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viernes, 25 abril, 2025
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Dejó una nota antes de quitarse la vida

Funa contra profesora termina en tragedia en Antofagasta: familia denuncia que universitaria de 19 años se suicidó tras publicación contra su madre en redes sociales

La docente fue acusada de maltratar a niños de tercero básico. Dos días después, la joven terminó con su vida y en su teléfono dejó una nota en la que lamentaba esta clase de ataques contra su madre y otros profesores, ya que desconocen todo el trabajo y la dedicación que existe para llegar al aula. La familia decidió exponer el caso para que se tome conciencia del daño que ocasionan este tipo de publicaciones.

“Debido a un apoderado que me funó, que no me pidió entrevista, no me mandó un correo, no me dejó decirle ninguna palabra, eso tuvo consecuencias, mi hija se suicidó porque colapsó, y quiero leerles el mensaje que dejó”. De esta manera comenzaron las palabras que la profesora Fabiola Mora entregó a quienes asistieron al velorio de Milán Melo Mora, estudiante de ingeniería civil industrial, quien terminó con su vida la mañana del 20 de abril. Para su familia, la decisión de la joven de 19 años fue precipitada mayormente por una publicación contra su madre que esa misma semana se difundió a través de redes sociales. Ellos apuntan en esta dirección ya que lo último que Milán escribió en su teléfono la noche anterior a su fallecimiento, fue una nota en la que lamentaba el trato hacia su mamá y los profesores en general, sin considerar el trabajo y la dedicación que hay detrás de la función docente.

Fabiola es profesora de educación básica, lleva 12 años trabajando en el Colegio Netland, en el extremo norte de Antofagasta, concentrando su labor en cursos desde tercero básico hasta sexto año. En el mismo establecimiento donde sus hijos cursaron la etapa escolar también trabaja su esposo, el profesor de Matemáticas Sergio Melo.

Manifestaciones en el frontis del Colegio Netland de Antofagasta tras lo sucedido

La profesional enfatizó que su idea al contar esta historia es que las personas tomen conciencia del daño que puede provocar en una familia una publicación anónima, ya que instala una verdad que se masifica sin considerar el principio de inocencia ni la posibilidad de realizar descargos o proporcionar la otra versión de los hechos. Por eso, en su discurso en el velatorio manifestó saber quién es la persona que escribió cosas sobre ella, pero “en nombre de mi hija Milán, voy a pedir que por favor nunca la apunten, nunca la maltraten y nunca le hagan daño. Porque ella nunca buscó una venganza o fue una persona que buscara dañar a otra. Por lo tanto, en nombre de ella, les pido que por favor si alguno de ustedes más sabe quién es este apoderado, jamás la apunten ni le digan algo malo”.

La publicación que para la familia gatilló la tragedia fue conocida la noche del 18 de abril, cuando cerca de las 23 horas, una colega le envió un mensaje advirtiendo que la estaban funando en un grupo de Facebook. Al presentarse a clases el día siguiente, a las ocho de la mañana, la información se había compartido en la gran mayoría de los grupos de WhatsApp de los cursos del colegio.

El mensaje estaba dirigido a los apoderados del establecimiento y fue escrito de manera anónima “por posibles represalias”. En él se aseguró que la profesora Fabiola Mora había realizado mal trato psicológico a los niños de tercero básico en clases de Artes, al punto de que pedían, entre llantos, no asistir a sus clases. Quien envió la publicación afirmó que, hablando con otros cursos, esa conducta era reiterativa y que exalumnos y estudiantes de enseñanza media y otros cursos de básica habían hecho la denuncia, “pero como es esposa de otro profesor el colegio no hace nada”. Por ello, el autor solicitó que, si alguien tenía más antecedentes de la profesora o que si sus hijos estaban en ese colegio, preguntaran por ella. “Cuando se enteró que hicimos la denuncia pescó a los niños de a uno y empezó a preguntarles qué habían dicho, ahora ninguno quiere hablar. Hemos preguntado por todos lados y en todos lados nos han dicho que no se puede hacer nada. Igualmente estoy siguiendo el famoso ‘conducto regular’ con denuncia la superintendencia. Pero cualquier orientación es bienvenida, gracias”, finalizó la publicación.

Manifestaciones en el frontis del Colegio Netland de Antofagasta tras lo sucedido

La docente explicó que un apoderado envió correos a los directivos del establecimiento, saltándose todos los conductos, pero que a ella a jamás le llegó ni siquiera un correo, ni una solicitud de entrevista. Mora señaló que es estricta y que como los niños son de tercero básico, un día habló con los chicos para que desarrollaran una buena comunicación, debido a que tendrían que trabajar todo el año. Así que explicó que, por ejemplo, si pintan con témpera, no pueden pararse con el pincel porque pueden manchar a un compañero y todo eso lo modulaba, es decir, colocaba una mesa y una silla como si fuera una alumna, para que lo comprendieran mejor.

