En la discusión de reglamento aparecieron estos grupos, pero ahora veremos estas diferencias en las comisiones temáticas y es probable que se profundicen en algunas comisiones y en otras tengamos trabajos mucho más consensuados.
- Hasta ahora, ¿en qué temas que piensa que existirá mayor acuerdo para la nueva Constitución, un régimen semipresidencial o Congreso unicameral, por ejemplo?
Todavía es temprano para abordar aquello. Nosotros como ecoconstituyentes, articulación que reúne a más de 30 convencionales que promovemos una Constitución ecológica, veremos temas que esperamos tengan el consenso de toda la convención, como el derecho humano al agua. Los detalles de cómo se dará la norma probablemente será un producto de gran discusión, pero estamos contentos de que la mayoría de las indicaciones que hicimos al reglamento en la línea de incluir temas ecológicos, fueron aprobados y algunos con amplia mayoría. Esperamos que esa tónica también ocurra en la discusión de las comisiones y todavía es difícil prever escenarios, ya que en algunos temas se ve muy distante llegar a acuerdo, pero creo que finalmente lo vamos a lograr.
- Ha planteado la idea de un país sin extractivismo. ¿Podría explicar el concepto, implica sin minería o que ésta trabaje de una forma distinta?
No me refiero a sin extractivismo, sino a que es una forma de economía que tiene que ser superada, hablo de un posextractivismo. Pero más allá de la palabra, que algunas personas pueden sentir que es muy fuerte, se trata de que estamos en un momento histórico en Chile para replantearnos, repensar nuestras bases de desarrollo humano, territorial. Y en ese contexto vivimos una crisis climática sin precedentes que nos exige decisiones profundas, no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera porque ya no dan los límites naturales. Por lo mismo tenemos que hacer una transición a otras economías más sustentables, circulares, a escala humana. Esta discusión tiene que darse, no podemos cerrar los ojos y decir que nada está pasando, es impensable que la minería, como ocurre en la región de Antofagasta, siga igual por las próximas décadas, eso no pasará y simplemente por un tema ambiental. La magnitud de la explotación es tal que ya está afectando a niveles amplios a la naturaleza y las comunidades. Esto también es un llamado a quienes forman parte de esas áreas a que reflexionen, no es suficiente generar eslogan o grandes campañas de que se hace una minería sustentable, cuando en definitiva siguen las mismas prácticas que tal vez no ocupan tanto diésel y sí más energías renovables. Sin embargo, en la suma total no está mejorando la situación, por eso el llamado es a actuar y dentro de las comisiones de la convención, sobre todo en Sistemas de Conocimiento, se pueden dar las luces de cómo pasar a distintos modelos económicos basados en el desarrollo científico.
El mensaje es no tener miedo a discutir, no estamos en contra de la minería, es necesaria y no podríamos vivir sin ella, el tema es pensar un poco fuera de las lógicas de mercado. Por ejemplo, el litio es sensible en nuestra zona, porque solo se explota desde el Salar de Atacama. Ahora el gobierno acaba de lanzar una licitación para hacer nuevos contratos por 400 mil toneladas, un número inmenso en un plazo de 29 años que implicará la explotación de otros salares sin consulta. Es una potestad del gobierno, no es ilegal, sin embargo, estamos en un momento de repensar nuestro país y están pasando estas cosas que dejarán proyectos amarrados. Tenemos que reflexionar, parar y decir cómo lo hacemos mejor y ésta es la invitación que se hace desde la Convención Constitucional, conversar entre todos y ver cómo enfrentamos este futuro sobre todo en la zona norte.
- ¿Teme que la nueva Constitución genere expectativas demasiado altas en ciertos grupos de la población que piensen que sus problemas quedarán resueltos una vez se termine de redactar la Carta Magna?
Esto es parte de los temas de participación popular, demostrar cuáles son los alcances de las normas que se están discutiendo. Son cambios a mediano y largo plazo, todas las leyes tendrán que adaptarse a esta nueva normativa y eso tomará tiempo. Pero a pesar de que esto tardará, tenemos que hacerlo ahora y tampoco hay que desesperarse porque en algún momento debía hacerse.
- ¿A qué cree que se deben agresiones y “funas” que han recibido, por ejemplo, convencionales como Giovanna Grandón (“Tía Pikachu”)?
Son varias cosas, primero, independiente del sector político, hay grupos de personas que son bastante extremos y que no están de acuerdo con el proceso constituyente. Incluso, un 20% de la población que votó estuvo en contra de hacer una nueva Constitución y dentro de la Convención Constitucional hay algunas voces que dicen que lo estamos haciendo pésimo, que no avanzamos y esas voces permean en la sociedad. También hay personas que creen que no es la manera democrática ni convocante de hacer los cambios en Chile, tienen otras ideas y eso se ve expresado en violencia, que siempre es inaceptable. Lo que pasó con Giovanna Grandón es muy triste, pero ella está bien, es muy luchadora y seguimos avanzando.
- Cuando finalice su trabajo en la convención, ¿proyecta iniciar alguna carrera política?
No, para nada y lo dije durante la campaña, esta probablemente sea mi primera y última incursión en política electoral. Sin embargo, me gusta lo que está pasando, la oportunidad que tenemos de conversar temas a gran nivel es una tremenda responsabilidad, pensando en las experiencias que uno tiene, cómo nos hemos convocado y toda la participación que existe desde la comunidad, para mí ha sido una experiencia maravillosa. Me toca viajar todas las semanas, tengo dos niños pequeños y en ese aspecto es difícil, también dejar la universidad no es sencillo porque hay toda una carrera detrás que exige tiempos largos. Cuando termine esto espero volver a mi actividad académica y quizás aportar desde la política pública, pero no vislumbro una carrera en política.
- ¿A qué candidato presidencial apoya, o cuál es el que necesita el país para implementar la nueva Constitución?
Es un tema no menor, porque el proceso constituyente ojalá hubiese ocurrido en un periodo no electoral para tener discusiones más amplias y que no permeen los temas electorales, porque querámoslo o no, sucede. La nueva presidenta o presidente de Chile tiene que apoyar el proceso constituyente, tiene que estar comprometido, porque según la ley, es el presidente el que garantiza el funcionamiento de la convención. Y ahí tuvimos bastantes problemas, sobre todo en el comienzo, cuando no estaban las condiciones para sesionar, lo que nos demoró un poco, pero ahora está todo mejor con algunas cosas que todavía no se resuelven, sin embargo, avanzamos. Ése es el perfil del nuevo presidente o presidenta de Chile, que comparta los principios que discutimos en la nueva Constitución, sobre plurinacionalidad, una perspectiva ambiental y garantizar los derechos sociales de las personas.
- ¿Algún candidato reúne esos requisitos o todavía está evaluando las propuestas?
No he estado evaluando a cada uno, pero que el que más se acerca es Gabriel Boric. Creo que siempre está escuchando nuevas cosas, aunque todavía falta bastante por avanzar en todas las candidaturas, sobre todo en lo ambiental, ya que necesitamos una reflexión profunda sobre cómo avanzamos en eso. Lo electoral presidencial ocurre en un tiempo muy acotado y esta discusión es necesaria.
[…] IR A LA NOTA […]