Virginia Woolf era una escritora inglesa que llevó cabo varias innovaciones en la narrativa y generó una importancia mundial a nivel de las renovaciones de la prosa. Su texto “Un cuarto propio” se ha convertido en uno de los ensayos fundamentales para el desarrollo del feminismo. Se trata de dos conferencias que ella dio el año 1929, en Cambridge a estudiantes mujeres. Posteriormente estas conferencias se reunieron y dieron lugar a este libro. El tema que ella tenía que pensar para estas conferencias era el tema de las mujeres y la ficción.
Virginia Woolf era una representante de una clase media acomodada que le daba esta charla a mujeres que podían asistir a la universidad, por lo tanto, podemos hacer algunas inferencias en relación al lugar de enunciación desde el que se habla. Woolf era una escritora, además, que participaba de los grandes círculos literarios, como el grupo Bloomsbury donde participaban intelectuales, artistas y pensadores, que, en general, generaban una serie de rupturas con la época victoriana y la serie de morales que regían en ese momento.
En este texto podemos encontrar verdades que son del orden de lo Universal y que convierten este texto en un Acontecimiento en sí mismo, ya que es capaz de hablar más allá de las situaciones que afectaban a las mujeres privilegiadas de la época, es decir trasciende a su particularidad geográfica, histórica y social.
En este caso, cuando le piden a Virginia Woolf que hable acerca de mujeres y ficción, ella dice que podría hablar de la relación entre las mujeres y la novela o qué hay esencialmente en una mujer que la hace escribir de una manera u otra, o qué grandes novelistas existen, sin embargo, ella toma una perspectiva muy materialista y parte con una opinión, que es la gran frase tan conocida: “UNA MUJER DEBE TENER DINERO Y UNA HABITACIÓN PROPIA PARA PODER ESCRIBIR NOVELAS” y hace un movimiento retórico, señalando que este es un asunto menor, pero toda la conferencia va a tratar acerca de este tema. Lo que hace Woolf es relevar la importancia de las condiciones materiales de existencia para poder tener un tiempo para escribir. Se escapa de la idea de que las mujeres escriben porque sienten más o porque tienen más contacto con la intuición, es decir, huye de cualquier esencialismo y señala que lo que una mujer necesita para escribir es un cambio en las condiciones materiales.
En esta misma dirección, hay otra charla que dicta Virginia Woolf el año 1931 que se llama “Las profesiones para las mujeres” donde ella vuelve a reiterar esto de que las condiciones en los trabajos perjudican a las mujeres y a toda la sociedad y llama a ponerse en contra del “Angel del Hogar” que era el título de un poema victoriano que era una suerte de oda a la mujer que se sacrifica por el hombre y la familia.
Una de las cosas más hermosas del ensayo “Un cuarto propio” y, si se quiere, la parte más ficcional, es que Virginia Woolf inventa la existencia de la hermana de Shakespeare: una mujer que era poetisa, pero que murió sin haber escrito nada, que no pudo escribir nada porque era mujer.
Virginia Woolf cierra diciendo que si todas las mujeres nos esforzamos y aún en la pobreza tenemos este ímpetu de trabajar y escribir, podemos revivir a la hermana de Shakespeare: un modo de hacer cuerpo todo lo no realizado en la historia. Cambiar esta relación de desigualdad a través de un esfuerzo colectivo.
Vale dirigirse a este texto y revisarlo en su profunda belleza e interpelación con el objetivo de buscar la legitimación en un universo que no siempre nos entrega las herramientas para desarrollar el proyecto de vida que queremos.
