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jueves, 25 abril, 2024
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La increíble historia del empresario de Mejillones que viajó hasta Bolivia para recuperar el bus que le robaron

Héctor Troncoso tiene dos máquinas y una de ellas fue arrendada con órdenes de compra para prestar servicios de transporte de personal. Sin embargo, los documentos eran falsos, el bus fue sacado del país y estaba siendo pintado en un taller en la ciudad de Challapata. La fiscalía y la policía boliviana hicieron un operativo de madrugada para recuperar el móvil y el empresario advirtió que muchas camionetas robadas en Antofagasta están en esa zona.

“Éste es, lo vi en Challapata”, decía un mensaje recibido de madrugada y que adjuntaba una fotografía que, a lo lejos, mostraba el bus que en marzo de este año habían robado al empresario de Mejillones, Héctor Troncoso. La máquina fue arrendada a una compañía de Santiago para transportar personal entre Calama y Sierra Gorda, sin embargo, un mes después de que el conductor retirara el bus, descubrieron que las órdenes de compra eran falsas y que el GPS estaba abandonado en San Pedro de Atacama. El afectado inició la búsqueda de manera personal y gracias a un contacto de su cuñado en Bolivia, obtuvo la primera pista para recuperar el móvil desde un taller donde lo pintaban, presumiblemente, para llevarlo a un tercer país.

Héctor (44) vive hace más de 20 años en Mejillones, tiene una hija en la universidad, otro hijo de ocho meses y es dueño de la empresa Transportes Troncoso Travel. El negocio contaba con un bus y para ampliar sus servicios, adquirió otra máquina, un Irizar Scania K380 año 2012. Para asumir los 50 millones de pesos invirtió todos los ahorros en el pie de la transacción y la otra mitad fue financiada con un crédito que está en pleno proceso de pago.

“En marzo me contactó, supuestamente, una empresa de Santiago. Hicimos órdenes de compra, todo como corresponde, consulté con la contadora y me dijo que la empresa existe y que estaba bien. Me contacté con la persona que me llamó por teléfono, mandaron las órdenes de compra y enviaron un conductor hasta mi taller en Antofagasta”, explicó Troncoso.

La información que le entregaron indicaba que el bus estaría prestando servicios para una faena entre Calama y Sierra Gorda. El arriendo era de carácter mensual y lamentó su poca desconfianza a la hora de cerrar el negocio, ya que desde que el bus salió del sector norte de la ciudad, no volvió a verlo. En San Pedro de Atacama cortaron el sistema GPS.

El empresario mencionó que la compañía existe en Santiago, pero que no se dedica al rubro del transporte. Además, cuenta que la estafa fue más grande, porque hicieron lo mismo con más personas de Antofagasta y de Calama, llevándose camiones y retroexcavadoras. Héctor tardó cerca de un mes en percatarse de lo que estaba sucediendo.

“Me contactó gente de Calama y me preguntaron si era Héctor Troncoso. Una señora me dijo que ellos habían arrendado unos equipos y que fueron víctimas de una estafa”, recordó. En ese momento se dio cuenta que la empresa de este arriendo era la misma que solicitó sus servicios y supo que su bus había sido robado, junto a maquinaria pesada del resto de los afectados que luego se reunieron para conversar la situación.

Contacto boliviano

Troncoso detalló que su cuñado, Carlos Velasco, comenzó a buscar información sobre el paradero de la máquina y en esas gestiones contactó a un boliviano que se dedica a encontrar vehículos robados. Tras mucha insistencia y manifestarle problemas como que la compañía de seguros no respondió argumentando que no era un caso de robo sino de apropiación indebida, y que, además, continuaban pagando las cuotas del crédito, hace dos semanas esa persona respondió de madrugada con una fotografía.

“Éste es, lo vi en Challapata, no sé si será el de ustedes”, decía el mensaje que recibió su cuñado. De inmediato reconocieron la máquina y decidieron viajar hasta Bolivia para recuperarla.

El martes 11 de octubre llegaron a Oruro y acudieron a la fiscalía, pero los derivaron de un fiscal a otro y con Carlos emprendieron rumbo hasta Challapata, que se encuentra a dos horas de Oruro (a la altura de Colchane).