“Pero para los padres fue como una manipulación, porque por un apoderado del curso supo que los niños ya habían entendido a la miss, que la querían y que ella los quiere. Vieron eso como una manipulación, porque creyeron que había cambiado el pensamiento de los niños con el propósito de ayudarme. Lo que no saben es que la labor de un profesor es mejorar a los niños, pero no lo vieron así y debido a eso me funaron. De hecho, en Facebook colocaron eso, que traté de cambiarlos respecto de lo que pensaban. Decía que los terceros básicos me habían denunciado, que los cuartos medios tenían el peor recuerdo de mí, todo para alimentar lo negativo”, detalló.

En ese contexto, la profesional sentenció que muchas veces es distinta la realidad de lo que pasa adentro de la sala con lo que se ve afuera, puntualizando que un profesor trabaja con 38 alumnos, los niños son pequeños, están pendientes de jugar y de alguna manera hay que hacer disciplina para llevar la clase. En ocasiones, agregó, eso se mal entiende y levantar la voz se confunde con un grito, lo que es muy distinto o, pedir que ordenen sus puestos puede confundirse con maltrato.

La profesora relató que tras lo sucedido siguió trabajando, que se inició una investigación en el colegio y contó lo que había pasado a su hija. A Milán le mostró lo que publicaron y conversando, pero sin rabia, la joven expresó su malestar, preguntándose por qué los apoderados actuaban así, algo que consideraba injusto. “El miércoles (19 de abril) fue un día hermoso, mi hija compartió con su mejor amigo, almorzamos todos juntos, mi hijo se juntó con los amigos a ver un partido y al otro día salí a trabajar.  A Milán le tocaba cocinar y tenía prueba en la tarde, porque estaba en primer año de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Antofagasta con excelentes notas, en las dos evaluaciones que había recibido tenía un seis y un siete los ramos de Cálculo y Álgebra. El año pasado estuvo en Kinesiología, pero entendió que siempre había sido más matemática, por eso se cambió y estaba feliz”, manifestó.

El jueves por la mañana, antes de salir a trabajar, Fabiola le dijo a su hija que debía hacer el almuerzo, sin embargo, no pudo verla ya que tenía el rostro tapado y respondió con un “ya”. Luego, su otro hijo antes de irse a la universidad preguntó a su hermana si se había duchado, que ahora era su turno y se despidió, pero tampoco pudo verla. Ese día la profesora se quedaría almorzando en su trabajo, la costumbre habitual, sin embargo, decidió volver a casa.

“Habría sido impresionante ver esto si me hubiera tocado a mí sola o, a mi esposo o, peor aún a mi hijo, que llegó diez minutos después. Cuando entré a la casa estaba la carne en el suelo, porque tengo un perro grande, uno pequeño y siempre sacan cosas del mueble. Pero eso me dio una sensación rara en el corazón y subí corriendo, pasé directo por el pasillo, no la vi y al darme vuelta mi hija estaba colgada. Estaba muy mal y no entendía, porque con ella teníamos una relación excelente, salíamos todos los fines de semana. Este último fuimos a comprar una chaqueta, sus lentes, los materiales de la universidad, conversamos, nuestra unión era muy buena. La relación entre nosotras era especial y no entendía por qué no me había dejado alguna carta”, declaró Mora.

Más tarde con la ayuda del pololo de Milán, lograron entrar a su teléfono y encontraron algo que la joven escribió cerca de las 23 horas de la noche anterior: estaba en la aplicación Notas y era acerca de la funa. Eso fue lo último la madre supo sobre su hija y por eso cree que por algún motivo aquella publicación anónima la llevó al colapso:

“Wn me da rabia ver a mi mamá como al andan dejando, la mayoría de acá sabe que mis papás son profes y hasta les han hecho clases y hay gente tan wna capaz de pensar que mi mamá maltrata a los niños o los manipula cuando yo sé lo que mi mamá da por su trabajo por cuanto quiere a los niños, ven a los profes como si fueran una mierda y no saben todo el trabajo y dedicación que hay detrás, la gente k ha venido a mi casa ha visto las horas que trabajan mis papás que ni siquiera tienen fines de semana libres para que los niños lleguen y vean una clase de calidad, mi mamá este año empezó a hacer clases de artes y se ha esforzado caleta pa que los niños puedan hacer cosas diferentes no solo ir a pasar guías, ella es super estricta y le gusta el orden en especial en esa materia que los niños andan por todos lados con pintura y todo lo que lleva, es normal que un profesor levante la voz para que 40 niños puedan escuchar y hacer las cosas como se debe, si a ella no le gustara trabajar con niños no estaría haciendo un curso paralelo al trabajo para poder conocer nuevas cosas para enseñar.

