Las mujeres deportistas nos han mostrado un cambio significativo a nivel mundial, evidenciando el liderazgo y empoderamiento de ellas en la toma de decisiones acertadas por nosotras y por las que vienen.
Un ejemplo de ello es la atleta Allyson Felix, que con 17 medallas olímpicas enfrentó a la empresa patrocinadora, una gigante del retail, tras políticas contractuales discriminatorias por maternidad. ¿Qué mujer no ha vivido una experiencia similar? Acciones que menoscaban los derechos de las mujeres, la maternidad, la conciliación de la vida familiar y el disfrute de una vida plena. El embarazo no es el problema, el problema son los estereotipos de género que promueven una sociedad sesgada.
Por otra parte, están las jugadoras noruegas de balonmano, quienes fueron multadas por negarse a usar bikini para competir en un campeonato europeo. No deja de impactar que las reglas de vestimenta sean tan desiguales para mujeres y hombres, obligando a ellas a usar un uniforme restrictivo, incómodo y sexualizado. Volvemos a políticas discriminatorias que en nada aportan al desarrollo del deporte y la pasión que moviliza a estas deportistas ¡jugar y ganar!
Estas dos problemáticas contingentes deben servir de inspiración a las empresas, organizaciones e instituciones para generar políticas de Inclusión & Diversidad que promuevan el completo desarrollo de las personas, potenciando los mejores talentos de ellas y ellos en sus diversos desempeños. Estamos hablando de derribar estereotipos, eliminar brechas, abrir oportunidades en igualdad de condiciones y facilitar espacios para el desarrollo integral de cada persona.
El Ciclo #Avanzar: Desafíos regionales para la participación de las mujeres en el trabajo, liderado por ComunidadMujer y Escondida | BHP, que finaliza con esta columna, fue pensado precisamente para aportar una mirada inclusiva en la inserción de las mujeres en el trabajo. No podemos permitir que existan brechas salariales, que el cuidado de niños, niñas y personas mayores y dependientes recaiga sólo en las mujeres. No podemos permitir un retroceso de 10 años en el campo laboral femenino producto de la pandemia, no podemos permitir que haya políticas empresariales que limiten la libertad de una mujer al decidir ser madre, ni permitir que haya trabajos que “no podemos hacer” o carreras con las que no podamos soñar.
Como organización estamos alineados fuertemente a nuestra política de Diversidad e Inclusión que promueve el desarrollo de todas y todos por igual. Con oportunidades y espacios que cada vez evolucionan hacia lo que en conjunto buscamos, la integración completa de cada persona y su desarrollo. Actualmente, tenemos el desafío de alcanzar el balance de género al 2025 y cada persona de la compañía está generando esfuerzos individuales y colaborativos para contribuir a la inclusión de más mujeres en las distintas áreas.
El desafío es grande más no imposible. Nos inspiran en la mirada de futuro las medallistas de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 del skateboarding, Momjji Nishiya y Rayssa Leal, niñas de 13 años que son el claro ejemplo de que no hay límites para los sueños. Y algo muy importante, que el avance para construir una sociedad equitativa donde ellas crezcan y se desarrollen con igualdad de oportunidades depende de múltiples esfuerzos. Seamos parte de los cambios, por nosotras y las que vendrán.
