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viernes, 19 abril, 2024
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Estudio demuestra eficiencia de la vacuna CoronaVac contra variantes Delta y Ómicron en población infantil

El ensayo, desarrollado en la región por la Universidad de Antofagasta, destacó la seguridad de las inoculaciones con el registro solo de reacciones adversas leves y locales, sin efectos graves. El director de la investigación, Angello Retamal, sostuvo que “distintos académicos y académicas han puesto sus saberes y laboratorios durante la pandemia para diagnosticar covid y secuenciar muestras. Eso nos muestra la relevancia de las universidades en sus territorios”.

El estudio clínico para evaluar la eficacia, inmunogenicidad y seguridad de la vacuna CoronaVac en población infantil publicó sus primeros resultados, los que determinaron que, tras cumplir con el esquema completo de inoculación, los pacientes desarrollaron títulos de anticuerpos neutralizantes contra las variantes Delta y Ómicron del Covid-19. La investigación liderada en el país por la Pontificia Universidad Católica fue desarrollada en la ciudad por un equipo de especialistas de la Universidad de Antofagasta (UA), quienes vacunaron y realizaron el seguimiento del grupo compuesto por niños entre los tres y 17 años.

La población de estudio toleró de buena forma el proceso que consiste en la aplicación de dos dosis cada cuatro semanas y una espera de 28 días para alcanzar la inmunización. Los datos indicaron que solo hubo reacciones adversas leves y locales, las que se apreciaron en dolor o el enrojecimiento de la zona, sin registrar efectos graves. Además, señalaron que CoronaVac es la única vacuna aprobada para los menores de cinco años.

Como director de la investigación en Antofagasta, el doctor en genética molecular y microbiología de la UA, Angello Retamal, sostuvo que los primeros resultados fueron publicados en la plataforma científica MedRxiv y actualmente la información atraviesa la etapa de revisión por pares. Entre las conclusiones, el estudio reveló que cuatro semanas después de la segunda dosis, aumentan de manera significativa los niveles de anticuerpos totales y neutralizantes, junto con una mayor activación de linfocitos T, que son los componentes importantes de una respuesta inmune antiviral, incluso contra las variantes Delta y Ómicron.

“Los resultados nos muestran, primero, que no hay efectos adversos importantes en la población sujeta a estudio, solo las normales para todo tipo de vacunas; y, en segundo lugar, que esta vacuna genera respuesta inmune por anticuerpos que tienen la capacidad de neutralizar las variantes Delta y Ómicron, induciendo, además, componentes de inmunidad celular para combatir infecciones virales”, manifestó el académico de la UA.

Retamal destacó que tuvieron una buena recepción de los padres independiente del nivel educativo, ya que todos comprendían por qué acudían para ser parte de la investigación. Las consultas principales se asociaron a la respuesta inmune que generan los niños y la pregunta más frecuente era sobre la necesidad de una tercera dosis de refuerzo.

“No había tanto temor, sino más bien querían saber. Para algunos fue interesante participar del estudio, en otros había convicción de que la vacuna era segura y entrega una respuesta inmune y por eso confiaban, porque los resultados contribuirían para avanzar en su implementación como política pública. Esto que fue ocurriendo en el tiempo, ya que gracias a los mismos resultados se aprobó el uso de emergencia. Cuando se abrió el estudio teníamos nueve voluntarios que eran placebo y de ese grupo, todos continuaron. Agradecemos la voluntad de los padres y los niños y niñas que participaron y siguen siendo parte”, subrayó.

La Pontificia Universidad Católica lidera este ensayo junto al Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia. El director de este último, Alexis Kalergis, también profesor titular de la PUC, precisó que a las cuatro semanas de la segunda dosis de la vacuna de Sinovac, se observa un incremento significativo en el nivel de anticuerpos anti Spike y otros antígenos, con anticuerpos neutralizantes en niños y adolescentes, mostrando que existe un 100% de seroconversión (todos presentan anticuerpos). Sobre las variantes de mayor circulación como Delta y Ómicron, Kalergis señaló que observaron que los anticuerpos neutralizantes las reconocen, pero su capacidad de neutralización es más baja. Por otro lado, cuando evaluaron la activación de linfocitos T frente a estas variantes fue posible identificar una respuesta inmune similar a lo observado frente a la cepa de origen.

Cifras del estudio

La investigación detalló que 963 niños, niñas y adolescentes participaron en el estudio entre el 10 de septiembre y el 31 de diciembre, y la edad promedio los reclutados es de 6,35 años. Entre los efectos adversos 30 minutos después de la inoculación, el 3,8% y el 1,7% de los participantes de tres a 11 años informaron dolor local después de la primera y la segunda dosis, respectivamente, y lo mismo ocurrió con el 2,2% y el 8,2% de los adolescentes.

En los efectos adversos no inmediatos, lo más frecuente fue el dolor, observado en alrededor del 15% de los niños de 3 a 11 años después de la primera dosis y en el 8% después de la segunda dosis. En los adolescentes se reportó dolor en alrededor del 25% luego de cada dosis, siendo significativamente mayor que en niños luego de la segunda dosis. El resto de los efectos adversos locales se informaron en menos del 5% de los niños de 3 a 11 años y en menos del 10% de los adolescentes. La mayoría de los efectos adversos se resolvieron en 2 días.

Para Angello Retamal, una de las motivaciones en esta clase de trabajos es aumentar la complejidad de la investigación que realiza la Universidad de Antofagasta, ya que se trata de un compromiso institucional para responder a las necesidades del territorio.

“Distintos académicos y académicas han puesto sus saberes y laboratorios durante la pandemia para diagnosticar covid y secuenciar muestras. Eso nos muestra la relevancia de las universidades y particularmente las públicas en sus territorios. Para mí esta investigación en Antofagasta es importante porque amplía las áreas del saber, somos un grupo que nos dedicamos a investigar el sistema inmune, cómo interactúan con los microorganismos y desde esa perspectiva desarrollar vacunas, antivirales y tratamientos que puedan llegar a la clínica. Esto es el motor principal del saber para implementar en región y aumentar la masa crítica y de científicos, enriqueciendo el ecosistema que ya existe en Antofagasta. El llamado es a estar atento a las necesidades territoriales y desde la ciencia entregar herramientas que nos ayuden a combatir enfermedades, resolver problemas de salud pública o ambientales y también desarrollar nuevas tecnologías”, apuntó el doctor.

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