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viernes, 6 diciembre, 2024
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Entrevista

“La subsidiariedad del Estado es el problema fundamental, ahí surgen todos los males de nuestra sociedad”: César Trabucco y análisis del estallido social

El sociólogo explicó que en la medida que los intentos fallidos constitucionales no han resuelto los problemas que desencadenaron el estallido social, hay una energía que queda latente hasta que llega el momento y la circunstancia que la vuelven a hacerla manifiesta. “Hoy se están aprovechando, qué tiene que ver con todo esto el aborto en tres causales. Nada, pero aprovecharon de meter el tema porque tienen mayoría. Las consecuencias las pagaremos con el tiempo y vemos que hasta acá es difícil pedir a los partidos políticos que hagan cosas en serio”, dijo Trabucco.

Las mayorías circunstanciales que tuvo la izquierda en la convención y ahora los republicanos en el consejo generan en estos movimientos la idea de que administran el mundo. “Entonces definen la Constitución que les gusta y los resultados son los que vemos”, manifestó el sociólogo César Trabucco. El exacadémico de la Universidad de Antofagasta dijo que hasta el momento la tarea constitucional ha fallado en resolver los problemas apuntados durante el estallido social, en gran medida, porque los procesos no se han tomado en serio. Por ello, advirtió, pudimos ver que hubo una discusión sobre el aborto en el trabajo para redactar la nueva Carta Fundamental, tema que nunca estuvo entre los reclamos que derivaron en la salida institucional de la crisis del 18 de octubre del 2019.

A cuatro años del episodio democrático más grave tras la dictadura, que en Antofagasta comenzó el 19 de ese mes, el sociólogo mencionó cuáles serían sus causas, responsabilizando al modelo neoliberal y en particular, a la subsidiariedad del Estado. Según explicó, este concepto es el que permitió la instauración de las AFP, las isapres, la educación privada y la aparición de las fundaciones. “Surgieron porque el Estado no tiene capacidad de hacer algunos trabajos, tuvieron que contratarlas y ahí tenemos los resultados”, cuestionó.

Sobre la violencia ahondó que es vital separarla de la legítima protesta y como ejemplo citó lo que ocurre en los estadios de fútbol, donde un grupo reducido de lumpen se camufla para generar desórdenes, pero eso no significa que toda aquella actividad deba detenerse por una minoría.

  • A cuatro años del estallido social, ¿qué reflexión tiene de lo que ocurrió el 18 y 19 de octubre en el país?

El 18 hubo una gran explosión de descontento social con un intento de encausarla por la institucionalidad, pero ya vemos que fue una opción fracasada. Ese día hubo una expresión del enorme malestar que genera un sistema neoliberal brutal que termina por inestabilizar a las personas que no ven otra alternativa de solución que el estallido social. A posteriori, lamentablemente, esto intentó resolverse con las fuerzas políticas y con los resultados deplorables que conocemos.

  • Otro tema es la diferencia entre la legítima protesta de la violencia y la destrucción de propiedad pública y privada en esos días.

Son dos cosas completamente distintas. Una es el individuo social que sale legítimamente a protestar, porque el derecho de protesta está en todas las sociedades, tengo derecho a protestar cada vez que estimo que algo lesiona mi legítima soberanía. Ahora, esto genera condiciones para que el lumpen, la delincuencia se sume y sean ellos los que generan los actos más espectaculares de violencia. Genera una violencia televisiva, pero son sectores marginales que se suman a un movimiento social que no tiene ninguna intención y mucho menos interés en ser violento. Esto es como en el estadio donde la gente va a haber fútbol, aunque no faltan los descriteriados que quieren matar al árbitro. Sin embargo, no puedes decir que todo el estadio fue una horda de delincuentes que querían agredir a alguien. No, hay una población de 30 mil asistentes al estadio en la que se infiltran sectores que quieren ejercer violencia, pero por eso no podemos suspender el fútbol como actividad.

  • ¿Cree que a medida que el tiempo se aleja de esa fecha en los recuerdos queda de manera más manifiesta la violencia que la legítima protesta, lo que genera un rechazo a lo que sucedió?

Sí. Lo que ocurre es que la memoria siempre es un ejercicio de construcción permanente. Lo que recuerdo de hace tres años no es lo mismo que recordaré diez años después. La memoria se va modificando y qué recuerdos quedan en mí, los hechos más notorios, a los cuales di mayor significación emocional y eso es algo que está investigado. ¿De qué me acordaré? De aquello que me produjo emociones más intensas. El 11 de septiembre de 1973 ocurrieron en este país miles de barbaridades, miles, me consta, estuve ahí, sin embargo, todo el mundo recuerda el bombardeo a La Moneda. Porque es lo que generó la emoción más fuerte, pero ese día mataron mucha gente, dispararon como locos, andaban los tanques en la calle en Santiago. Pero la memoria colectiva cada vez más va recordando el ataque a La Moneda y cada vez menos los otros eventos que ocurrieron. Lo que manda es la emoción vinculada a la visión, la cosa que vimos y que tuvo una promoción más intensa es lo que recordaremos. La memoria es una construcción social, se construye entre todos y así se mantiene.

