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lunes, 29 abril, 2024
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Antofagasta y su historia

Jorge Hicks, el primer caballero del Ancla

El inglés que mandó a dibujar el emblema en el cerro destacó por su caridad con los puertos de Mejillones y Tocopilla cuando fueron azotados por terremotos. Además tuvo un papel protagónico en la antesala de la Guerra del Pacífico.

Proyecto financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación 2023

Jorge Hicks fue el primer administrador inglés de la Compañía de Salitre y Ferrocarril Antofagasta, la principal empresa que operaba en el entonces puerto boliviano a mediados de la década de 1870.

Antes de este nombramiento, el inglés nacido en el Condado de Cornwall Inglaterra en 1833, ya tenía tras de sí un enorme bagaje de experiencia como aventurero minero en tierras chilenas, a las cuales había arribado en 1853.

Contador, industrial y gerente, encabeza expediciones al desierto de Atacama  y al territorio de El Loa buscando y hallando yacimientos de nitrato. Se vincula con la sociedad inglesa Gibbs & Son y tras algunos años de trabajo con la firma, llega a ser destinado como gerente de su principal compañía en Antofagasta.

Relación con la ciudad y la región

Para 1875 cuando Hicks asume la gerencia del Ferrocarril, Antofagasta apenas se configuraba como urbe. Habían pasado solo siete años desde su fundación y dos desde que se organizase su primera municipalidad, al alero de ciudadanos chilenos y europeos.

Según destaca el libro Forjadores de Antofagasta “como representante de la principal firma contribuyente en la ciudad tras la creación del Consejo Municipal, colabora en la subvención del alumbrado público y otros servicios comunitarios, como la remoción de peñascos para la conformación de las calles y áreas públicas del puerto”.

El 9 de mayo de 1877 Antofagasta, Mejillones y Tocopilla fueron devastadas por un terremoto y posterior tsunami, que de paso dieron el “tiro de gracia” al ya decadente puerto de Cobija, donde las autoridades bolivianas estaban asentadas.

El historiador Juan Collao Cerda en Historia de Tocopilla explica que, “en Antofagasta, la empresa de Salitres y Ferrocarriles representadas por el súbdito inglés Jorge Hicks fue la primera en reaccionar frente a la tragedia, aportando la suma de 2 mil pesos fuertes en dinero, y abonó 1.300 pesos que significó el primer auxilio enviado a Mejillones (…). El Gobierno de Chile, en forma solidaria, despachó a toda máquina al vapor ‘Abtao’ con un cargamento de víveres y ropa que fue distribuido en los puertos azotados por la catástrofe”.

Ancla del cerro

Pero hasta hoy, uno de los aportes que aún perdura -pero que poco se sabe de su origen-, fue el dibujo que Hicks mandó a hacer en el cerro más elevado del puerto para advertir a los vapores y buques mercantes el lugar donde se encontraba Antofagasta.

La tarea mandatada por el inglés en 1868, antes de que fuese administrador de la compañía, la cumplió un trabajador de su empresa de apellido Clavería, asegurando las magnas dimensiones de la misma que fueron de 18 metros de largo (caña) por 11 de largo (cepo). Posteriormente en 1956 un grupo de instrucción de Carabineros trepó el cerro para construir en el mismo lugar un ancla de concreto, que subsiste hasta hoy.

Este símbolo se volvió en uno de los referentes de Antofagasta, siendo tomado por las autoridades municipales en 1953 para condecorar con el “Ancla de oro” a sus ciudadanos destacados como “hijos ilustres”.

Conflagración del 79

Otro rol protagónico de Hicks fue en la antesala de la Guerra del Pacífico, pues era él quien fungía como representante de la principal compañía que debía pagar el aumento del impuesto de los 10 centavos por quintal del salitre, que las autoridades bolivianas habían subido pasando a llevar un tratado previo de 1874 que no contemplaba el alza.

Los dimes y diretes entre las autoridades bolivianas y Hicks -quien se negaba a cancelar el nuevo gravamen- llevaron a que interviniesen las autoridades chilenas. La fricción llevó a que el gobierno de Bolivia decretase el arresto del inglés (quien escapó previamente al vapor de guerra Blanco Encalada que ancló en la zona) y decidiera rematar las empresas del ferrocarril.

Como ya se sabe, el asunto terminó con la ocupación militar de Antofagasta por parte de tropas chilenas el 14 de febrero de 1879 y la posterior declaración de guerra de ambos países -arrastrando en el intertanto a Perú- dando comienzo a la Guerra del Pacífico que concluyó con la anexión de las regiones de Arica, Tarapacá y Antofagasta a Chile.

Hicks durante la guerra regresó a Inglaterra y vuelve a Chile brevemente al término de ésta para solicitar una autorización en tender una cañería entre las salitreras de Huara y Negreiros para conectarlas con el puerto de Mejillones. Regresa a Inglaterra, donde fallece en 1909 a los 76 años.

Hasta el día de hoy, aparte del Ancla del Cerro una pequeña callejuela anónima casi perdida en medio de la población Gran Vía (al costado de Nicanor Plaza) recuerdan la memoria de este controvertido ciudadano británico.

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2 COMENTARIOS

  1. Una idea y obra importante en nuestra ciudad en aquellos años. Se deben valorizar y destacar mucho mas hoy en el presente. muy buen reportaje.

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