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viernes, 29 marzo, 2024
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Luis Alberto Loyola, rector UA: “Tenemos una base científica generada en función de la región donde estamos”

Luego de 16 años dirigiendo el plantel estatal, el doctor en Ciencias Químicas anunció que no postulará a un nuevo periodo y destacó los logros alcanzados durante su gestión. "Podemos nombrar académicos que hoy se están retirando y dejan a un conjunto de jóvenes tan productivo como ellos generados por el mismo programa de la universidad. Es una renovación de capital humano avanzado, una mayor base científica que son oportunidades que tienen ahora los jóvenes", dijo el rector.

El rector de la Universidad de Antofagasta (UA), Luis Alberto Loyola, anunció a mediados de este mes que no continuará dirigiendo el plantel estatal que encabezó durante los últimos 16 años. El doctor en Ciencias Químicas sostuvo que decidió no postular a un nuevo periodo y que cumplió un ciclo que deja a la casa de estudios con mejores cifras de las que tenía cuando asumió el cargo directivo.

“Me retiro satisfecho porque al mirar las cifras UA actuales y las comparo con las que teníamos hace diez años, hablamos de un plantel que tenía cinco mil estudiantes y hoy tenemos ocho mil. Contábamos con seis facultades y ahora ocho; de dos institutos de investigación pasamos a tres y doce centros. Hemos crecido para cumplir mejor nuestra función en Antofagasta, para que la región se desarrolle y los jóvenes tengan más oportunidades. Crecimos en tamaño y en ofrecer más esperanza”, detalló.

Como representantes de la educación superior pública, el rector habló sobre el financiamiento las universidades del Estado, explicando que debe fortalecerse con más recursos y tambipen sobre el rol que cumplen en las zonas donde se emplazan. Loyola destacó la calidad que alcanzó la UA en los últimos años y puso como ejemplo el doctorado en Ingeniería de Procesos Mineros acreditado por ocho años, que “es el mejor programa de su ámbito en el país”. En energía solar, añadió, también poseen un doctorado con acreditación por cuatro años y a nivel de generación de conocimiento y transferencia tecnológica, desarrollan áreas en las que “tenemos ventajas comparativas. Vamos avanzando en Astronomía, en Inmunología, es decir, tenemos una base científica generada en función de la región donde estamos”.

  • ¿Cuándo comenzó su desempeño en altos cargos en la universidad?

El año 2005 como vicerrector académico nombrado por la junta directiva para acompañar el rector, don Pedro Córdova, porque la universidad en ese periodo tenía dificultades. La junta nombró al vicerrector económico y al académico. Después me presente como candidato a la rectoría para en el 2006.

  • Después de 16 años, ¿qué funciones el rector no tiene en su descripción de cargo, tareas que solo se pueden observar una vez al mando del plantel?

Hay un elemento que es central, el modelo que tiene la educación superior es de mercado. Entonces el rector, de alguna manera, tiene que ser un experto en finanzas porque todo está asociado a la sustentabilidad de la institución. ¿Y cómo se sustenta? Con platas del Estado, el Aporte Fiscal Directo. En el 2006 era con al aporte fiscal más el fondo de crédito, las becas que reciben los estudiantes. Eso ha cambiado y ya casi no hablamos del fondo de crédito, ahora es la gratuidad. También está el CAE, pero gracias a la creación de la Ley de Universidades del Estado existe una línea de financiamiento para los planteles a través del Fondo de Fortalecimiento. Postulamos a proyectos para un financiamiento y hoy, la UA tiene un plan de fortalecimiento por diez años, que lo dejó la presidenta Bachelet, y un plan de desarrollo estratégico también de diez años financiado por el Estado.

  • ¿Qué mirada tiene sobre el financiamiento de la educación por parte del Estado, sobre diferenciar entre los planteles públicos y privados, donde el aporte tiene que ir a la institución más que al alumno?

Podemos hacer un parangón simple para entender. Cuando hablamos de enseñanza media, a nadie se le ocurriría decir que el British School es un colegio público. Lo es el Liceo de Hombres y lo financia el Estado. Eso que ocurre en la enseñanza media y básica es lo que debería pasar en la educación superior. También deberíamos tener instituciones del Estado financiadas por el mismo que no tuvieran cobro de arancel y en su lugar, debería entregarse la posibilidad, un cupo para que el estudiante ingrese y se desarrolle. Por eso hablamos de que en el país debe crecer el fortalecimiento de la educación superior pública y eso significa financiamiento del Estado.

