Con 891 contagios de coronavirus notificados las últimas 24 horas y un 16.37% de positividad, la Región de Antofagasta ya superó algunos de los indicadores sanitarios que el año pasado la tuvieron largos meses en cuarentena.
La principal diferencia entre ese momento crítico de la pandemia y el presente radica en el importante avance que registra la campaña de vacunación, que ya supera el 90%, y la menor severidad que hasta el momento ha mostrado la variante Ómicron, a la cual se atribuye la mayoría de los contagios que se están produciendo.
No obstante este escenario distinto, surge una pregunta: ¿debe el país reponer el confinamiento obligatorio para controlar la nueva ola de covid? Al respecto, científicos de la Universidad de Antofagasta concuerdan en que las cuarentenas son el último recurso y, por el momento, pese al fuerte aumento de casos, no se vislumbra la necesidad de emplearlas.
La doctora Margarita Lay, directora del Centro de Investigación en Inmunología y Biotecnología Biomédica de la UA (CIIBBA), explicó que la experiencia acumulada respecto a Ómicron indica que esta variante, si bien es mucho más contagiosa, es menos severa, lo que marca una diferencia importante en un contexto donde, además, gran parte de la población está vacunada.
“Yo diría que mientras se mantenga la vacunación y las variantes no produzcan cuadros tan severos, no será necesario tomar medidas tan drásticas como en los inicios de la pandemia. Por supuesto que todo esto va acompañado de todas las medidas de autocuidado necesarias, como el uso de la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social”, dijo la investigadora.
El jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Regional y académico de la UA, Dr. Antonio Cárdenas, opina que la única justificación válida para reponer las cuarentenas sería si se produjera un colapso hospitalario, lo cual, por el momento, no está ocurriendo.
“Lo que se ha visto en los países donde ha llegado Ómicron es que se produce un peak de contagios muy rápido, pero también un descenso rápido, con menos muertes y menos hospitalizaciones. Ese es un dato muy importante. Recuerde usted que cuando llegó Delta, teníamos saturadas las Ucis y ese fenómeno con Ómicron no se está dando. Mi impresión es que vamos a tener muchos casos, lo vamos a pasar mal, pero afortunadamente serán menos los enfermos graves”, explicó.
Cárdenas sostiene que las cuarentenas no fueron efectivas para controlar la pandemia y citó como ejemplo lo ocurrido en Australia, donde se aplicaron largos confinamientos, acompañados del cierre de fronteras y otras medidas, pero nada impidió que el virus se diseminara en la isla.
“Lo que sí yo creo que es muy importante es tomar conciencia que el coronavirus llegó para quedarse y se va a transformar en una infección similar a la influenza, y nos tendremos que estar vacunando cada cierto tiempo”, precisó.
El doctor en genética molecular y microbiología de la Universidad de Antofagasta, Angello Retamal, afirma que la escalada de casos en el mundo tiene mucho que ver con las características de Ómicron, que al multiplicarse en las vías aéreas altas, más que en las bajas, se transmite más rápido que otras variantes, pero produce una enfermedad menos severa.
Retamal mencionó además el positivo impacto que han tenido las vacunas en el hecho que esta cuarta ola no esté generando tanta presión en la red hospitalaria y, por lo mismo, destacó como una muy buena medida que el Ministerio de Salud haya decidido aplicar un nuevo refuerzo a la población.
“Hay evidencia que sugiere que los esquemas de vacunación con dos dosis de Sinovac y refuerzo de Pfizer, logran los títulos de anticuerpos necesarios para neutralizar esta nueva variante Ómicron. Entonces yo creo que si logramos ir aumentando la adhesión a la vacuna, podremos prevenir otras medidas más restrictivas que nadie quiere aplicar”, subrayó el especialista.
Vacunación
Según datos oficiales, actualmente Chile tiene el 91% de su población vacunada con 1 dosis, el 87% con 2 dosis, y el 67% con 2 dosis y dosis de refuerzo, cifras que lo transforman en una de las naciones más protegidas contra la pandemia.
Los especialistas consultados plantearon que es necesario seguir avanzando en esta campaña por medio de incentivos y educación, mas no de la obligatoriedad, como están haciendo otros países frente al arribo de Ómicron.
“Una vacunación obligatoria es una medida de fuerza que no me parecería adecuada. Yo creo que lo mejor es insistir por el lado de la educación, porque si la comunidad que no se ha vacunado entendiera para qué es la vacuna, acudiría voluntariamente”, sostiene el Dr. Angello Retamal.
La directora del CIIBBA, Margarita Lay, apunta que la mejor medida son los pases de movilidad, pues significan un incentivo para que las personas se vacunen y tengan acceso a espacios o comodidades que, sin vacuna, representarían un riesgo mayor.
“Ese tipo de medidas me parecen muy apropiadas y creo que se tiene que insistir en ellas, y en todo lo que tenga que ver con educación y autocuidado en general, más que en acciones obligatorias”, señaló.
El Dr. Antonio Cárdenas, en tanto, plantea que la vacunación obligatoria sólo la aplicaría a los niños, para mantener abierto el sistema escolar y porque ellos “no tienen ninguna capacidad de decidir”.
“A los adultos yo les aplicaría mayores restricciones de movimiento, de manera que si no están vacunados, no signifiquen un peligro para el resto”, afirmó.
