El homicidio de Byron Castillo, conductor de 25 años quien fue golpeado y lanzado desde un paso nivel en la ruta que une Antofagasta con Mejillones, gatilló una serie de cortes de camino en el norte del país como consecuencia de la movilización del gremio de camioneros. “Ya no podemos dormir en las rutas”, aseguraron los conductores que la jornada del viernes pasado llegaron hasta la Delegación Presidencial a protestar, mientras sus dirigentes mantenían una reunión con las autoridades exigiendo medidas luego de este crimen.
Lo sucedido en la Ruta 1 tuvo connotación nacional al involucrar dos elementos complejos: la situación migratoria por el ingreso sin control de extranjeros y la seguridad de los transportistas de camiones, principalmente por casos registrados en la zona sur del país. Y estos dos aspectos se mezclaron en las rutas nortinas, ya que los camioneros habían denunciado que cada vez era más frecuente que sus recorridos fueron interceptados por quienes intentaban subir a sus máquinas.
Tras el homicidio, el gremio de los camioneros se articuló a nivel nacional con una serie de cortes de arterias, lo que obligó al presidente Sebastián Piñera a realizar de urgencia con una reunión remota con el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, para que éste iniciara el diálogo con los dirigentes y alcanzara una solución a las movilizaciones.
José Vega es antofagastino, tiene 45 años y lleva 25 trabajando como conductor. Recorre todas las carreteras del país e incluso ha salido al extranjero entregando todo tipo de cargas. “Cuando elegimos este trabajo sabíamos que lo haríamos todos los días, no tenemos Navidad, Año Nuevo ni 18. Pasamos poco tiempo con la familia y ahora no tenemos seguridad, ya no podemos dormir en la ruta”, explicó.
Vega relató que desde el 2020, en plena pandemia, notaron que la situación en las rutas ya no era la misma. “Como cruzaba la frontera veía cómo entraban grupos y grupos de personas sin ningún control. No he pasado una situación como la de mi compañero Byron, pero nos tiran cosas. Antes se paraban a un costado de la carretera, pero ahora se colocan en el medio, se cruzan hasta con carros, es algo muy peligrosos. Últimamente están colocando barricadas o piedras y para evitar un accidente, lo que hace uno es parar, momento que aprovechan para amenazar y tratar de subirse al camión”, dijo.
Estos hechos, aseguró, ya no ocurren en zonas alejadas, a estas alturas pasan en cualquier sector y que quienes lo hacen no les interesa si caen desde el camión o son atropellados.
El conductor manifestó que, a nivel nacional, su gremio había advertido a las autoridades las complicaciones que estaban experimentando para realizar su trabajo, aunque inicialmente con los casos en el sur del país, con la quema de camiones y casos de homicidio. “Nosotros no tenemos la culpa, elegimos esta profesión y muy orgullosos de ser camioneros. Pero lamentablemente se dio esta situación que es muy compleja y no queríamos llegar a esto (corte de caminos), porque Byron era más que un compañero de trabajo, era un amigo con el que compartíamos todos los días en el puerto, es algo muy doloroso”, señaló.
Vega sostuvo que la versión que manejan de lo sucedido con su compañero es que mientras transitaba por la Ruta 1 que une Antofagasta con Mejillones, unos extranjeros con una piedra rompieron el parabrisas de su máquina. Por la falta de visibilidad y para encarar a los responsables descendió, siendo golpeado con objetos contundentes y para luego ser lanzado en el sector del paso nivel, falleciendo en el lugar.
“No queremos más riesgos»
“No queremos más de estos riesgos, salimos de nuestras casas y no sabemos si vamos a volver ya no por un accidente, sino porque pueden matarte. Si por último quisieran robar, uno se baja y que se lleven todo, pero esa alevosía de matarlo, le pegaron y luego lo tiraron por el paso nivel. Sin embargo, cuando el conductor comete un error cae todo el peso de la ley”, cuestionó.
Tras el crimen, indicó que buscan estar protegidos para desarrollar su labor. “No mataron un perro, mataron una persona que iba a ser padre y estaba feliz por ello. Cuando su hijo nazca la madre tendrá que decirle que a su papá lo tiraron desde un paso nivel y por eso murió. No tengo nada contra los extranjeros, pero si vienen que sean para aportar, no a ser delincuentes. Todos tenemos familia y si esto no se arregla tendremos que defendernos, no quiero llegar en un cajón a mi casa”, expresó José Vega.
La mañana del viernes en el Tribunal de Garantía de Antofagasta se realizó el control de detención de las tres personas vinculadas al crimen. En la audiencia, el fiscal Liborio Fajardo solicitó la ampliar el control de detención a la espera de los informes que permitan precisar la calificación jurídica de los hechos. La ampliación fue concedida hasta hoy en la mañana, instancia en la que el Ministerio Público deberá formalizar a los detenidos y se conocerá el detalle de los hechos.
“No podemos parar a dormir»
Gustavo Vergara trabaja hace diez años trasladando cargas de alto tonelaje en todo el país y contó que junto a sus compañeros en Antofagasta tiene la misión de realizar entregas en Arica o Santiago y “no podemos parar a dormir porque tal vez nos asaltan o roban, no tenemos seguridad”.
También coincidió en que estas situaciones comenzaron casi a la par de la pandemia, ahí empezaron a ver con frecuencia personas que se paran en la carretera para subirse a los camiones. “Es triste lo que estamos viviendo porque la ley nuestra es en ocasiones morir en la carretera, pero no asesinados. Hay familias detrás, Byron iba a ser papá y todo esto duele mucho”, dijo.
Vergara afirmó que hace pocos días, en el sector de La Negra (ruta hacia Santiago) no quiso parar a un grupo y por ello le tiraron piedras desde lejos, las que no alcanzaron el camión.
Se pararon en el semáforo y si no sigues pasa cualquier cosa. Era un grupo y también me dio pena ver a niños pequeños y guaguas, pero no podemos llevar gente. Tenemos historias de otros compañeros que vivieron cosas complicadas, hace poco en la Mano de Desierto se subieron del camión y el ‘viejo’ paró para bajarlos y lo amenazaron con cuchillas. ¿Quién puede trabajar tranquilo así?”, comentó.