Bitola es un ser de alargadas extremidades solo existente en la mente del antofagastino Dino Barrera (49), quien materializó esta creación en miniesculturas que ha colocado en diversos puntos de la capital regional.
Para cualquier observador que haya visitado playa las Almejas, quebrada Carrizo, el Trocadero, caleta Coloso, Juan López o comunidad GEN, tal vez se encontró con un Vitelio; una figura antropomorfa que no sobrepasa los 50 centímetros de altura ejecutando diversas acciones. Colgando ropa, subiendo una escalera, encerrado en una jaula, viajando en globo aerostático o simplemente sentando en estado contemplativo.
Dino Barrera, vecino del sector de feria de las Pulgas, cuenta que si bien sus trabajos los hace de hobby, en el pasado le permitieron ganar un concurso con los que se fue por ocho años a trabajar a España y Francia, donde perfeccionó su arte.
En Europa, cuenta que muchas personas compararon su trabajo con la del escultor suizo Alberto Giacometti (pese a que asegura, no conocía su obra) y una vez que regresó a Chile, la comparación fue con Slenderman, un personaje creepy de internet.
Inspiración
“Bitola es una creación que hice desde pequeño y me ha acompañado desde entonces. Mi mamá lo bautizó, pues cuando era pequeña le decía así a las personas de origen croata o yugoslavo, quienes eran altos y delgados, como mi creación”, cuenta.
Pero Barrera también ha tenido participación en obras locales más vistosas, pues fue coautor de la escultura ecuestre del general Manuel Baquedano que hoy se encuentra emplazada fuera de la municipalidad de dicha localidad.
“También participé en el concurso para crear el monumento bicentenario que se emplazaría frente al muelle histórico. Era un minero con las mismas características de Vitelio. Pero ganó el hilo de agua”, explica.
Robos
Por último, el creador dice que el disponer de estas figuras en diversos puntos de la ciudad lo hace a modo de entregar un regalo a la comuna. Más aún, tiene en proyecto hacer una escultura ya de dimensiones mayores para dejar un legado duradero.
“Siempre ha sido mi anhelo dejar algo para la ciudad. Tal vez un Bitelo de 10 metros saliendo de la playa las Almejas, por ejemplo, que sorprenda a los visitantes. Lo que ocurre con mis esculturas pequeñas es que quedan vulnerables al robo, de hecho varias ya las sacaron. Se robaron un grupo que estaban en el sector de Budeo, otros en playa Nilda Point. También se robaron unos que puse en Coloso, en fin. Me gustaría pensar que quienes se los robaron se lo llevaron a su casa y no los vandalizaron solo porque sí”.