“Con mi cuñado prácticamente tuvimos que camuflarnos, usamos ponchos y sombreros anchos para pasar inadvertidos. Como el lugar está 3.500 metros sobre el nivel del mar, en el día hay mucho calor y en la noche es muy frío”, contó. Caminaron kilómetros buscando algún paisaje que fuese similar a la imagen de la foto y el viernes a las 13.30 horas, cuando miraban en dirección al sureste, en un cerro el cuñado de Héctor divisó un bus blanco. Aún faltaban dos cuadras para llegar, pero a esa distancia ya había reconocido perfectamente la máquina, que estaba un garaje en pleno proceso de pintura y colocación de letras. “Tengo la impresión de que la querían sacar de Bolivia y llevar a otro país”, agregó.

Tomaron fotos, pero Carlos ingresó al taller y grabó un video que registró la parte delantera del bus, donde estaba el logo de la empresa de Héctor que el trabajo de pintura no removió. Con toda esta información volvieron a la fiscalía, pero los derivaron a Oruro, ciudad donde estaba la esposa de Troncoso, quien habló con una fiscal que solicitó una orden de secuestro de vehículo.

El operativo

El empresario sostuvo que el operativo lo planificó un mayor del Grupo Delta de la policía boliviana, unidad parecida al Gope de Carabineros, junto al fiscal del caso. Se desarrolló a las cuatro de la mañana, porque “ese pueblo donde estaba el bus es complicado, de día habría sido muy difícil porque la gente no tiene mucho respeto por la autoridad. Sobre todo, la gente de esa ciudad, ya que se dedican a eso, a los vehículos sustraídos desde Chile”, apuntó.

La madrugada del sábado 15 de octubre, el Grupo Delta rompió los portones del taller y sacó el bus que fue trasladado hasta Oruro por una grúa que Troncoso tuvo que costear.

Al recuperar la máquina tuvo que realizar trámites en la fiscalía, certificar que era de su propiedad y le entregaron documentación que permite salir del país. El caso está terminado judicialmente. Sin embargo, todavía está en Bolivia, ya que cuando la grúa llevó el bus hasta Oruro, éste sufrió un arrastre que dañó la caja de cambios. Desde la semana pasada estaba en la búsqueda de las piezas para la reparación que debería terminar estos días y reconoce que sin la ayuda de la persona que les envió la fotografía, probablemente nunca habría recuperado su inversión.

  • ¿Vieron otras máquinas probablemente robadas en ese taller?

Con el apuro del operativo y como era de madrugada no pudimos ver mucho, pero había furgones que estaban desmantelando, creo que eran como los que se ven en la zona franca de Iquique, de ese tipo.

  • ¿Pudo conocer más sobre el robo de vehículos en Bolivia?

De lo que me percaté es que hay demasiados vehículos chilenos, camionetas F150 con patentes chilenas. De las camionetas que se publican como robadas en La Feria de las Pulgas de Antofagasta (Facebook), la mayoría están en ese pueblo.

Se trata de una organización grande y opera desde Antofagasta y Calama. Más o menos sé quién me hizo esto, porque pude averiguar, tenemos nombres de quienes hacen esta estafa de arrendar vehículos. Es una persona de Antofagasta, pero que está detenida en Cochabamba, pero tiene todos los contactos en la región.

  •  ¿Cómo fueron los primeros días al llegar a Bolivia?

Cuando llegamos estábamos con el corazón en la mano, había miedo porque podía pasarnos algo y no es nuestro país. Mi señora se quedó preocupada en Oruro, con mi cuñado nos aventuramos y fuimos a Challapata, es un pueblo pequeño, aunque tiene de todo, policía, fiscalía, pero no hay control, la policía teme a la gente.

  • ¿Qué dice allá la fiscalía sobre estos casos?

Ellos esperan que los propietarios vengan para poder actuar, no es como en Chile.

  • ¿No existe ninguna dificultad para que una persona pueda salir con un bus del país?

Eso es lo que no sabemos, porque no es llegar y pasar un vehículo como una camioneta todoterreno que puede transitar por cualquier parte. No sé por dónde pasaron el bus, porque ya lo tenían con una patente boliviana falsa.

  • ¿Qué recomendación entregaría a quienes pueden enfrentar una situación similar?

Que averigüen muy bien por la empresa con la que van a hacer algún negocio, para que no pasen por esto mismo, venir Bolivia significa un tremendo gasto además del riesgo. La recomendación es que no confíen en la gente, lo que viví fue por un exceso de confianza. En lo posible contactar directamente a la empresa para ver si son ellos los que están llamando, porque la contadora verificó que la empresa existe, pero no era personal de la compañía quien nos contactó. Quienes están realizando la estafa se escudan en empresas establecidas y falsifican sus órdenes de compra, así trabajan.

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