En el encuentro que tendrá con los alcaldes de la macronzona norte, el jefe comunal de Mejillones Marcelino Carvajal planteará un tema por el que recibe constantes reclamos de sus vecinos: la iluminación de los espacios públicos. El edil explicó que la nueva norma lumínica que entró en vigor en octubre fomenta una transición de la luz fría (blanca) hacia la cálida (amarilla), sobre todo para los nuevos proyectos, lo que ha generado cuestionamientos por parte de la comunidad hacia el municipio. Carvajal no solo criticó que “se ve horrible durante la noche, la gente nos reclama por la inseguridad”, también apuntó a que en una medida como esta que debe ser costeada por las municipalidades, no fue considerada la opinión de los gobiernos comunales.
“Todo el mundo habla de atacar la delincuencia, pero eso no solamente se hace con policías, también se hace construyendo parques, recuperando sitios eriazos, iluminando los sectores oscuros. Pero hoy nuevamente por ser zonas de observatorios tenemos que cambiar, sin importar que la luz en la calle durante las noches sea tenue y se vea horrible”, afirmó.
La nueva normativa entró en vigor el 23 de octubre y según informó el Ministerio de Medio Ambiente, su objetivo es “avanzar hacia una iluminación más sostenible, reduciendo el impacto en la astronomía, en la biodiversidad y en la salud de las personas”. Entre las exigencias, detalló Carvajal, que incluyen aspectos como el ángulo de las luminarias, está la restricción de la luz fría, definida como la más contaminante, para dar paso a las fuentes de luz cálida.
“Buscamos cómo mejorar las ciudades, sin embargo, tenemos que ponernos a la fila y aceptar lo que legislan los diputados y senadores sin preguntarnos. Después nos critican que aumenta la inseguridad, pero no consideran la opinión de los alcaldes en un tema muy complicado”, advirtió.
Carvajal señaló que la oscuridad es cómplice de la delincuencia y no resulta atractivo para que las familias salgan a disfrutar de los espacios públicos. Y reiteró sus críticas hacia los parlamentarios, quienes “quedan contentos porque cumplieron con una ley y somos los alcaldes los que tenemos que aplicarla. Una vez ya cambiamos todas las luminarias y ahora debemos adecuarnos nuevamente con luces amarillas”.
El alcalde indicó que los municipios son la primera puerta de reclamo de la comunidad que pide mejorar la iluminación para sus sectores, puntualizando que es una falta de respeto a las comunas que los parlamentarios se acuerdan de ellas cuando necesitan votos, pero luego no consultan qué efectos tendrán este tipo de decisiones en aspectos como la inseguridad.
“Sabemos que aquí están algunos de los mejores observatorios del mundo, pero los costos los pagamos los municipios. Nos dicen que debemos usar luces amarillas, se ve horrible durante la noche, la gente nos reclama por la inseguridad, los paseos no son atractivos para las familias ni el turismo. En Antofagasta hay un paseo que todavía no se inaugura, sin embargo, ya lo están usando para carretear porque la oscuridad permite todas esas cosas”, lamentó el edil.
Los proyectos que vienen en camino deben diseñarse con los estándares de iluminación de la normativa y a los municipios solo les queda cumplir, agregó. Y añadió que algo que genera impotencia es que por todos lados se habla de la delincuencia y no les dan ninguna ayuda en esta clase de temas y por eso mucha gente prefiere otras ciudades dormitorio, porque terminan siendo más atractivas.
“Mañana (hoy) me reúno con los alcaldes de la macrozona norte, porque es un tema que hemos comentado con la Asociación De Municipalidades de la Región De Antofagasta y ahora lo plantearemos con Asociación de Municipios del Norte de Chile en Iquique. Queremos ver si entre todos los alcaldes emitimos una declaración porque no nos hace sentido lo que ocurre. Con esta norma debemos atenuar las ciudades porque de lo contrario nos aplican multas, nadie pone los recursos para eso y lo peor es que después todos hablan de la inseguridad. Es una luz amarilla horrible, pero no importa, que se sacrifiquen las comunas”, expresó Carvajal.
[…] “La luz tenue es horrible e insegura”: Alcalde de Mejillones critica que cambios en norma lumín… […]
Los observatorios son más importantes que la seguridad y la ciudadanía misma.
Y no aportan niuno para las inversiones de cambio de luminarias, pagamos nosotros, se benefician ellos y nos perjudica.
Ojalá alguna autoridad ponga freno a esta estupidez, pero pedir autoridades con pantalones es demasiado para este país. Estoy completa y absolutamente seguro que los observatorios, en sus países de origen no podrían siquiera plantear la posibilidad de bajar la iluminación de las ciudades en su beneficio, y más encima a costo de las ciudades, pero estamos en chile, en dónde las autoridades se bajan los pantalones por cualquier estupidez, aunque perjudique a los ciudadanos que pagan.
Les dejo la norma y el protocolo. Es más fácil leer un titular y opinar, pero siempre es bueno informarse primero:
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1197027
https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2024/08/17/43927/01/2531892.pdf
La luz que se emite al cielo no es luz que sea útil para la seguridad de las personas. Y es ineficiente. La norma no busca iluminar menos, si no que mejor (hacia abajo, precisamente, y donde se requiere). Pasa también que las Municipalidades sabían desde hace unos 3 o 4 años que vendría esta actualización de la norma (sí, ya había una al respecto desde el año 2012, así que esta «novedad» no salió de un día para otro), y tendrán que invertir en cambiar los tipos de luminarias.
La ciencia en la región y en el país se beneficia enormemente gracias a que tenemos buena parte de los observatorios más importantes del mundo. Contar con los cielos más despejados y oscuros del mundo da tremendas oportunidades al sector turístico y los observatorios, además, generan contratos de servicios en los que participa fuerza laboral regional.
Por otro lado, la norma modificada responde a condiciones internacionales (Naciones Unidas) y busca también proteger a un gran número de especies (aves u otros) cuyos comportamientos y ciclos biológicos son afectados por el exceso y tipo de luz que se emite al cielo. Luego, la norma no apunta a cuidar un recurso escaso en el mundo, como los cielos oscuros, solo para los observatorios.