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viernes, 11 octubre, 2024
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La dura infancia y la vida en la calle que marcaron la historia de María Sagua: la adulta mayor falleció en incendio en la Plaza Sotomayor

La víctima murió en la emergencia del primero de enero, el mismo día que cumplió 66 años. Según sus familiares, fue abandonada por su madre cuando era niña, sufrió quemaduras en el brazo, en su rostro y padeció de meningitis, todo esto cuando no superaba los cinco años. Los últimos años los vivió en situación de calle y era conocida en el sector del Mercado Central de Antofagasta.

Desde el primero de enero, el mismo día que cumplía 66 años, el cuerpo de María Sagua Sagua permanece en el Servicio Médico Legal. La familia más cercana, tras ser abandonada por su madre cuando era una niña y la muerte de su padre en la década de los 90, explicó que ya realizaron todos los trámites para lograr la identificación de sus restos mediante una prueba de ADN y así recibir autorización para sepultarla en Antofagasta.

María fue la única víctima de un incendio que la madrugada de Año Nuevo consumió el ala norte de los locales comerciales establecidos en la Plaza Sotomayor. Según testigos, la mujer estaba junto a otras dos personas cuando comenzó el fuego, cuyo origen todavía no es aclarado. Ahora en la pared que forma una esquina donde ella tenía sus pertenencias y pasaba los días junto a sus perros, está adornada con globos y algunas fotografías en su memoria.

Aunque sus apellidos no coinciden debido a antiguos cruces de historias familiares, Juana del Carmen Araya Robles señaló que es prima de la fallecida, a quien conoció desde la infancia. Su nombre era María Soledad Sagua Sagua y nació en 1957 en Tierra Amarilla, Copiapó. Su madre la abandonó cuando era niña, dejándola sola con su hermano Aliro, un año menor y su padre, quien trabajaba en minería y nunca quiso un nuevo matrimonio para dedicarse solo a sus hijos.

Juana contó que su prima registraba problemas en un brazo, extremidad que junto a su rostro habían sufrido serias quemaduras durante su niñez. Según la información familiar, la madre de María fue la responsable de esas lesiones en un episodio con un bracero que terminó con la mujer abandonando el hogar y a sus hijos. Tras ello, cuando tenía cerca de cuatro años padeció meningitis y “por eso tenía problemas en su cabecita. Desde entonces mi mamá siempre nos decía que cuando tuviéramos niños había que tener mucho cuidado con la fiebre”, advirtió Juana.

En medio de los trámites legales, contó que es difícil hablar sobre un recuerdo de su prima, ya que nació el 57 y ella el 59. Recuerda perfectamente que en el año 1967 viajaron desde Copiapó hacia Antofagasta en tren con su familia y un año después llegó Aliro y María con el padre de ambos. “Hubo un tiempo que mi mamá estuvo con ellos, porque mi mamá también la cuidó y para María su tía era como su madre”, dijo.

En 1994, el padre de los dos niños nacidos en Tierra Amarilla enfermó de cáncer pulmonar y falleció el año siguiente. A los 38 años María no estaba casada ni tenía hijos, desde entonces cambió de domicilio y los primos más cercanos que tenía comenzaron a perder el contacto con ella.

Juana está radicada en Iquique, pero el primero de enero estaba en Antofagasta y recibió un llamado en el que le preguntaban si sabía algo del incendio en el mercado, enterándose de que probablemente María era la víctima fatal. En la Plaza Sotomayor, un carabinero le recomendó que hablara con una persona del lugar quien podía detallar la descripción de la fallecida. Las indicaciones apuntaron a una cojera, el problema en el brazo y las secuelas de la quemadura en la infancia.

“Quedé afectada porque un hombre del mercado me trató muy mal. Yo había perdido contacto, cuando venía a Antofagasta a veces la veía para preguntar cómo estaba y le decía que iría a verla. Y cuando consultaba dónde estaba, ella decía ‘después te aviso’. Ella a mí nunca me dijo que vivía en la calle. Además, vivió unos meses con mi hermana hace unos siete años y un día dijo que se iba, que no le gustaban las casas”, manifestó Juana.

Las gestiones comenzaron en Carabineros y el Servicio Médico Legal. Sin embargo, manifestó que debido a las consecuencias de las llamas no fue posible establecer la identidad de su prima, así que el único camino legal fue recurrir a la comparación de ADN. La solución era ubicar a un familiar sanguíneo directo, ya que Juana no cumple con la proximidad genética necesaria para los estándares que exige la prueba científica.

“Hace 12 años no sabía nada de mi primo, la última vez que tuve contacto iba viajando a México. A través de redes sociales y conocidos en otras ciudades supimos que estuvo en Arica, pero antes de irse enfermó, le detectaron un cáncer grado cuatro. Lo internaron en Arica, luego en Santiago, lo trajeron hasta Antofagasta y ahora está en el hogar de ancianos Nuestra Señora del Carmen. Por intermedio de la señorita Katherine del Hogar de Cristo lo ubiqué, conversamos con él y en la mañana (de ayer) llevamos sus datos a la fiscalía y a mediodía le hicieron el examen de ADN”, detalló Araya Robles.

