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sábado, 9 noviembre, 2024
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Región de Antofagasta

Región tiene en desarrollo 24 proyectos de hidrógeno verde y Mejillones es la principal zona de interés para su instalación

Johan Dreyer, presidente de H2 Antofagasta, explicó que este será el combustible del siglo XXI en sectores que no se pueden descarbonizar con la electrificación directa, como las fundiciones, la movilidad pesada o las industrias químicas. Mejillones posee toda la infraestructura para que el país sea competitivo a nivel internacional, sin embargo, la comuna portuaria está en pleno trabajo de modificación del plan regulador. Los cambios que serán votados en noviembre por el Concejo Municipal podrían detener la llegada de nuevas iniciativas, por lo que Dreyer sostuvo que por parte de la industria del hidrógeno verde está la disposición de entregar los detalles de los proyectos para que se defina el mejor modelo para la comuna.

En septiembre llegará a la región la primera locomotora de hidrógeno verde de América Latina. La máquina pesada realizará trayectos desde el Puerto hasta las instalaciones del Ferrocarril Antofagasta, lo que representará una muestra palpable de las posibilidades que ofrece esta nueva fuente de combustible, aseguró Johan Dreyer, presidente de H2 Antofagasta, alianza que integran las compañías que trabajan proyectos de hidrógeno verde en esta zona.

El dirigente sostuvo que Antofagasta y en particular Mejillones con toda su red de infraestructura ofrecen condiciones ventajosas para el desarrollo de esta industria en este siglo. “Básicamente podemos embotellar el sol y exportarlo, tanto en forma de cobre verde si se usa en nuestra industria local, como también en combustible verde si exportamos el hidrógeno del amoniaco”, manifestó Dreyer. Sin embargo, advirtió que, a pesar de los elementos favorables de la región, el país no debe confiarse, ya que, sol y viento hay en todo el mundo, aunque claramente algunos lugares disponen de mejores condiciones.

“Nosotros competimos principalmente con Australia, el Medio Oriente y Brasil, que están moviéndose fuerte en el tema del hidrógeno verde y ya tienen un portafolio de proyectos maduro. Por ello, como país y región tenemos que apuntar siempre a ser lo más competitivos posible. No por el hecho de tener el mejor sol del mundo, significa que ya ganamos la carrera, porque eso da una ventaja únicamente de 15% a un 30% en términos de costos comparado con los países que mencioné, pero ellos tienen otras herramientas que pueden usar para atraer financiamiento, como subsidios o regulación eficiente en la entrega de los permisos. Lo importante es que definamos las reglas del juego de forma clara lo antes posible para capitalizar este potencial y sacar adelante los proyectos”, puntualizó Dreyer.

La semana pasada, la alianza H2 Antofagasta realizó su segundo congreso en la región, actividad que organizaron con el apoyo del Gobierno Regional, la Seremi de Energía y que se desarrolló en el Hotel Enjoy.

“Tuvimos una convocatoria de 200 personas, el doble de lo que tuvimos el año pasado. Quedamos contentos con el perfil de gente que asistió, colegios, universidades, empresas, proveedores, proyectos de energía, puertos y desaladoras. Estuvo todo el ecosistema y para nosotros es importante hacer estos eventos de forma regular para que cada vez más la gente conozca los proyectos y las tecnologías. De hecho, tuvimos una bicicleta de hidrógeno que fue la novedad del evento, lo que sumado a la presentación del Ferrocarril con su locomotora de hidrógeno que llegará en un par de meses, deja plasmado que esta industria es una realidad para abrir oportunidades para la región”, indicó Johan Dreyer.

  • ¿Qué tan importante es el desarrollo del hidrógeno verde y cuál es la relevancia de Antofagasta en ese escenario?