  • ¿Están los elementos para que un episodio como el 18 de octubre vuelva a repetirse?

En la medida que los intentos fallidos constitucionales no han resuelto ni un problema creo que la energía está allí en stand by (en reposo, en espera). Cuando las sociedades no resuelven sus problemas en serio, porque esto ha sido un par de payasadas, la energía queda latente hasta que llega el momento y la circunstancia que la hace manifiesta.

  • Si la salida institucional sigue sin dar buenos resultados, ¿cuál puede ser el camino? En los sismos cuando ocurre un gran terremoto al mismo tiempo se libera energía, pero en este caso no podemos pedir un evento como ese.  

No se pueden controlar los terremotos, pero como sociedad sí puedes regular cómo se construyen los edificios, para que aun cuando tengamos uno de estos eventos, los edificios no caigan. Eso es crear una institucionalidad social a prueba de terremotos. Eso hay que hacer, abordar en serio y no a partir del interés de la coyuntura, porque hoy se están aprovechando, qué tiene que ver con todo esto el aborto en tres causales. Nada, pero aprovecharon de meter el tema porque tienen mayoría. Las consecuencias las pagaremos con el tiempo y por eso esto es algo que tiene que hacerse en serio y vemos que hasta acá es difícil pedir a los partidos políticos que hagan cosas en serio, lo han demostrado.

  • ¿En ese sentido coincide en que primero fue la Convención Constitucional y ahora el Partido Republicano los que se dieron esos lujos ideológicos que nos dejan con procesos fracasado?

Eso es. Las mayorías circunstanciales que tuvo tanto la gente de izquierda como ahora los republicanos generan en estos movimientos la idea de que ellos mandan el mundo. Entonces definen la Constitución que les gusta y los resultados son los que vemos.

  • ¿Cuál o cuáles son los elementos centrales que debería construir la institucionalidad para evitar otro estallido social o en caso de que ocurra, que el sistema pueda resistir de mejor manera?

Hay que abordar en serio el tema de la subsidiariedad del Estado. Es el problema fundamental, desde ahí surgen todos los males de nuestra sociedad, ya que es por la subsidiariedad del Estado que están las AFP, las isapres, la educación privada. Hasta la aparición de las fundaciones, por qué surgieron, porque el Estado no tiene capacidad de hacer algunos trabajos y tuvieron que contratarlas y ahí tenemos los resultados. Necesitamos un Estado capaz y un buen ejemplo es lo que dijo la funcionaria del Gobierno Regional, Lizza Aravena, quien declaró que no tienen personas para hacer los controles. Y esto pasa porque han querido minimizar el Estado y cada vez que uno dice que se requiere más gente para hacer las cosas en serio, responden “este comunista quiere hacer crecer el Estado”. No, se trata de tener un aparato que sea capaz de hacer lo que tiene que hacer y que no deba contratar una ONG, una fundación para resolver el tema de los campamentos.

  • ¿Ayudaría tener altos funcionarios de Estado que sean de carrera, como en otros países donde los ministros se mantienen a pesar de los cambios de presidente o del primer ministro?

Nosotros íbamos en ese camino con el proyecto de la Alta Dirección Pública, pero hasta eso lo han transformado en chacota. No somos muy serios para abordar problemas de este tipo, pensamos que alguien se quiere avivar y»entonces lo hacemos por acá». Hay un problema aquí de ética social involucrada en la gestión del Estado. Hace cuarenta o cincuenta años nos llamaba la atención cómo el gobierno mexicano hacia las cosas, muchos se acuerdan del dicho “no pido que me den, sino que me pongan donde hay”. Era la característica del PRI, un partido corrupto que gobernó México durante 50 años y era para la risa, los cargos se heredaban entre familiares y a nosotros nos parecía una barbaridad porque no estábamos acostumbrados a esos niveles de corrupción. Ahora, pasa todos los días.

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2 COMENTARIOS

  1. Evidentemente no fue un estallido, fue un acto programada por un grupo izquierdista, se ha demostrado con creces y también con los indultos del presidente quienes estuvieron detrás de esta seguidilla de delincuencia y terror.

  2. Sra María…se hubiera sido como usted dice, la izquierda hubiera dado un golpe de estado ese día…lea las respuestas de don César, se aprende

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