La Universidad de Antofagasta (UA) es el primer plantel de toda la macrozona norte del país en validar uno de sus laboratorios para integrar la red de vigilancia genómica del virus SARS-CoV-2, trabajo científico que dirige el Instituto de Salud Pública (ISP).
Esta clase de vigilancia, que en reiteradas ocasiones había sido solicitada por el Colegio Médico de Antofagasta, consiste en determinar las secuencias que forman el genoma del virus y los cambios en las posiciones de los nucleótidos indican mutaciones y la aparición de variantes. “Es importante tener una idea de cuáles son las variantes que circulan en la región, ya que puede generarse una evasión a la inmunidad de las vacunas o de las personas que fueron infectadas. Éstas pueden ser más transmisibles o virulentas y esto podemos estudiarlo”, explicó la directora del Laboratorio de Genómica Microbiana de la Facultad de Ciencias de la Salud, la doctora Alexandra Galetović.
Este laboratorio universitario, que utiliza la tecnología de secuenciación por nanoporo, es el primero de toda la macrozona norte (Arica a Copiapó) en lograr la validación. Actualmente, las muestras llegan del Centro Oncológico del Norte (CON) y si son sospechosas o que requieren vigilancia genómica, son enviadas a al ISP en Santiago. Con la validación confirmada, las tareas comenzarán una vez que se firme el convenio con el Ministerio de Salud (Minsal), momento en que el laboratorio quedará registrado para recibir muestras en la región. Otro punto importante dentro de este trabajo es que las mutaciones del virus necesitan conocerse en detalle porque en algunos casos se requeriría adaptar la estrategia de diagnóstico.
Galetović también sostuvo que, como universidad y laboratorio, “participamos de un proyecto con el Minsal, el ISP y el CDC (Centro de Control de Enfermedades), para estudiar la vigilancia genómica en regiones clave que tienen fronteras. La idea, como una de las posibilidades hasta que se implementen otros laboratorios, es que Antofagasta colabore con recepción de muestras de Arica”.
El proceso que terminó con el Laboratorio de Genómica Microbiana validado ocurrió cuando el Ministerio de Ciencias inició una colaboración con el Minsal y el ISP, institución encargada de revisar la vigilancia genómica. Debido a la sobrecarga de este servicio, surgió la idea de ayudar a través de laboratorios universitarios en el país, con las mismas instalaciones que apoyaron las tareas de diagnóstico. Por ello, se levantaron las capacidades de todos estos recintos universitarios y centros para determinar cuáles tenían la capacidad de secuenciar en un corto plazo. Dentro de los objetivos a cumplir para lograr el hito, el laboratorio ejecutó la revisión de los datos obtenidos de 13 secuencias genómicas de variantes del virus detectadas en Antofagasta y Mejillones entre febrero y abril del presente año.
La secuenciación genómica es más larga y compleja que el RT-PCR para diagnóstico, detalló la directora del laboratorio de la UA. Para completar la tarea se requiere de cuatro a cinco días desde que se extrae el RNA de la muestra hasta que se informa el resultado.
“La Universidad de Antofagasta por primera vez puede secuenciar genomas del virus y participar de la vigilancia como fruto de la colaboración con otras universidades como la PUC, Magallanes y el Consorcio de Genomas CoV2, que reúne varios planteles y centros de excelencia del país, además de investigadores de la Universidad de Chile que nos ayudaron”, destacó Galetović, quien además es parte de Comisión Asesora Ministerial Científica para el establecimiento de un sistema de Vigilancia Genómica COVID-19.