La importancia del hidrógeno verde para el siglo XXI es que hay muchos sectores de la economía que no se pueden descarbonizar a través de la electrificación directa. Por ejemplo, los usos industriales en fundiciones o movilidad pesada, como los camiones mineros o las industrias químicas, son procesos en los cuales no se puede reemplazar el combustible fósil por baterías a litio. La movilidad sí se puede reemplazar y sustituir, entonces siempre hay que priorizar la electrificación directa donde se pueda, pero donde no es posible, es necesario utilizar molécula, y el hidrógeno verde que se produce de origen renovable, ayuda a descarbonizar.

Esa es la importancia del hidrógeno verde en la economía actual, pero el 60% del costo para producirlo es de energía renovable, por lo tanto, hay que buscar esa energía renovable en aquellos lugares donde es más barato producir energía solar o energía eólica. Y, en Antofagasta, tenemos la suerte de contar con la radiación solar más fuerte del mundo por metro cuadrado, lo cual a su vez se traduce en menores costos de producción de energía solar. Aquí tenemos el potencial para producir uno de los hidrógenos verde más baratos en el mundo y como somos poca población, tanto en la región como a nivel nacional, Chile tiene un potencial de producir 70 veces la energía que consume. Ese diferencial permite exportar energía limpia en forma de molécula a los principales mercados de consumo internacional de los países industrializados.

La oportunidad que se abre a Antofagasta es que básicamente podemos embotellar el sol y exportarlo, tanto en forma de cobre verde si se usa en nuestra industria local, como también en combustible verde si exportamos el hidrógeno del amoniaco.

  • ¿Dónde puede verse actualmente la aplicación práctica del hidrógeno verde en Antofagasta?

En septiembre de este año llegará la primera locomotora de hidrógeno verde a América Latina. La traerá el Ferrocarril Antofagasta para empezar operaciones el segundo semestre en el trayecto entre el ferrocarril y el Puerto de Antofagasta. En unos cuantos meses más tendremos una máquina funcionando con hidrógeno verde, entonces ya es algo palpable que podremos ver de forma práctica en la región.

  • ¿Tienen alguna proyección respecto de cuántos proyectos buscan invertir en esta zona?

Hay 24 proyectos en desarrollo en la región. Esto se traduce más o menos en el mismo número de empresas que están desarrollando proyectos, pero después existe toda una cadena de valor en torno a esas iniciativas, lo que produce un encadenamiento productivo con distintos proveedores. Tanto la producción como el consumo de hidrógeno verde creará una economía local que permitirá agregar valor a la industria nueva del hidrógeno verde, pero también hay industrias existentes que van a pivotear hacia el hidrógeno verde, como la industria de la generación de energía, la desalación, los puertos y la logística minera. Todos ellos convergerán en el hidrógeno verde y esto abrirá una nueva oportunidad para la economía regional.

  • Son iniciativas a largo plazo.

Sí, la primera generación de proyectos industriales la veremos operando probablemente a partir del 2026 y la vida útil de estas plantas puede ir de los 20 a 40 años. Es una industria que tiene una proyección similar a la de energía solar o la minería.

  • Mejillones está contemplada como una zona para la instalación de empresas que trabajan con hidrógeno verde, pero la comuna está en pleno trabajo de modificación de su actual plan regulador. ¿Esos cambios podrían perjudicar la llegada de compañías que trabajan en esta área, cuál es la información que manejan sobre este tema?

Es un tema que está en desarrollo y la idea es que todos los actores del ecosistema, públicos, privados y sociales aporten con su visión para que se defina un modelo beneficioso para la región y Mejillones. La comuna históricamente ha sido una zona con una actividad industrial muy fuerte y que en un principio no fue diseñada de buena forma, de manera que se creara un ecosistema que fuese beneficioso para la población local, sino que cada proyecto era independiente y no se comunicaban entre ellos. Creo que la comuna aprendió de eso y la idea es que ahora con el hidrógeno verde se diseñe desde un principio una visión ecosistémica que permita que los actores conversen entre ellos y que también se beneficien los actores locales. La idea es que la industria deje valor en la comuna y en la región, de lo contrario no tiene sentido desarrollarla. En el plan regulador, los actores varios y las autoridades están trabajando en eso y por parte de la industria del hidrógeno verde está la voluntad, la disposición para conversar y entregar los detalles de los proyectos para que se defina el mejor modelo para la comuna.