La diferencia en las universidades es igual, la de Antofagasta es pública, la Andrés Bello es privada. Solo el 13% de la actual matrícula de la educación superior son estudiantes de universidades de corporaciones estatales.

  • ¿Cuál ha sido la medida estatal que hizo más daño a la educación superior?

Recordemos que esto partió el año 1981. Las universidades tuvimos un piso que se llama Aporte Fiscal Directo y la UA tiene $4.000 millones, lo que no ha cambiado desde hace muchos años. La política de financiamiento es de mercado con base en un voucher y eso es la gratuidad, que si bien es cierto como concepto es adecuado, el mecanismo por el que se otorga no es el adecuado. El modelo de la gratuidad no entrega un monto a la institución para que el estudiante curse una carrera porque tiene cierto nivel socioeconómico. Es al revés, mantengamos las instituciones bien financiadas, con un buen desarrollo y que ofrezca la educación a quienes la merecen sin mirar el estado socioeconómico del alumno. Yo estudié gratis, mi doctorado lo hice en la Universidad de Chile y no pagué más que una matrícula. Pero hoy si quieres cursar un doctorado en la Universidad de Antofagasta, todos los meses hay que pagar un monto, es un costo elevado y eso se paga a través de becas. En cambio, para mí, fue gratuito.

  • ¿Cuál es el sello por el que cree será recordada la gestión de sus cuatro periodos?

Desde el 2006, lo que tratamos de hacer se grafica en el aseguramiento de la calidad. Ese año estábamos acreditados en gestión institucional y en docencia de pregrado, hoy, la universidad está acreditada no solo en esas dos áreas, también en investigación, vinculación con el medio y ahora estamos postulando a los postgrados. En el ámbito del aseguramiento de la calidad nuestra base ha crecido, hoy no podemos considerar universidad a una institución de educación superior que no genere conocimiento y transferencias tecnológicas. En el 2006 partimos con los programas de doctorados y hoy tenemos cinco de ellos, cuatro acreditados y uno nuevo, Astrofísica y Astroinformática. Puedo decir que tenemos un doctorado en Ingeniería de Procesos Mineros acreditado por ocho años, es el mejor programa de su ámbito en el país y está en la Universidad de Antofagasta. En energía solar también tenemos un doctorado con acreditación por cuatro años que partió recién. A nivel de generación de conocimiento y transferencia tecnológica nos hemos desarrollado en áreas en las que tenemos ventajas comparativas. Vamos avanzando en Astronomía, en Inmunología, es decir, tenemos una base científica generada en función de la región donde estamos.

  • ¿Cuánto tiempo tardaron en llegar al desarrollo de esas áreas clave que tienen identidad con la región?

El proceso es largo. El área de desarrollo de investigación en Procesos Mineros viene desde antes del 2006 y es un equipo compacto de profesores que partió desde la Universidad Técnica del Estado. Podemos nombrar académicos que hoy se están retirando y dejan a un conjunto de jóvenes tan productivo como ellos generados por el mismo programa de la universidad. Es una renovación de capital humano avanzado, una contribución, una mayor base científica que son oportunidades que tienen ahora los jóvenes de Antofagasta.

  • ¿Qué proyectos deja encaminados y que verán sus frutos en años posteriores?

En salud, el Centro de Fisiología y Medicina en Altura. La construcción está en un 50% y es un proyecto con aporte empresarial de Minera Escondida, con un grupo de científicos que apoyará al sector minero y astronómico, porque realizarán exámenes para quienes trabajarán en altitud sobre el nivel del mar. Lo segundo es un Centro de Inmunología y Biotecnología Biomédica que tiene entre sus quehaceres el desarrollo de vacunas, lo que generamos con un proyecto FIC hace cuatro años, cuando no sabíamos nada de la pandemia. Ahora estamos presentando la iniciativa al Gobierno Regional con dos mil millones de pesos de requerimiento para construirlo en el Campus Coloso. Será un centro de desarrollo científico y tecnológico de importancia, aun más, si en el país se instalan plantas productoras de vacunas, habrá una buena relación con ellas, ya sea el caso de Sinovac o de la Universidad de Chile que trabaja en un proyecto importante.