Para agilizar el proceso, la prueba quedó a cargo del Laboratorio de Criminalística de Carabineros y los resultados estarán disponibles durante la próxima semana. Con la acreditación científica de la identidad, el Ministerio Público podrá autorizar la entrega del cuerpo para sus exequias.

“Ayer (el miércoles) le dijimos a Aliro. Está muy afectado porque fueron tantos años en que no la vio y cuando le preguntamos por qué no comunicó que tenía familia en la ciudad, su respuesta fue que no deseaba molestar a nadie. Ahora me comprometí para ir a verlo al hogar hasta que pase todo esto y sepultemos a mi prima, ahí veremos qué podemos hacer. Conversé con mi hijo de que puedo estar diez días acá, voy a Iquique y así. Una vez que termine con todo lo de María hablaremos eso porque mi primo es muy caballero, muy respetuoso, no es drogadicto ni borracho”, destacó Juana.

También lamentó que cuando fue hasta el mercado para averiguar lo que había sucedido recibió varios comentarios criticando que ahora que está muerta buscaba a María. Sin embargo, reiteró que no tenía idea que estaba en situación de calle, además expresó que está enferma, tiene diabetes, es hipertensa y el año pasado sufrió una trombosis. “Así que es complicado para mí, pero Dios me da fuerzas para hacer estos trámites y hay gente que ha dicho que nadie de la familia se ha acercado y eso es una mentira. Incluso ya tenemos arreglado los servicios de la funeraria, cuando la entreguen avisaré en el mercado dónde vamos a velarla. También me llamó la secretaria del recorrido 103, porque ella era cercana a esa línea, quieren hacerse presente con alguna ayuda y lo mismo la municipalidad por intermedio del Hogar de Cristo”, valoró.

Ruta calle

Katherine Labarca participa en la Ruta Calle del Hogar de Cristo y por sus labores como voluntaria conoció a María Sagua desde el 2018. “Vi el incendio en las noticias y fui esperando que no fuera ella, pero era difícil porque tenía problemas de movilidad, usaba muletas”, detalló.

Relató que la fallecida vivía hace un tiempo en calle y si bien tenía familiares en Antofagasta, éstos no eran muy directos. “A ella le gustaba vivir ahí (sector de la Plaza Sotomayor), era una persona con mucha energía, tenía su carácter, pero a nosotros siempre nos recibía. Lo que nos alegraba de ella era que nos saludaba con un abrazo y muy contenta cuando nos veía, eso no lo voy a olvidar”, sostuvo Labarca.

En lo personal, la voluntaria reconoció que fue algo muy fuerte enterarse del fallecimiento porque la última vez que la vieron estaba un poco enojada, ya que tenía un carácter fuerte, pero al conversar con ella lograba tranquilizarse.

La recordó como una persona muy buena, le gustaba caminar y andar en micro, de hecho, agregó, desde la línea 103 la quieren mucho y al parecer se están organizando para el funeral.

“La gente del mundo artesanal la tenía en mucha estima, a pesar de su carácter, se enojaba mucho. Ella acudía siempre al consultorio, sufría problemas de presión, por ello siempre se caía y andaba con algún parche. En el lugar donde estaba siempre recibía a alguien para dormir, la última vez estaba con dos personas más, pero no tenemos claridad de lo que pasó. María era una persona muy alegre, me cuesta hablar de esto porque la queríamos mucho y siento pena por la forma en que murió, que la gente hable y diga cosas desde el desconocimiento. Es muy fácil opinar detrás de un teléfono y no hacer nada por remediar o ayudar de alguna forma”, concluyó la voluntaria.

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7 COMENTARIOS

  1. Me he detenido a leer ya que la ubicaba de lejos, y el reportaje es un llamado de atención que todos tenemos una historia.
    Pd: chequear los años.

  2. LA CONOCÍ TAMBIEN A LA SRA HACE MUCHOS AÑOS YO TRABAJABA DE AMBULANTE EN ESQUINA DE MATTA,Y DESPUES EN LOS PUESTOS DEL MERCADO, ELLA PASABA AHÍ, AHORA DESCANSA ,😔

  3. Todas las personas en calidad de calle tiene su historia…algunos pueden salir con ayuda de esta situación,hay hasta profesionales que por x motivo han llegado a esa vida… también el alcoholismo y las drogas son su tema,pero para la sociedad y el gobierno no son tema.
    Ojalá existiera más ayuda y comprensión de todos y no sigan convirtiendo en un número más de fallecidos.

  4. Me temo,que el esa tal prima que habla falta a la verdad ,ya que esta sra si tubo un hijo aproximadamente el año 1984,cuando vivia con una pareja en la av mejillones era vecina de un compañero de curso y le quitaron ese bebe .descanza en paz Maria .

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