El caso Democracia Viva marcó un antes y un después en la carrera política de la diputada Catalina Pérez. Hoy, no solo está suspendida de su partido (Revolución Democrática) y bajo fuertes cuestionamientos públicos sino que los millonarios convenios entre el Minvu Antofagasta y la fundación de su entonces pareja Daniel Andrade, también la pueden llevar a enfrentar la justicia en el marco de la investigación que lleva adelante la Fiscalía. Es frente a todo lo anterior, que la parlamentaria está intentando retomar la agenda territorial con diversas actividades que van desde tirar pala en un campamento hasta tomar once con vecinos.

Las actividades que está retomando Pérez no quedan plasmadas en notas de prensa sino que exclusivamente en sus redes sociales. Y en particular en Instagram.

«Nos fuimos a trabajar en terreno para llevar las necesidades del territorio al congreso, a puertas de votar la Ley de Presupuesto 2024″, dice una de sus últimas publicaciones donde relata que se reunió con dirigentes por la niñez, también con la Seremi del Trabajo Camila Cortés para escuchar sobre el proyecto que busca modernizar «Chile Valora» y con funcionarios Colegio Médico por los 200 trabajadores a honorarios que fueron desvinculados del Hospital Regional de Antofagasta. Pero Pérez va más allá.

Tirando pala

Una de las imágenes más llamativas de Catalina Pérez -también compartida en su cuenta de Instagram- fue en el campamento Los Arenales de Antofagasta, hasta donde se le vio tirando pala y maniobrando una carretilla.

«A ayudar a los vecinos que sufrieron la pérdida total de sus casas en un incendio el pasado sábado por la madrugada (…) Apenas se dieron cuenta de lo que estaba pasando alertaron a autoridades, a Aguas Antofagasta, pero no tuvieron respuesta a tiempo», escribió la diputada, agregando un agradecimiento a los vecinos «por recibirnos en el campamento y abrirnos las puertas de su casa para poder ayudarlos un poco a limpiar el desastre que dejó el fuego y la arena. Seguiremos empujando desde el Congreso medidas y políticas por una vivienda digna», indicó Pérez.

Dentro de la misma lógica de intentar levantar una agenda paralela a su complica realidad política, también se le vio con dirigentes sociales explicando el proyecto que busca generar mecanismos de mayor resguardo para ellos.

«Con el corazón llenito, estuvimos trabajando junto a ellas y ellos en mejoras para proponer al proyecto ingresado por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric», indicó.

«No hay ninguna relación entre su mundo virtual con su realidad»

Para el doctor en Ciencias Políticas, Cristian Zamorano, esta estrategia responde a los mecanismos que acompañan a esta generación política la cual tiene un pie firme en las redes sociales.

«El uso de Instagram responde a un discurso absolutamente visual, de mensaje corto y emocional, no con desarrollo ni menos con malas noticias. Más bien ahí aplican las buenas sensaciones. Creo que esa es la estrategia de Catalina Pérez; es decir, es visual, basada en buenos sentimientos y juega simplemente sobre crear emociones positivas, pero no hay ninguna relación entre su mundo virtual con su realidad. Son niños de las redes sociales».

Sobre los efectos, asegura que «va a convencer a los ya convencidos, a sus seguidores, pero no va a ir más allá. No va a recuperar lo perdido. Solo intenta demostrar que no está muerta políticamente».

Por último, Zamorano dificulta que la realidad virtual que intenta desplegar supere a las consecuencias que está enfrentando en el mundo real.

«El mundo virtual sigue siendo virtual. El mundo real es lo que verdaderamente te golpea. Y creo que el mundo real es muy complicado para la diputada pues el mundo real tiene consecuencias reales para la diputada, como dar un testimonio en un juicio o la cárcel. Creo que esto es la fábula del vaso de tierra versus el vaso de hierro. El primero es el virtual y el segundo la realidad; y obviamente el que se puede quebrar aquí es el vaso de tierra», concluye el doctor en Ciencias Políticas.

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