Esta noche, mientras los cánticos navideños inundan los espacios y las luces encienden la geografía en el vuelo de huellas sin tiempo; junto a la Navidad, también  se aproxima  un Aniversario más de nuestra Ciudad, de nuestro Pueblo de Salar Grande que generoso abre la Puerta del Sol; más, nuestras gentes semejan habitantes estremecidas por un mundo sufriente de una  Antofagastinidad  tan Ausente que, tan solo se viste  con miles de rostros tatuados de tristeza, infelicidad, rebeldía e insatisfacción como caminantes y espejismos, abrumados y desesperanzados, cual multitud intoxicada de pobreza espiritual  e incomunicación.

Y aunque los buenos sentimientos del SER Antofagastino, no deben nacer sólo en Navidad; sino un Sueño permanente que, desde la digna libertad, debe ser interpretado con el canto propio; por ello, desde mi ser ciudadano, al encontrarme en mi Mirador Nerudiano que observa inalterable la ventana azul del Pacífico;  desde el silencio que sólo se interrumpe en danza traviesa con el Canto “Morena Esperanza” de ILLAPU; y  luces navideñas que trazan y dibujan la ruta del mágico espacio nocturno cósmico de estrellas, permítanme reflexionar sobre el presente y futuro de nuestra ciudad.

Allí, desde la Misión del Maestro Eterno que se alimenta entre la naturaleza humana y espiritual de los misterios y laberintos del alma; repentinamente se me humedecen los ojos y mi corazón, por la tristeza de no ver grande a nuestra Ciudad, a nuestra Antofagasta Amada que, tantas veces, se pierde en la oscuridad y habita prisionera entre múltiples, variadas e interesadas trincheras y fronteras egoístas de pequeña y pobre humanidad.

Respetada Comunidad Antofagastina, los Romanos dicen que, “Esta tierra es de lucha”; entonces, debemos continuar esta vida de esfuerzos, desde el desierto hacia el espacio celestial, en cantos de versos de mar, de sal y de sol; por ello, como Maestro-Social de la Vida, insisto que las Autoridades y Organizaciones que escuchen las voces de las gentes y de todos los actores de nuestra Nortina Ciudad-Comunidad

Antofagastinos, permítanme reiterar el llamado a la Reflexión, a la Sabia Humildad, a la Escucha serena y efectiva y a la Participación Sin Exclusión; porque, pareciera que, curiosamente, muchas veces sólo escuchan las piedras del norte que, siendo aparentemente rocas insensibles talladas por los mares y tiempos del norte, se sensibilizan en curiosa humanidad y hablan compasivas, entonando un bello canto que motiva a reintentar el Encuentro en el Entendimiento Humano.

Ciudadanos, si las Piedras del Norte Escuchan, Reflexionan y Hablan; entonces, os invito a que, todas y todos, abrazados por el viento, dejemos atrás el llanto lastimero para continuar entonando en explosión de esperanzas, nuestro propio canto del Sueño de Ciudad; elevemos nuestras Voces Ciudadanas Universales para llamar a todas y todos los Antofagastinos, en encendido discurso en voz de sal y de sol,  a “Escucharnos, todas y todos para reconstruir nuestra raíz morena y, hacer de nuestra tierra de amalgamas y espumas coronadas por los cielos más bellos del mundo, la verdadera Capital de Chile y del Mundo, no sólo desde la Minería en su simplicidad de riqueza natural; sino también, desde el Desarrollo Global, Sustentable y Ciudadano;  desde la Astronomía, Astroturismo, Energía Renovable, Conciencia Ambientalista, Integración Marítima, Aérea y Terrestre, basada fundamentalmente desde la PERSONA HUMANA que debe nacer desde el pilar de los pilares que debiera ser, nuestra EDUCACIÓN, basada en un modelo sustentable que rompa todas las asimetrías  para avanzar, en equidad e igualdad y respeto  hacia el crecimiento justo y digno, con oportunidades para todas sus Gentes”.

Por ello, desde la humildad del Maestro, os invito una vez más a continuar soñando Identidad Nortina y a comprometernos con una Visión de Proyección y Grandeza Ciudadana, como aquella que soñaran ayer otros grandes Ciudadanos que nos legaran la huella de la cimiente nortina. Indudablemente ello requiere que:

Desde la Educación, tallemos en nuestros Niños, Jóvenes y Ciudadanos todos con el Sello de Identidad Local, Regional y Global, con una Cultura Propia; pero, generosa para compartirlas con todos sin fronteras ni trincheras del egoísmo y así, como la milagrosa expresión del cactus que florece, nuestra Ciudad-Comunidad, escondrijo del cobre y del litio, debe florecer de Nortinidad   en hermosa Hermandad Universal.

Ciudadanos de Antofagasta, los conceptos bíblicos escriben: “Por los frutos le conoceréis”; entonces, avancemos en la cosecha y podremos obtener sus frutos, sólo si entendemos que vida no es sólo existir, ni tampoco vivir más, sino que, es trascender, es amar, comprender, ser compasivo, perdonar y dar a nuestras existencias, Significación de Humana Nortinidad.

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