Hace algunos días se conoció públicamente la autodenuncia ante el Ministerio Público del padre Felipe Berríos, acusado de abuso sexual. Hasta entonces se hablaba de una sola denunciante, quien en ese entonces era menor de edad. La denuncia fue recibida por la Compañía de Jesús el pasado 29 de abril, momento en que informaron que abrirían una investigación canónica.
En respuesta, Berríos indicó que “haré todo lo que sea necesario por conocer y aclarar los orígenes de esta denuncia y me he puesto, desde ya, a disposición de la Compañía para esclarecer los hechos con la mayor celeridad posible”. Después de ello, se sumaron cuatro nuevas denuncias y el contenido de los testimonios fue recopilado y quedó en manos de la Fundación para la Confianza.
El pasado 30 de mayo, Berríos se autodenunció en la Fiscalía y expresó a través de un comunicado que “quiero que se me investigue al igual que cualquier ciudadano de este país”. Sin embargo, ahora el escenario sería más complejo para el jesuita.
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Nuevas denuncias
Un reportaje de CHV Noticias accedió a detalles inéditos que dan cuenta de un segundo caso de abuso y la existencia de más de 10 víctimas que relatan hechos de connotación sexual cometidos por el reconocido sacerdote jesuita.
«Siente temor de enfrentarse a una figura tan importante», fue parte de lo que indicó en el reportaje la profesora de Teología Marcela Aranda, quien es la principal denunciante de Renato Poblete, sobre el diálogo que tuvo con la denunciante del suspendido sacerdote jesuita Felipe Berríos.
Aranda dio a conocer detalles del relato de la mujer que acusa de hechos de connotación a Berríos. En esta línea, explicó que en el caso de esta mujer «el trauma sufrido es enorme, por lo tanto, a ella le ha costado comenzar a develar lo que experimentó… Su relato me impresionó e impactó muchísimo por la envergadura del abuso que ella sufrió, yo le creo».
Pese a esto, señaló al medio citado que la afectada -que acusa que estos delitos iniciaron cuando ella tenía 14 años- «está esperanzada que esta investigación canónica se va a llevar a cabo de manera eficiente y que también van a aparecer nuevas víctimas».
Este trabajo investigativo también dio cuenta que existe un segundo caso de abuso y más de 10 víctimas que acusan de hechos de connotación sexual al sacerdote jesuita.
Según indicó el abogado de la Fundación para la Confianza, Juan Pablo Hermosilla, estas personas afectadas se encuentran en «un proceso de revelación y con el apoyo psicológico adecuado», advirtiendo, de todas maneras, que estos hechos «ocurrieron en todos los contextos en que ha trabajado» el denunciado.
Sobre el actuar de Berríos, el jurista explicó a CHV que estas situaciones se realizaron a «personas que son de grupos de élite de la sociedad, son de colegios propios de nuestra élite social en Santiago y en Chile».
«Son delitos que producen mucho temor porque es casi un delito perfecto. Hágale a un menor de edad o a una chica menor de edad, algo que le dé vergüenza contarlo y no lo van a denunciar», advirtió Hermosilla, quien también indicó que esta denuncia se hace aún más difícil cuando el autor del delito es «una persona poderosa, una persona de la élite que tenga redes, que pueda contratar empresas de comunicaciones que lo protejan».
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