Yo misma soy testigo cuando estoy con ella en el mall, supermercado en el mismo colegio o donde sea que siempre aparece un alumno suyo corriendo donde ella y abrazándola diciéndole cuanto la quieren, si los niños fueran maltratados jamás harían eso, no me gusta ver a mi mamá así. Está tranquila de que sabe que no son así las cosas, pero lamentablemente como hay gente que la apoya que hay mucha más de las que no, siempre están los malintencionados que quieren arruinar a una profesora que lleva años haciendo esto y trabajando con niños chicos”.

El esposo de Fabiola, Sergio Melo, sostuvo que el año pasado también fue objeto de una funa a través de Instagram en la que no solo mencionaron su nombre, también publicaron su fotografía. La primera integrante de la familia en enterarse de aquello fue Milan y su padre expuso que todas estas cosas pudieron acumularse con el tiempo, ya que esa situación fue bastante compleja y ahora nuevamente ocurría un hecho similar. “La gente no mide las consecuencias, pueden ocasionar daños colaterales, en este caso familiar y el costo que estamos pagando, perder una hija a los 19 años, es un tema muy doloroso y de por vida para nosotros. Ninguno de nosotros pretende hacer mal a los niños, todo lo contrario, a cuántos aconsejamos que salgan adelante, que ellos pueden. También les llamamos la atención, pero en el ánimo de conducir una conducta, no corresponde faltarle el respeto a un alumno y tampoco que se falte el respeto a los profesores”, dijo Sergio Melo.

Fabiola expresó que ambos episodios fueron conversados con sus hijos en casa, aunque esta vez no sabe qué ocurrió y no puede asegurar en un 100% que a su hija le pasó esto por la funa. “Pero lo que sí puedo afirmar es en que la última carta que ella dejó hablaba de eso”, dijo. Además, la docente averiguó que el acto conocido como funar es un delito y mencionó que acudió al Ministerio Público para estampar la denuncia y entregar toda la información que tiene.

Al ser consultada por qué la acusación que se realizó anónimamente por temor a represalias que pueda tomar un profesor, Mora aclaró que tal vez los apoderados piensan que, si hacen una denuncia como esa, el docente podría hacer algún daño al estudiante. “Pero quienes trabajamos en esto sabemos que eso es imposible que suceda, porque el fin del docente es educar, en esta profesión no podemos decir que por que un alumno es hijo de tal persona que viene a reclamar haremos algo. Además, nuestro colegio está relacionado con la psicología positiva, tengo un diplomado en eso y como profesores constantemente estamos recibiendo cosas negativas, pero revertimos la situación. Tenemos orientadoras en varios niveles, encargados de convivencia escolar, se trabaja mucho todo lo relacionado con emociones y no solo con los alumnos, porque una vez al mes tenemos actividades o talleres recreativos para bajar el estrés. La gran mayoría son excelentes apoderados, solo es una minoría la que no respeta y nos trata como cualquier cosa”, lamentó.

“Consecuencias irreparables»

La familia señaló que en el funeral de Milán la parroquia estaba repleta de flores y de gente, con una fila para las condolencias salía hasta la vuelta de la iglesia, por eso agradecieron esas muestras de cariño y que muchas personas se acercaran a contar sus experiencias. El día anterior, en el velorio, Fabiola Mora entregó una reflexión sobre la tragedia que le tocó vivir y llamó a pensar en las consecuencias que pueden generar esta clase de actos.

“Soy la miss Fabiola Mora, llego todos los días a trabajar con uniforme y mi mochila, soy la persona que funaron y eso tuvo consecuencias irreparables en la vida para mí y para mi familia. Debido a un apoderado que me funó, que no me pidió entrevista, no me mandó un correo, no me dejó decirle ninguna palabra, me funó, y eso tuvo consecuencias, mi hija se suicidó porque colapsó y quiero leerles el mensaje que dejó (…).