  • ¿Las empresas que trabajan con el hidrógeno verde son muy complejas de tener como vecinas?

Hay de diferentes tipos. Están las que históricamente han estado en la región, que vienen de la industria de la generación de energía o de los gases industriales y también hay empresas que son extranjeras y que por primera vez desarrollan proyectos en la región. En ese sentido, tenemos la suerte en Antofagasta de que hay compañías que ya llevan varios años o décadas trabajando y tienen un conocimiento detallado de las comunidades y de la zona, lo que es importante porque tiene un valor agregado conocer a los actores locales. En los proyectos en sí, hay que tener en cuenta que en el hidrógeno son industrias de gran escala, que producirán combustible, lo que necesita todo un trabajo de diseño. Lo bueno es que al ser una región industrial tenemos la experiencia de lidiar con estos proyectos, gasoductos, puertos o plantas solares, así que no es algo nuevo comparado con otras regiones de Chile que no han tenido esta experiencia. Creo que en Antofagasta eso facilitará el diseño y la ubicación de esta industria.

  • ¿Mejillones aparece como un lugar de especial interés para estas empresas?

Claro, Mejillones tiene una infraestructura que permite y facilita el desarrollo de proyectos, porque tiene subestaciones eléctricas, redes de transmisión, tiene puertos, gasoductos. Todo eso son elementos clave que facilitan el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde competitivo, porque ya hay infraestructura. Además, cuenta con una ubicación muy privilegiada, cerca de la gran minería, cerca de Antofagasta. Hoy el mayor número de proyectos a nivel regional de hidrógeno verde y sus derivados se concentra en el área de Mejillones.

  • La propuesta del plan regulador de Mejillones, en términos simples, es que queden las empresas que están en el sector, restringiendo nuevas instalaciones. ¿Eso afectaría eventualmente el desarrollo y proyección del hidrógeno verde en Antofagasta?

Lo que se conversó en el Congreso es que, al ser una industria nueva a nivel mundial, la regulación evoluciona en conjunto con la industria, porque es la primera vez que esta tecnología se lleva a esta escala. Creo que el plan regulador irá conversando con los proyectos y definiendo cuáles son las mejores ubicaciones en Mejillones para hacerlos. Y al mismo tiempo en Chile hay un tema de que muchas veces los permisos que se entregan en Santiago no conversan con los planes reguladores comunales y regionales. Ahí se traslapan un poco ciertos actores del poder central y regional, por lo que hace falta potenciar la comunicación para que no pase a futuro. Pero ya la primera generación de proyectos que se les entregó permiso están conversando con los actores comunales en Mejillones, la idea es que puedan definir eso y que lo que ya está se mantenga, pero que en adelante quede bien definido cuáles serán específicamente las zonas aptas para desarrollar proyectos de hidrógeno verde.

Tenemos que pensar en una visión que cubrirá todo el siglo actual, hablamos de aquí al 2050 y al 2100 que hay un potencial de exportar energía verde al mundo. Entonces esto hay que diseñarlo bien hoy para que después no nos arrepintamos en 20 o 30 años. Lo importante es que conversen todos los actores y que las cosas se hagan bien desde un principio. Y se está haciendo, en Mejillones está ese foco y tanto el sector público como privado trabajan en ello.

  • Además del plan regulador de Mejillones, ¿qué aspectos debería mejorar o definir la región para ser un buen soporte para el desarrollo de esta industria?

Hay varios temas. Uno de ellos es el de los costos sistémicos de la red eléctrica. Al usar energía de la red para un proyecto industrial hay que pagar un costo de 20 dólares el megawatt hora, lo que duplica el costo de energía. Esto, porque una planta solar produce a 20 dólares el megawatt hora y se le agregan 20 más, lo que encarece los costos y para varios proyectos de hidrógeno verde que pretenden sacar su energía de la red, es un problema que se está trabajando. En el norte hay un exceso de capacidad solar que no se puede despachar hacia Santiago, porque la interconexión con la zona centro ya está copada. Entonces tenemos un tema específico del costo de la red que es alto comparado con otras geografías y que se puede trabajar a través de almacenamiento en baterías o nuevas conexiones con Santiago, pero todos esos proyectos toman varios años.

