Catalina Pérez Salinas estudió Derecho en la Universidad Católica del Norte y era conocida por el fervor que imponía como dirigente estudiantil y el llamativo color rojizo de su cabello.

Ese mismo ímpetu y convicciones son las que le abrieron una meteórica carrera que inició como escolar y que la tienen desde noviembre pasado y, hasta ahora, por ocho meses, como la segunda vicepresidenta de la Cámara de Diputados.

Pero la noche del lunes pudo verse otra imagen de Pérez: nerviosa y molesta. Amenazada por una moción de censura que podría sacarla de la mesa de la Corporación, descartó cualquier injerencia en el bullado acuerdo firmado por Carlos Contreras, renunciado seremi de Vivienda, y ex asesor legislativo de la diputada, y Daniel Andrade, representante legal de Democracia Viva (su actual pareja).

«Aquí hubo un error político de juicio grave y los responsables políticos, que son los firmantes del convenio, don Carlos Contreras y don Daniel Andrade, que tendrán que responder cómo corresponde», dijo la parlamentaria.

No obstante, este caso parece un ejemplo del estilo que cultiva Pérez en política. Allí ha tejido una considerable y compleja de red de poder al interior de distintos espacios del aparato público de Antofagasta y en Santiago. Con Revolución Democrática, su partido, como escudo, ha instalado a una serie de personeros muy leales, con quienes tiene importantes grados de amistad, que es precisamente lo que ha causado resquemores y ruidos en otros partidos y en funcionarios de las reparticiones públicas.

Es por eso que las dudas, igual que sus redes, son amplias y generosas.

Éxito rápido

La vida política de Pérez ha estado determinado por el éxito. Dos carreras corridas, dos triunfos.

En 2017, ya como abogada, postuló al cargo de diputada en las elecciones parlamentarias del 19 de noviembre de 2017, en el Pacto Frente Amplio y resultó electa con 6.106 votos, equivalentes a un 3,39% del total de los votos.

En enero de 2019 asumió la presidencia de Revolución Democrática, cargo que ejerció hasta julio de 2021, estableciendo una muy buena relación con el actual ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, de quien pasó a ser una especie de voz local.

Como diputada de oposición, Pérez bebió de grandes momentos y celebró el estallido social, desde la lectura algo obvia para el sector: se trataba de un despertar de la población contra el modelo social y político impuesto en dictadura y consolidado por la Concertación.

“En Chile la vida de un pobre no vale nada. ¿Cómo quieren que no lo quememos todo?”, fue uno de los Twitter publicados por ella durante aquellas jornadas.

Las críticas contra el Minsal y el gobierno en pandemia tuvieron el mismo duro tenor.

No obstante, también fue encarada y rechazada cuando trató de transitar por Plaza Italia (también le pasó a otros políticos), en una imagen viralizada y que la mostró caminando con evidente temor a ataques físicos.

Durante el mismo año, ocupó un rol fundamental en la articulación y firma del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, que decantó en el actual proceso constituyente. En noviembre de 2021 fue reelecta en el cargo de diputada con la primera mayoría en el mismo distrito.

Pero con el triunfo de Gabriel Boric en la Presidencia, morigeró o derechamente cambió todo su discurso reciente y se ha consolidado como una militante disciplinada de un gobierno con problemas de apoyo y enfrentado a las conocidas derrotas en las urnas.

Esto se ha traducido en el apoyo irrestricto de todas sus propuestas, incluyendo aquellas que no estaban en el programa o que colisionan con sus convicciones o lo que reclamaba apenas hace algunos meses.

«Los amigos de Cata»

Pérez se convirtió desde entonces en uno de los principales focos de poder en la Región, concretando una amplia red de simpatizantes y miembros de RD en puestos claves del aparato público regional, muchos de los cuales fueron sus asesores o fueron propuestos por ella a distintos cargos de elección.

Entre estos se cuentan Paula Orellana, en el Consejo Regional; Paz Fuica, concejal de Antofagasta; Gustavo Riveros, seremi de Medioambiente; el desahuciado Carlos Contreras; María Gloria Lazcano, Consejo de la Sociedad Civil del Gore y Marcela Astudillo, directora de la Dirección de Aguas del Ministerio de Obras Públicas; Iván Ávila, excandidato a senador y hoy periodista de la Delegación Regional y Cindy Gómez, excandidata a concejal, que hoy está en la Seremi de Desarrollo Social. Se suma Liliana González, excandidata en la última elección a convencional, que está en Conadi, entre otros.

Como dato anecdótico, Paula Orellana y Carlos Contreras eran pareja hasta hace poco, pero terminaron su relación con problemas ventilados en RRSS hace algunos meses.

Bien puede decirse que la articulación conseguida por Pérez se explica gracias a la cercanía con el Presidente Boric y el ministro Giorgio Jackson, también militante de RD. En el fondo, ella es el rostro más reconocible de La Moneda en Antofagasta. Esto es lo que explica que ningún otro representante del sector en el Congreso (los senadores Esteban Velásquez y Pedro Araya o los diputados Jaime Araya o Sebastián Videla) hayan logrado imponer tantos nombres como Pérez Salinas.

