Nuestro país es un territorio lleno de oportunidades que cada día incorpora nuevos proyectos tecnológicos e innovadores para alcanzar metas y objetivos relevantes para el desarrollo.
En este sentido, las mujeres tenemos, cada vez más, un rol significativo dentro de dichos proyectos, aportando conocimiento, nuevas ideas y una gran visión hacia la sostenibilidad.
A nivel mundial y en Chile se están impulsando diversas iniciativas dirigidas a niñas y mujeres, para fomentar vocaciones en carreras STEM. Es así que, desde temprana edad, más niñas y jóvenes de las nuevas generaciones tienen la oportunidad de desarrollar capacidades y talentos en cuatro grandes áreas de conocimiento como lo son la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
El compromiso y apoyo de establecimientos educativos ha sido un factor de gran importancia para lograrlo. Sin embargo, el desafío es mucho mayor y requiere del activo protagonismo de las escuelas, liceos e instituciones de enseñanza superior y, a su vez, de las industrias de diferentes rubros, las familias y sociedad en su conjunto. Tenemos que ser capaces de ver y reconocer la importancia y el beneficio que las carreras STEM proporcionan y el que las mujeres participen en ellas.
Quizá hay quienes se pregunten ¿En qué contribuyen las STEM al país? Sin duda, en muchos aspectos. Los desafíos que enfrentamos relacionados con el cambio climático, la brecha digital social y de género, la educación de calidad, entre otras problemáticas, no se resolverán solas. Y son disciplinas vitales para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su Agenda 2030.
Enfocarse en la sostenibilidad y en la economía circular, y dirigir una ingeniería hacia dicho enfoque, marcará la diferencia en lo que queremos alcanzar y cómo lo alcanzaremos.
El aumento de la participación femenina en STEM, sumado a una mayor sostenibilidad y economía circular, será un aporte muy significativo para nuestro país y la construcción de una sociedad más inclusiva y sostenible. Las mujeres haremos la diferencia.