La presidenta de la Comisión de Obras Públicas del Consejo Regional (Core), Sandra Berna, manifestó que hubo una presentación en la que les informaron el estado del proyecto de mejoramiento de la Avenida Ejército. Según los datos proporcionados al Core, la iniciativa, que ha sufrido retrasos importantes, terminaría de manera completa dentro de seis meses, aunque en mayo ya debería finalizar el proceso de pavimentación.
Berna sostuvo que en el Core determinaron acudir a mediados de mayo a la avenida para constatar que se encuentre concluida la calzada. “El compromiso es que entre este mes y mayo debería estar terminada la pavimentación, señaléticas y las conexiones de agua. Preguntamos cuándo terminará definitivamente todo el proyecto y nos dijeron que en seis meses más”, detalló.
Lo informado a los consejeros indica que restan saldos de pavimentación, la semaforización alcanzaba el 78% y las modificaciones de las redes un 95%. Sin embargo, hay otras partidas que presentan retrasos, como la del alumbrado público que es de un 15%.
La consejera recordó que el proyecto de mejoramiento de la Avenida Ejército fue licitado el 2019 y que el fin del contrato terminó el año 25. La preocupación principal del Core es la molestia que todo esto provoca en los vecinos del sector y a quienes transitan por la avenida.
“Sin vivir ahí interpretamos la molestia, porque al pasar entendemos que ha sido mucho el tiempo. Todos nos alegramos cuando se está haciendo una mejora en la ciudad, pero cuando demora demasiado la gente se molesta. Entendemos que primero fue el problema del hallazgo arqueológico, lo que tuvo que ir al nivel central y esperar el pronunciamiento del Consejo de Monumentos Nacionales. Pero también hubo otra demora con las empresas para mover las postaciones, teniendo que esperar para ver cuándo podían concretarse los cambios”, apuntó.
Berna señaló que es complejo adelantar fechas, sin embargo, según lo informado a los consejeros, reiteró que en seis meses debería estar listo toda la iniciativa. “El proyecto es bonito, mejora la avenida, trae áreas verdes y señaléticas, pero han tenido tantos problemas para ejecutarlo que esperamos que no ocurra ninguna dificultad más para entregar lo más pronto posible”, declaró.
En marzo, el Serviu, que está a cargo de las obras, comunicó que estaban ejecutando el asfalto de buena parte de la calzada oriente, lo que permitiría entregar la vía a tránsito casi en su totalidad durante marzo.
“Es preciso informar que las obras se encuentran en un 78% de avance, centrándose los trabajos en el tramo entre Rebeca Matte y Virgilio Arias, en la cual se ejecutan principalmente obras civiles como la demolición de aceras y calzadas, y la preparación de la subbase, entre otras; manteniendo el compromiso de lograr la entrega de la vialidad casi en su totalidad, para el mes de marzo de este año y el término de las obras para el mes de junio de 2025”, manifestó el Serviu en un comunicado de prensa.
Sin embargo, el director del servicio, Víctor Gálvez, había precisado que en febrero de este año los trabajos en la calzada estarían terminados. Sobre ello, desde el Serviu dijeron que “lamentablemente el compromiso que adquirimos de tener las vialidades habilitadas en el mes de febrero no vamos a lograrlo en su totalidad, debido a los trabajos de conexión de la matriz de agua en la esquina de la calle 9 de Julio, la que estaba programado originalmente por parte de la empresa sanitaria el día 4 de marzo, postergando para el día 20 de marzo, situación que intentaremos revertir, pero depende de autorizaciones de terceros en este caso”.
El primer retraso de esta iniciativa ocurrió en el 2019 prácticamente en el momento que fue anunciada. El municipio, cuando era administrado por Karen Rojo, ordenó paralizar la obra, situación que originó una demanda por parte de la empresa contratista. La compañía ganó la causa judicial y los tribunales determinaron que la decisión del municipio dirigido por Karen Rojo fue ilegal, por lo que ahora el edificio consistorial deberá pagar casi 460 millones de pesos de indemnización.
La segunda demora ocurrió con el hallazgo de osamentas mientras se intervenía la calzada, lo que llevó a la intervención del Consejo de Monumentos Nacionales. Por este hecho, el proyecto tuvo que contratar a un equipo de arqueólogos, lo cual detuvo los trabajos de remoción de terreno durante 111 días.
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