“De qué sirve tener el conocimiento encerrado en los laboratorios”, pregunta Andrea Obaid Carrión, presidenta de Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia, ACHIPEC. “De nada”, se contesta ella misma, sin perder un segundo.

La profesional es una de las principales comunicadoras de ciencias de nuestro país y hace unos días estuvo en la ciudad dando la charla inaugural del Diplomado en Divulgación Científica que desarrolla la Universidad de Antofagasta y que busca, precisamente, preparar a los profesionales que hacen ciencia o se relacionan con ella, para que sepan llevar estos conocimientos al público en general.

Fue la oportunidad para insistir en el mensaje que Obaid viene entregando hace más de una década en distintos espacios y plataformas: no basta con escribir papers, también hay que darse el tiempo para contarle eso a la comunidad.

• ¿Cómo defines la relación entre periodismo y ciencias actualmente?

Yo creo que la pandemia nos dio una oportunidad a los comunicadores de ciencia, porque la ciencia se convirtió en protagonista estos dos años y después de una lucha bastante grande, los medios finalmente entregaron un espacio a estas temáticas. Hoy la ciencia está presente en las portadas de diarios importantes, en espacios de radio, programas de televisión y, por supuesto, en redes sociales y todas las plataformas digitales, que han dado espacio no solo a los periodistas, sino también a influencers que terminan siendo investigadores o médicos o doctoras que también han encontrado esta oportunidad.

• ¿Crees que por consiguiente los científicos ahora entienden mejor las necesidades de la comunicación social?

Sí, de todas maneras, yo creo que antes era un poco más lejana esa comunicación, pero ahora se entendió que tenemos que caminar de la mano, juntos, porque los periodistas somos el vínculo entre la comunidad científica y la sociedad. Pero tenemos que trabajar en las confianzas, porque hay muchos científico y científica que todavía le tienen terror a los periodistas porque no son especializados y a veces se equivocan, y cuando un periodista publica algo de una bacteria y en realidad era un virus, está desinformando a la sociedad y al final termina quebrándose esa relación con el científico. Por eso siempre he creído que debe haber una estrechez entre lo que hace el periodista y lo que hace el científico, y por eso también la necesidad de formar divulgadores de ciencia.

• ¿Cuál es el valor de la divulgación?

Yo siempre destaco cómo los científicos, médicos, se han convertido en líderes de opinión. Si tú revisas la tele, las radios, los medios, fueron ellos los voceros en esta pandemia. Creo que antes quizás no le daban valor a la divulgación, y de alguna manera hay que entenderlos, porque a los científicos les dan plata para publicar papers, y publicar papers le da puntaje a las universidades y finalmente las universidades terminan mejorando su estándar por esas publicaciones que hacen sus científicos, es decir, ahí estuvo siempre su preocupación principal. Pero ha habido un giro y ahora también se entiende que no pueden dedicarse solo a eso, no pueden guardarse ese conocimiento, porque cuando ese conocimiento llega a la sociedad, tiene un impacto mucho mayor. Los científicos, al salir de sus laboratorios y darle valor a la comunicación, derriban las fake news, que han sido un gran problema en todo este tiempo de pandemia por toda esta desinformación que ha circulado y contra la cual los científicos pueden ser líderes como voceros de sus conocimientos.

• ¿Con qué mensaje llegas a los científicos que aún son reacios entrar en este mundo más abierto que conlleva la divulgación?

Creo que esto uno tiene que verlo como una misión en la vida, para qué estudias ciencia, para qué haces investigación, si no compartes lo que sabes, o sea, no te puedes guardar eso. La misión de los científicos es con la sociedad y es necesario contar lo que haces, porque contarlo hace que se genere una valorización de tu territorio. Cuando las personas entienden que hay científicos en Antofagasta que están estudiando los salares, los cielos más limpios del mundo, que hay sitios arqueológicos, esa valorización hace que nos identifiquemos con nuestro territorio y que lo cuidemos. Pero por sobre todo creo que el mundo ha cambiado y la información tiene que ser compartida, es un compromiso con uno mismo.

• La Universidad de Antofagasta está ofreciendo por segundo año un diplomado de divulgación científica precisamente para contribuir a este diálogo entre ciencia y sociedad…

El diplomado de divulgadores es fantástico, hay solo dos en Chile, el de la Universidad de Chile y el de la Universidad de Antofagasta, no hay más. Yo tuve que ir a España a especializarme en divulgación científica, por eso creo que esto, que parte en la Región de Antofagasta, tiene que abrirse y que cualquier persona de Chile y el mundo pueda formarse en este diplomado. Hay un montón de investigaciones y conocimientos que están en los laboratorios y se quedan en los laboratorios, entonces tenemos que formar a estas personas para que compartan sus conocimientos con la sociedad. Acá lo que tenemos que hacer es profesionalizar al divulgador científico y que sea reconocido. Chile necesita una estrategia de divulgación de ciencia más allá de un gobierno, tiene que ser una política de estado apalancada en la Constitución.

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