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jueves, 16 mayo, 2024
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En la Escuela D-68 José Papic Radnic

Grave acusación: profesora denuncia amenazas de muerte y agresión física en escuela de Antofagasta

Igualmente acusa falta de apoyo de las autoridades de la Escuela D-68 José Papic Radnic, donde es profesora jefe de un octavo básico. La docente no se ha podido reincorporar a clases tras presentar ansiedad, depresión y miedo por los ataques que ha sufrido de parte de una ahora exestudiante y sus apoderados.

Amenazas de muerte, agresión física y falta de apoyo de parte de las autoridades de la unidad educativa se desprende de la denuncia que ha realizado Katherine Yoma Valdivia, profesora jefe de un octavo básico de la Escuela D-68 José Papic Radnic. 

La docente dijo que se ha enfrentado a una situación “extremadamente preocupante” relacionada a una estudiante del establecimiento que, a su juicio, ha mostrado “comportamientos altamente perturbadores”. Por ejemplo, mencionó inicialmente que ha presentado conductas autolesivas, acoso a compañeros e inclusive amenazas de muerte.

“A pesar de las numerosas denuncias y la derivación de la familia a un programa de gobierno, la situación no fue abordada de la manera adecuada ni oportuna por parte de las personas responsables de la escuela y todo quedó en nada para este año”, cuestionó. 

Agregando que “este año los problemas persistieron y la salud de la estudiante, así como la seguridad de los demás estudiantes y mi propia integridad, continuaron en riesgo”. 

Todo esto, sin embargo, estalló una vez la profesora halló una nota amenazante en el transcurso de una clase. “El 24 de mayo, mientras realizaba mis clases de inglés en mi jefatura, encontré una nota amenazante que hacía referencia a mi nombre y a la frase “te voy a matar” en el cuaderno de la estudiante. A pesar de denunciarlo al director me vi forzada a terminar la clase en un estado de ansiedad y temor”, relató. 

A raíz de lo anterior presentó una denuncia ante Carabineros por amenazas de muerte, recibiendo además dos días de reposo médico. No obstante, la estudiante habría continuado asistiendo a pesar de estar suspendida y que la amenaza de muerte es una falta gravísima según el manual de convivencia escolar del establecimiento. 

Pero las amenazas no cesaron e inclusive se habría sumado otra alumna. “El 31 de mayo, mientras continuaba mis clases de inglés encontré otra nota amenazante en el cuaderno de una amiga de la estudiante agresora, la cual hacía referencia al deseo de que yo me muriera”, señaló. 

Esta última estudiante habría reconocido que su amiga escribió el texto. 

Fue por esto que la docente recibió dos semanas adicionales de reposo médico, periodo en el cual habría sufrido amenazas de parte de la familia de la estudiante a través de correos y mensajes, según se desprende de su testimonio. 

“Me incorporé a clases después de dos semanas y luego de una reunión con el director donde se me indicó que por sugerencia de la escuela la estudiante agresora había sido retirada de la escuela y que ambos apoderados seguían siendo parte de la escuela porque tenían un hijo en segundo básico”, añadió. 

Dijo que el mismo día que volvió se encontró con “la desagradable sorpresa” de que la estudiante agresora y su papá ingresaron libremente a la escuela, específicamente a los pabellones donde está su sala de clases, dado que la mamá es inspectora en la unidad educativa. “Incluso durante la tarde de un día se me atrevieron a bloquear mi camino mientras iba a entregar mi curso de tercero básico y tuve que cambiar el rumbo en el que íbamos”, contó. 

Sus peticiones de apoyo y seguridad, mencionó, no habrían sido atendidas por parte del director y la inspectora general del segundo ciclo. 

Agresión física 

De acuerdo a su versión, “el lunes 19 de junio, fui víctima de una agresión física y recibí amenazas por parte del padre de la estudiante agresora mientras entregaba a los 40 estudiantes de primero básico y frente a la presencia de otros 80 estudiantes, apoderados de primero básico, inspectora general del ciclo básico, el presidente del CPHS (Comité Paritario Higiene y Seguridad, las asistentes de los tres primeros básicos y dos profesores que también entregaban a los otros primeros”. 

“En el portón de la escuela apareció el apoderado agresor, padre de la estudiante agresora y comenzó a decirme “ahora me las vas a pagar”, “eres una mierda de profesora”, “devuelve la plata que te robaste ladrona de mierda”, “por tu culpa mi hija no está en la escuela”, “te voy a pillar cuando te vayas” (…) El apoderado agresor me tira de la mano con fuerza para quitarme el teléfono y corta una cuerda con la que tenía atado el celular a mi mano. Después de eso lo tira y revienta con alevosía en el piso y la inspectora lo recoge diciendo ‘no hijo, así no’”, puntualizó. 

Por todo esto considera que la situación no fue manejada de manera efectiva por parte del personal presente, principalmente por la inspectora general que se habría preocupado de alejarla a ella en vez del apoderado. Igualmente señaló que la responsabilidad recae en el director, pues la profesora aseguró que “ingenuidad” le parece conveniente dado que ”sus amistades son amistades de la familia agresora”. 

“Desde entonces no he vuelto a la escuela por mis síntomas de ansiedad, depresión y miedo que han aumentado considerablemente. He buscado apoyo médico, he seguido todas las indicaciones necesarias para recuperarme y a través de esta declaración espero ser escuchada y atendida porque me lo merezco, ya que siempre he dado lo mejor de mí en este trabajo”, cerró.

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