Otro proyecto significativo es la formación de la Astrofísica y Astroinformática. La astronomía tendrá un desarrollo muy relevante con recursos de la región. Además, es importante señalar que hace 14 años no hablábamos de transferencia tecnológica y hoy tenemos una dirección. Una iniciativa emblemática que esperamos sea comprendida por el esfuerzo que hemos hecho en generar es el hospital clínico universitario. Todavía estamos trabajando en consolidar un nuevo comodato y una nueva forma hacer salud pública, porque tiene un sistema de gestión distinto, pero debería formar parte o ser colaborador de la red pública. Ahí estamos formando médicos y ha sido importante el apoyo del Gobierno Regional, en específico el Core, porque durante los últimos diez años tuvimos un programa de especialidad médica, Pediatría. Pero hoy, gracias al financiamiento de los fondos de innovación para la competitividad, la UA pasó a tener seis especialidades médicas. Por ejemplo, estamos formando psiquiatras, algo de lo que carece el sistema público.

  • ¿Ha encontrado en los distintos gobiernos regionales el apoyo para los proyectos o requieren necesariamente pasar por Santiago para aquello?

No es que se pase por Santiago, lo que tiene que cambiar es la mirada y que creo que ahora la tiene la Gobernación, de que la universidad pública es de la región y ayuda al desarrollo de Antofagasta. Desde esa perspectiva, los fondos regionales sirven para el quehacer de la institución que está en relación con las áreas estratégicas del Gobierno Regional. Un ejemplo, patrimonio, nos costó seis años decir que iniciamos la remodelación del Teatro Pedro de la Barra. Se necesitó demasiado tiempo en obtener ese proyecto y en ese sentido, creemos que es importante trabajar en conjunto con el Gobierno Regional y la universidad para el desarrollo, por ejemplo, de un centro de investigación en inmunología que generará vacunas. Se requiere un buen diálogo entre ambas instituciones y hay dos casos significativos: la universidad está a cargo de dos centros, uno del adulto mayor y otro de la mujer agredida, en convenios con el Senama y con el Ministerio de la Mujer. Nuestros estudiantes están en centros con gratuidad de atención y lo hacemos porque cumplimos una función social.

  • También tienen carreras en el ámbito de la cultura.

Estamos formando artes escénicas, musicales, son oportunidades que la Universidad de Chile las tuvo durante años aquí. Como no me va a doler ir a calle Antonino Toro con el Parque Brasil y ver que están construyendo un edificio donde estuvo el conservatorio de la Universidad de Chile; estuvo la escuela de servicio social que después pasó a ser el conservatorio del LEA y luego se vendió. Destruimos el patrimonio de la región porque no es un edificio cualquiera, ahí partió la orquesta que hoy tenemos en el Teatro Municipal, don Rafael Ramos era profesor de esa escuela.

  • Hace tiempo está la idea de una universidad pública para Calama. Desde su experiencia, ¿se justifica la intención?

Mi impresión de lo que Calama necesita es lo que tiene hoy, un centro de educación superior técnico, que fue generado a través de la Universidad de Antofagasta. Son las oportunidades que tiene la minería para formar los técnicos requeridos. Nosotros podríamos contar con alguna carrera que fuera necesaria, eso sería más fácil de implementar que crear una universidad, porque para eso son años de trabajo.

  • ¿A qué modelo deberíamos acercarnos con lo que plantea en educación superior?

Finlandia es el modelo que uno quisiera tener, pero debemos entender que en España la educación es gratuita y la pública es mejor que la privada. Lo puedo decir porque tengo nietos estudiando allá y las clases son con 20 alumnos por curso y pasaron a sistema virtual durante toda la pandemia. También tengo sobrinos aquí en Antofagasta que casi tuvieron una clase virtual por semana. El nivel de desarrollo que tiene la educación pública en Europa, y en países más cercanos al nuestro como España, es donde uno tiene que mirar. La educación superior también es gratuita allí.