Otro punto importante es acercar a la minería al uso de combustibles verdes. Para que nos mantengamos competitivos como región no hay que pensar únicamente en la energía, sino que también en la minería y exportar cobre verde lo antes posible, para que nuestra minería siga competitiva. Cada vez los mercados de exportación serán más exigentes con la huella de carbono de los commodities que están importando. Como región minera es importante que se potencien las sinergias entre la minería y el sector del hidrógeno verde y un tercer tema es la infraestructura. Contamos con gasoducto, con puertos, con desaladoras, con acueductos y nos falta un actor que coordine a las distintas empresas que son dueñas de estos activos para diseñar una visión regional que optimice el uso de infraestructura existente, para que proyectos de hidrógeno verde puedan aprovechar, conectarse y exportar a costos competitivos.

También está la oportunidad de industrializar la región a través del hidrógeno verde con las manufacturas de tecnologías del hidrógeno. Por ejemplo, Corfo anunció que sacarán subsidios de diez millones de dólares por proyecto a iniciativas que busquen ensamblar tecnologías del hidrógeno en Chile. Prontamente se construirá en Mejillones una planta de baterías de litio, lo que ya es un eslabón que se está trabajando en minería y en el litio, agregar valor en la región, en vez de exportar únicamente los commodities, exportar maquinaria o parte de maquinaria y el hidrógeno también abre esa ventana y tenemos que trabajarla.

  • ¿En este momento con qué países compite Chile para atraer estas inversiones?

Con varios, porque sol y viento hay en todo el mundo, aunque algunos lugares tienen mejores condiciones que otros. Nosotros competimos principalmente con Australia, el Medio Oriente y Brasil, que están moviéndose fuerte en el tema del hidrógeno verde y ya tienen un portafolio de proyectos maduro. Por ello, como país y región tenemos que apuntar siempre a ser lo más competitivo posible. No por el hecho de tener el mejor sol del mundo, significa que ya ganamos la carrera, porque eso da una ventaja únicamente de 15% a un 30% en términos de costos comparado con los países que mencioné, pero ellos tienen otras herramientas que pueden usar para atraer financiamiento, como subsidios o regulación eficiente en la entrega de los permisos. Lo importante es que definamos las reglas del juego de forma clara lo antes posible para capitalizar este potencial y sacar adelante los proyectos.

  • ¿Cuál es el proyecto más grande que viene para Antofagasta?

Hay varios proyectos grandes y creo que el más visible, porque está en tramitación su estudio de impacto ambiental, es el proyecto Volta en Mejillones, de la empresa Mae. De hecho, la información es pública en la página del Servicio de Evaluación Ambiental, la iniciativa busca desarrollar 800 megawatt de capacidad electrólisis. Como referencia, para producir en amoniaco el doble de cantidad de lo que Enaex importa en Mejillones al año. Enaex importa alrededor de 350.000 toneladas de amoniaco al año y este proyecto producirá el doble. Hasta hoy es la iniciativa que está más avanzada y después hay proyectos en Mejillones y Taltal, que son los principales hub de proyectos grandes de exportación de amoniaco.

  • ¿Cuáles son los países interesados en invertir en la región?

Son varios los tipos de inversionistas y los países que se están moviendo para invertir en la industria del hidrógeno verde y son a la vez los más interesados en importar estos combustibles verdes. Hay países industrializados, pero que no tienen la cantidad de superficie disponible para desarrollar proyectos de esta envergadura y ser autosuficientes en su consumo de combustibles verdes. Así que tienen que invertir en otras geografías para asegurar el suministro y descarbonizar sus industrias, como por ejemplo Japón, Corea del Sur, Alemania, Francia, son los países que están invirtiendo fuerte en proyectos a nivel internacional para producir e importar estos combustibles verdes a sus economías.

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