Armados y con un alto uso de tecnología es la principal característica que ocupan los delincuentes para el robo de placas de cobre que pesan hasta 2.500 kilos -avaluadas en 12 millones de pesos- y que son transportados en los convoy de la empresa FCAB en Antofagasta. Así lo dio a conocer una nota publicada por El Mercurio, donde advierten que se trataría de bandas profesionales y organizadas.

La compañía en lo que va del año ya suma nueve querellas criminales por robos a sus cargas de cátodos de cobre (placas del metal), una de las cuales incluye hasta tres ataques al mismo ferrocarril. Esto, mientras que el 2020 la empresa sumó 20 denuncias ante la justicia, indica el matutino.

De acuerdo al detalle de las querellas, las bandas dedicadas a estas acciones en medio del desierto de Atacama evidenciarían mayor sofisticación en sus atracos, incluso con el empleo de tecnología para concretar sus objetivos.

«Existen presunciones fundadas que dan cuenta que las comisiones de los ilícitos en cuestión son llevadas a cabo por verdaderas bandas profesionales y organizadas, que se dedican al robo de estos insumos. Así lo evidencian su organización y conocimiento de horarios determiandos para delinquir; la pulcritud y medios tecnológicos desplegados con los que actúan en la comisión de sus delitos, como, por ejemplo, el uso de drones para evitar seguimientos (posteriores al robo); bloqueo o interceptación de las frecuencias de radio del personal y/o empresas de seguridad; el conocimiento de los puntos de origen y destino entre los cuales se traslada el cobre, entre otros», explica una de las denuncias de este año.

Estos atracos tienen dos modalidades, la primera de ellas es con el tren en movimiento, donde los delincuentes abordan el convoy y rompen los ganchos de seguridad para posteriormente ir arrojando la carga a un costado del camino para que luego sus cómplices la recojan. La otra forma es obstaculizando el tren para desvalijar el cargamento.

Desde la compañía reconocieron mayor violencia en este tipo de asaltos donde la «zona roja» y de mayor riesgo se ubica en el tramo Carmen Alto-Antofagasta. «Andan con armas de fuego y no han dudado en usarlas. Han realizado disparos, y están agrediendo a nuestras tribulaciones y a los trabajadores que escoltan nuestros trenes en el desierto», comentó Katharina Jenny, gerenta general de FCAB a El Mercurio.

- Publicidad -