  • ¿Hacia dónde cree va la educación pública, a fortalecer lo presencial o avanzar un trabajo más telemático?

El mundo digital llegó para quedarse, pero no será todo online, creo que pasará por una dualidad. En ese sentido tiene beneficios, porque si quiero información de la universidad la tenemos en bases de datos, el estudiante saca su certificado online y no tiene que venir acá al registro curricular ni a pagar presencialmente. Lo digital cambiará la metodología de enseñanza, aunque no es llegar y hacer la misma clases presencial y online, necesitaremos formar, capacitar, tecnologías y fortalecer la plataforma sobre la cual trabajar. La nuestra era muy débil y simple, en cambio ahora es más completa. Los camiones se manejan desde la oficina y eso trasladémoslo a la enseñanza, también avanzaremos a la digitalización del trabajo y la formación.

  • La universidad recibe estudiantes producto de una educación de etapas previas. ¿Qué notan de esos resultados en las últimas generaciones de alumnos?

Hace algunos años se instaló en las universidades el acompañamiento del estudiante y desde antes que ingrese, la institución está preocupada. Cuando entran hay un diagnóstico y se realiza un acompañamiento con tutorías y cursos para que logre el objetivo que es titularse. El estudiante llega con competencias que carece y ahora con mayor razón, con dos años trabajando de una forma distinta, es importante el acompañamiento estudiantil, ya no es un tema simple. Existe un apoyo importante académico, psicopedagógico y psicológico de la institución. Hablamos de alerta temprana para ver cómo auxiliarlos cuando están fallando, tenemos una inversión importante en esa línea.

  • Las demandas de los estudiantes evolucionan y aparecen temas como los de género.

Estamos en una universidad más inclusiva, con mayor equidad y de hecho modificamos nuestra estructura. Contamos con una unidad de equidad e inclusión que se preocupa de estos temas. Es algo natural, entregamos apoyo y forma parte de lo que hacemos porque somos diversos e inclusivos.

  • ¿Existía la posibilidad de que postulara por un último periodo?

Sí podía, pero comencé a trabajar en la Universidad de Chile cuando era estudiante, en 1962. El primero de mayo de ese año me gané un concurso de ayudante e ingresé a la administración, es decir, el próximo primero de mayo cumplo 60 años como funcionario público. Pasé de ayudante alumno a profesor ayudante, jefe de trabajo, profesor, recorrí todo un camino que en ese tiempo podía realizarse en esa universidad que era pública. Ya cumplí una misión entregando lo que podía, es necesario que lleguen visiones distintas de las que uno tiene. Me siento una persona activa con capacidad de generar, pero ahora los jóvenes tienen que tomar lo hecho por quienes cumplimos una etapa. Estamos dejando un plan de fortalecimiento a diez años, la UA cuenta con un mapa para desarrollar y un plan estratégico que dice cómo ejecutar eso. Hay una base para que quienes lleguen trabajen y desde esa perspectiva, cumplí un ciclo con el apoyo de mi esposa, mi familia y ahora es el momento de colaborar con quien requiera mi experiencia. Y ya lo hemos hecho, expusimos nuestro modelo de gestión en la Universidad de La Serena, en Atacama y somos uno de los planteles con mejores índices en la calidad de sus publicaciones.

Veo con orgullo el trabajo del profesor Mauro Henríquez, quien se ha desempeñado en el almacenamiento térmico que usa sales fundidas y él ha desarrollado la recuperación de esas sales. Tiene un proceso de recuperación patentado que ya se utiliza y generó una buena relación con Cerro Dominador, la planta de almacenamiento térmica más grande del país. Ese aporte es de un investigador de esta universidad, que sacó su ingeniería y su doctorado aquí y es una muestra de que somos capaces.

  • Si quien lo suceda en el cargo le pidiera un consejo, ¿qué le diría?

El más importante es que dejamos un proyecto de estatutos en el Ministerio de Educación y esperamos que se convierta en una ley. Tendremos una nueva gobernanza y en ella es vital que participen estudiantes, funcionarios y académicos en la práctica. Los cuerpos colegiados tendrán derecho a voto y lo fundamental es trabajar con el apoyo de los estamentos y que trate de hacerlo, porque una cosa es decirlo y la otra es concretarlo.

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