El que crea que el triunfo del Apruebo con casi un 80%, en el plebiscito de entrada, fue un triunfo de un sector político sobre otro, no comprende la magnitud de la relevancia por la que se expresaron los chilenas y chilenos.
Asimismo, el que crea que este plebiscito de salida se trata de una disputa entre la izquierda y la derecha o que piense que esto se trata de una elección Boric versus Kast, tampoco está entendiendo que lo que se pondrá en juego el próximo 4 de septiembre, será algo mucho más grande que eso. Se trata de una decisión de tal relevancia, que marcará los destinos de nuestro país por décadas y por lo tanto, no podemos politizar esta decisión, con las lógicas de la contingencia política.
Estoy absolutamente convencida que la lógica de polarizar la campaña, no le hace bien a Chile en su conjunto y es casi una falta de respeto para aquellos ciudadanos y ciudadanas que, habiendo participado de un plebiscito de entrada y habiéndose pronunciado por que fuere una Convención Constitucional la que trabajara durante un año para entregar una propuesta, hoy tenga que asistir como algunos intentan polarizar para sacar réditos de una elección tan importante.
Por mi parte, creo que debemos volcarnos a revisar el contenido del texto, porque así se puede dilucidar con claridad si esta propuesta logra el anhelo que todo chileno y chilena quisiera, el ser una hoja de ruta que nos una y no nos divida, de cara a los enormes desafíos que nos esperan en este siglo.
Ahí podrán ver que tener dos sistemas de justicia, el que tengamos plurinacionalidad o seamos solo una nación, más allá que reconocer a nuestros pueblos originarios no esté en duda, no son buenas decisiones para nuestro país.
En definitiva, lo que sabemos es que la posibilidad de que gane el Rechazo es alta, pero eso no significa que el mandato del pueblo en el plebiscito de entrada se agote allí. E independiente de la propuesta que resulte ganadora, sí o sí se requerirá de una alternativa, de un acuerdo y de una mayoría en el congreso, para que el Presidente pueda dar continuidad al proceso.
Lo reafirmo, es la ciudadanía quien debe decidir cuál será la fórmula en que escribiremos la nueva Constitución, en caso de triunfar el Rechazo. No queremos menos, sino más participación ciudadana.