“Ese mensaje es el que dejó mi hija no para mí, me nombró, pero es un mensaje para cada uno de ustedes. La funa es un delito y es penado hasta con cárcel, yo sé quién es esta persona, pero en nombre de mi hija Milan, voy a pedir que por favor nunca la apunten, nunca la maltraten y nunca le hagan daño. Porque ella nunca buscó una venganza o fue una persona que buscara dañar a otra, por lo tanto, en nombre de ella, les pido que por favor si alguno de ustedes más sabe quién es este apoderado, jamás la apunten ni le digan algo malo. Yo voy a seguir todas las instancias legales para hacer justicia, pero si de mí dependiera, la justicia va a hacer que pida disculpas públicas o haga talleres en colegios donde se aprenda que esa no es la forma de arreglar las cosas, donde podamos hablar, pedir una entrevista y también sepan que tanto los directivos como los profesores y las personas que tengan otros trabajos, somos personas y tenemos familias. No es tan fácil colocar algo en redes sociales, esto fue masificado en menos de diez horas para todos los cursos de mi colegio y mi hija colapsó. Pero aun así, quiero que en nombre de ella, a pesar de que voy a seguir las instancias legales, sea solucionado de la forma más positiva posible y que todos podamos aprender.

Ahora me siento destruida, mi hija era mi todo, era mi vida, nosotras salíamos todos los fines de semana prácticamente, salíamos las dos porque mi hijo y mi esposo se quedaban viendo partidos o iban a jugar fútbol. Íbamos a la feria, al supermercado, al mall a ver ropa o a vitrinear y quiero que alguien de ustedes me expliqué qué puedo hacer yo ahora, cómo voy a ir al centro a elegir ropa, cómo voy a ir a sentir el aroma de un perfume, cómo voy a ir a la feria, al supermercado sin ella, cómo voy a cocinar, cómo me voy a levantar, cómo me voy a maquillar si no la tengo a ella. Quiero que alguien me explique cómo hacerlo porque yo no sé cómo. Mi hija siempre me decía que yo era una persona muy inteligente y sé que esto significa que es como nacer de nuevo, es como aprender hacer todas las cosas que hacía con ella, hacerlas sola. Mi hijo dice que me puede acompañar, pero ustedes saben que cuando tenemos hijas no es lo mismo, a pesar de que amo a mi hijo. Por lo tanto, siento que tengo que volver a nacer y aprender a hacer cada una de esas cosas sola. Muchas personas se han acercado a decirme que me pueden acompañar, sus amigos también me dicen que me van a acompañar, pero ustedes no son la Milan. Muchas gracias por escucharme y por favor, no más funas para nadie, no solamente se trata de los profesores ni de los directivos, se trata también de otras profesiones, de los mismos niños que también lo hacen por WhatsApp o en redes sociales. Tratemos de conversar y de decirnos las cosas de frente, porque esto fue hecho por una persona cobarde que lo dijo anónimamente, pero, aun así, no lo deseo mal, lo prometo. Muchas gracias por escucharme”.  

Para Fabiola, el mensaje de su hija es que independiente del trabajo, las personas deben aprender a conversar, decirse las cosas de frente y si resultan culpable de algo, tendrán una amonestación o serán despedidos, pero también está la posibilidad de que sean inocentes. La profesora insistió que detrás de cada trabajador hay una familia y que no debemos dejar que esto tipo de hechos avance.

Apoyo del colegio

Con el fallecimiento de Milán, el matrimonio de profesores recibió apoyo de su colegio y también de los profesores y recibió información de que el sindicato realizó una manifestación porque no es el único caso de funa, otros docentes han pasado por lo mismo. Y no descartó que en algún momento un apoderado tenga razón, pero emplazó que esa no es la vía para un reclamo. También recibieron el apoyo de los compañeros de universidad de la joven, de los académicos y el rector envió sus condolencias. En el plantel lo sucedido impactó, por lo que suspendieron las clases para hacer una jornada de reflexión.

“Tenemos el apoyo del equipo directivo desde mucho antes que pasara esto, aunque obviamente la investigación se iniciaría de todas formas, porque el colegio debe hacerlo, aunque ellos conocen mi trabajo. Nosotros tenemos un sistema de evaluación que consiste en visitas al aula de forma reiterada, las puertas siempre están abiertas, pasan colegas, niños, cualquier cosa que ocurra, es muy fácil saber. Cuando pasó todo, el primer día, con el dolor que teníamos dijimos ‘nunca más volvemos a trabajar en esto’. Pero luego pensamos en que debemos educar a nuestro hijo, seguir adelante porque hay que pagar la casa y otras cosas. Nos mencionaron que cuando volvamos a trabajar, será progresivo”, manifestó Mora.

Los padres de Milán estuvieron con días legales por el fallecimiento de su hija y el colegio puso a disposición una psicóloga especialista en duelos. Hasta que concreten la cita con la profesional, están con permiso con goce de sueldo y cuando asistan a la evaluación, recurrirán a una licencia médica ya que no están en condiciones de volver a trabajar. “El costo que estamos pagando como familia es demasiado alto y por eso necesitamos ayuda profesional, porque solos no podremos salir adelante”, aseguró Sergio Melo.

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