Pero al mismo tiempo, se comenta que esa red no tiene una orgánica clara, ni diseño ni objetivos precisos; más bien se acusa que solo es el grupo de los amigos de Pérez, quienes -en su mayoría- no gozarían de mucha experiencia para ejercer los cargos, generando más de un conflicto con funcionarios de carrera.

Las críticas -por lo que se sabe- abundan en el gobernador Ricardo Díaz y los congresistas de centro izquierda, quienes reconocen que a nivel local, no hay plan alguno, sino simple voluntarismo, sin mapa que desarrollar.

Y aunque se reconoce que Pérez trabaja, tiene un esfuerzo excesivo en Santiago, donde vive hace años. Por ello se reclama que viaja muy poco hasta Antofagasta o la región, apenas dos días de la semana distrital.

Su pareja

Con todo, lo más sorpresivo de la ex dirigente estudiantil, ha sido la generosidad o el desconocimiento de los trabajos de su pareja, quien muestra un currículo a lo menos escaso: dentro de sus experiencias previas figura como analista de estudios y política del Ministerio de Obras Públicas (agosto a septiembre de 2022, dos meses) y asesor de política medioambiental en la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda (febrero a agosto de 2022, ocho meses).

Con eso, ha consolidado su fundación sin fines de lucro (de las que Pérez ha participado como conferencista y publicitando sus acciones) y sus asesorías expertas en materia de defensa.

Lo último fue el conflicto que gatilló la renuncia y salida de Contreras, después que se hicieran conocidos los convenios por $426 millones con la fundación Democracia Viva, todos militantes de RD.

Andrade -ingeniero civil mecánico- es el mismo cuestionado por su ingreso a la Subsecretaría de Defensa en octubre de 2022 y de la que hoy se conoció su renuncia. Se supone que en la cartera dirigida por el incombustible Víctor Barrueto cumpliría funciones de seguimiento, división de evaluación de proyectos y empresas estratégicas de la defensa nacional, seguimiento legislativo, generación de informes y articulación política.

Pero fue el problema que saltó con su fundación a nivel local generó más impacto. El asunto era vox populi al interior de RD y también entre gremio de funcionarios, quienes, en privado, manifiestan que hubo un posible tráfico de influencias.

Se trata de un reproche ético, más que formal, el cual la diputada pasó de responder desde la primera esfera este fin de semana, hasta calificarlo de “error político de juicio grave”, ayer por la tarde.

La historia sigue en desarrollo.

Hija del exilio

Nacida en Malmo, Suecia, el 18 de diciembre de 1990, Pérez es hija de Ricardo Pérez Miranda y de María Ángela Salinas Meza, exiliados por la dictadura militar, quienes recién pudieron retornar a Chile cuando su hija tenía cuatro años, recién terminado el gobierno de Patricio Aylwin.

Es indudable entonces que la historia familiar de Pérez determine sus convicciones y móviles.

Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Liceo Experimental Artístico (LEA) de Antofagasta (1997-2006) y allí comenzó su trayectoria política y pública, cuando al cursar primero medio formó parte del Centro de Estudiantes del LEA.

Para la “Revolución Pingüina” de 2006 levantó, junto a otros estudiantes, la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Antofagasta, convirtiéndose en una de las voceras regionales. La oportunidad, además, le permitió conocer otros liderazgos nacientes en el resto del país.

Durante el resto de su enseñanza media, los que concluyó en el Colegio Academia Tarapacá de Iquique, siguió formando parte de la dirigencia del Centro de Alumnos y de dos federaciones de estudiantes secundarios. 

En 2009 ingresó a estudiar Derecho a la Universidad Católica del Norte y se tituló de Abogada el 6 de octubre de 2017. Entre 2009 y 2011 se desempeñó como Consejera de la Facultad de Humanidades de la FEUCN y fundó el Preuniversitario Social de Estudiantes de la Federación, de la cual es también fue su directora y en 2014 fue electa presidenta del Centro de Estudiantes de la misma Escuela. 

Entonces fue reconocida como una alumna de ideas radicales (muy pro PC) y destacó liderando paros y movilizaciones al interior del plantel. Se dice que por ello -cuestión ideológica íntima- no ha pagado el CAE, el cual esperaba que fuera condonado en el anuncio de la Cuenta Pública presidencial.

Pero hay algo más que la une con otros líderes del Frente Amplio. Si bien, en su vida desarrolló diversos trabajos, tales como vendedora, empaque de supermercados, examinadora del SIMCE, profesional de apoyo en el proceso de evaluación del Programa Quiero Mi Barrio, en diversas comunas de la Región Metropolitana y procuradora en el Estudio Jurídico Vidal Abogados de Santiago, su primer trabajo de largo plazo es el de diputada.

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